La aventura “Schiaretti presidente 2023” entró en la recta final. A casi un año de la decisión de saltar a la arena nacional, el desafío del actual gobernador cordobés se centra en consolidar el objetivo: agrandar la representación cordobesista en la Cámara de Diputados. Con nueve bancas mediterráneas en juego, el schiarettismo apunta a conseguir tres y sumar dos escaños más a la renovación cantada de Carlos Gutiérrez. 

Si bien desde el entorno del Gringo evalúan como positivo el resultado cosechado en los dos debates, donde a fuerza de memes y de Google, logró ser Trending Topic en redes. No obstante, el “viento de cola” llegó tarde. El elevado porcentaje de desconocimiento es el principal saldo negativo para el candidato cordobés. Es que además del objetivo localista de repuntar la cantidad de votos en Córdoba, donde quedó en un segundo lugar detrás de Javier Milei, Schiaretti busca juntar porotos de otras canastas que eleven su precio a la hora de una eventual segunda vuelta.

En ese marco, la dupla con Florencio Randazzo tuvo buenos números en La Rioja, con 7%, Tierra del Fuego, con 4,3% y Santa Fe y La Pampa, en ambos casos con 3,7%. En Provincia y CABA, los guarismos estuvieron lejos de ser los esperados, lo que valió un tirón de orejas para el candidato a vicepresidente y a Diego Bossio, quien se quedó afuera de las candidaturas a diputados por CABA.

Sprint final

De cara a los últimos cuatro días de campaña, la tónica no será muy diferente a la exhibida en el post debate. El rally mediático por los canales porteños siempre queda latente, aunque también se prevé recorridas por alguna provincia y un doble cierre: en Córdoba capital y Río Cuarto.

Descartada la presencia de Sergio Massa en territorio cordobesista, ya que desde el comando de campaña del candidato/ministro se evaluó como una aproximación innecesaria, Schiaretti también intentará subir de ese 27,5% que lo dejó en segundo lugar detrás del candidato libertario.

De cualquier modo, también habrá que trabajar para controlar el movimiento interno que se dio a partir de los reclamos de dirigentes de corte delasotista que acusan a Schiaretti de trabajar en contra del peronismo.

El llamado a Horacio Rodríguez Larreta y el pacto de no agresión con Javier Milei son dos de los tópicos que agitan dirigentes del interior provincial. Incluso, ya avisaron que cortarán boleta.

Estrategia pura y dura

El sancho de Schiaretti es Martín Llaryora. El actual intendente y futuro gobernador quedó fijado en el debate presidencial, cuando Massa “le avisó” que ya había hablado con el sanfrancisqueño para una actualización de fondos a la Caja de Jubilaciones.

El diálogo fue desmentido de inmediato, más allá de la existencia del vínculo personal entre ambos. Políticamente, la cuestión es otra. Bien distinta.

En el TEG 2024, para Llaryora y Schiaretti la eventual victoria de Milei los dejaría en posición de competir por el control del PJ a nivel nacional. La hipótesis del triunfo libertario es fuerte

La otra incógnita pasa por saber qué ocurrirá con los votos que coseche la fórmula de Hacemos Unidos por Córdoba en una eventual segunda vuelta. Un dato en ese sentido, es que en el Panal, la casa de Gobierno de Córdoba, dan por descontada una victoria de Milei. Aunque no se declame, se trabaja con esa hipótesis.

Estratégicamente, la definición cordobesista, si es que es declamada, se estirará lo más posible. De hecho, el próximo 26 de octubre, Schiaretti y Llaryora viajarán a Emiratos Árabes junto a Omar Perotti y Maximiliano Pullaro para cerrar el financiamiento del Acueducto Santa Fe – Córdoba.

Si es que hay segunda vuelta, los cuatro dirigentes lograrán surfear el pedido de definiciones en un momento caliente. Estrategia pura y dura.