"Nunca hubo tanta gente en esta cancha", bromeaba, con un poco de mala fe, uno de los responsables de la organización, de pechera negra. "Ni tanto agite", le retrucó otro. Ocurre que Arsenal, que tuvo su esplendor durante el largo periodo de Julio Grondona al frente de AFA y está por perder la categoría, es muy probablemente el club con menos hinchas de los 28 de primera división.

El clima era, más que optimista, festivo. Entre los presentes consultados, nadie dudaba del triunfo de Axel Kicillof y del ballotage entre Sergio Massa y Javier Milei. "Después empieza otro partido".

En una de las incontables parrillas al paso montadas para la ocasión, un grupo de camioneros, ataviados de riguroso color verde, comía despreocupadamente. "No vas a encontrar un solo camionero que vote otra cosa", desafiaron. "¿Y antes de Ganancias?", "Antes no sé, pero lo que importa es ahora."

 

En el aniversario número 78 del hito fundante del peronismo, cuando en 1945 miles de trabajadores se juntaron en Plaza de Mayo para parir un nuevo actor político, y coincidiendo con el cierre del segundo tramo de la campaña electoral, todas las tribus del peronismo compartieron una fiesta popular en Arsenal, bajo el lema "Todos y Unidos en el día de la Lealtad".

El encuentro también saldó una deuda: la campaña pre PASO no tuvo cierre. Por el crimen de la joven Morena Domínguez, en Lanús, el mismo miércoles 9 de agosto, las distintas fuerzas políticas cancelaron sus actos. El cierre del peronismo estaba previsto en Merlo, al oeste del conurbano.

Patear la calle

"Nos quedan dos días más en la calle, seguramente con mesa y volanteadas. Después seguimos en las redes y por Whatsapp porque ahí no existe la veda", cuenta Alejo, de Patria Grande, referenciado en Juan Grabois.

"Vamos a patear la calle, como siempre, pero ahora con más pilas". Graciela Jofre, concejal suplente, se refiere a las calles de Villa Corina, su barrio acá en Avellaneda. La distingue, como a sus compañeras de la agrupación Eva Perón que lidera el intendente Jorge Ferraresi, la remera con el retrato de Evita por Ricardo Carpani.

"Me gusta la línea que plantea Massa, cada vez más nacional, más cercana a la de nuestra organización. Axel también muy bien, como siempre", analiza Patricio de Megafón, la agrupación universitaria de Peronismo Militante.

Signo de los tiempos

Cada vez es más ostensible y ruidoso el apoyo del movimiento obrero organizado, que ocupaba la tribuna más cercana a la autopista, a las candidaturas enlazadas de Axel Kicillof y Sergio Massa. A los que siempre estuvieron -CTA, ATE, Suteba, SMATA, UOM- se van sumando otros como el Sindicato de la Carne o el de personal de estaciones de servicio y garages que conduce Carlos Acuña.

La novedad de la jornada, y toda una señal de los nuevos tiempos, es la nutrida columna del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC), cuyo secretario general, el casi nonagenario Armando Cavalieri, supo tejer una excelente relación con Mauricio Macri. La paritaria del sector era una de las primeras del año y el entonces presidente la consideraba clave para evitar que se le desmadran las siguientes. Cavalieri complació a Macri, que lo retribuyó con ayuda judicial en las peleadísimas elecciones de su gremio en 2018, frente a Ramón Muerza.

El Evita puso todo. En el campo de juego, ubicación predestinada para los movimientos sociales, predominaban entre la abigarrada multitud, las banderas del espacio que conducen Emilio Pérsico y Fernando "Chino" Navarro. Por los intercambios que tuvieron con Buenos Aires/12, sus militantes se sienten mucho más cómodos con este realineamiento que con la estrategia anterior. "¿Dónde íbamos a estar sino acá?", respondió un militante matancero, agitado, tras gritar "no nos han vencido".

También crecen, de acto a acto, las columnas de "La Patria es el Otro", la federación de agrupaciones kirchneristas de la provincia de Buenos Aires, que reúne a Kolina, a la JP Lealtad, Peronismo Militante, Descamisados, Martín Fierro y la Corriente Nacional de la Militancia, entre otros, con la referencia de Andrés Larroque.

Su bandera, pintada a mano, con los dos abrazos, el de Perón y Evita y el de Néstor y Cristina, desde lo alto de la tribuna Julio Humberto Grondona, fue la más celebrada y comentada. El nombre proviene de una cita de la vicepresidenta, también pasmada en las pecheras. "Si no se quiere al pueblo, si no se quiere al prójimo, es imposible querer a la Patria, porque la Patria es el otro".

En este paisaje, las banderas y, sobre todo, los globos azules y blancos del Frente Renovador (FR), se asimilaron rápidamente al conjunto. A nadie llaman la atención, como si siempre hubieran estado. Más allá de su amplitud y capacidad de convocar a otros sectores, el massismo es cultural y socialmente peronista. La imagen mimética simplemente lo confirma, aunque su líder no suela hacer la V con los dedos índice y mayor y le resulte más cómodo saludar con los puños en alto. 

En esas cuestiones de la gestualidad se diferencian los dos integrantes principales de esta sociedad política y electoral. Axel Kicillof, además de hacerla todo el tiempo, la lleva en sus zapatillas marca Justicialista, modelo JP, color azul con la V blanca.

Unidad de concepción

Durante la larga espera de la llegada de los oradores, las trompetas y los bombos de las organizaciones competían por la atención de la multitud con las pantallas gigantes ubicadas detrás del escenario.

Allí se reproducían, en loop, algunos materiales de campaña. "Mí mamá es ama de casa, mí papá colectivero, en casa no había computadora", nos cuenta Ludmila, beneficiaria del Conectar Igualdad".

"Nunca había salido de Florencio Varela, ahora pude conocer el mar y es hermoso", dice otra piba de la misma edad. "El viaje de egresados es el premio por el esfuerzo que hicieron para terminar la secundaria", explica el gobernador.

Las razones enumeradas desde la pantalla casi no difieren de las que esté cronista viene recogiendo entre la gente que acompaña a lo largo de la campaña.

Una escuela, una computadora, un centro universitario, un plan de vivienda, un asfalto o una obra hidráulica en un barrio postergado. Una política pública, una decisión del estado provincial, impactando de lleno en el primer metro cuadrado de un o una bonaerense. Junto a ellas, una narrativa simple: el gobernador explicando el rol del estado desde su visión.

¿Alcanzará? Al menos, eso es lo que dicen las encuestas. Y los restantes actores del sistema político actúan como si, efectivamente, así fuera. La respuesta definitiva, el domingo.

Escenario consolidado

El estadio de Arsenal fue inaugurado cómo escenario de actos políticos por CFK en 2017, para abrir la campaña de Unidad Ciudadana, que luego cerró en el Cilindro "Juan Domingo Perón". La disposición del escenario y hasta la forma de T, con una pasarela perpendicular que se adentra en el público, fueron copiados de aquella vez, hace ya 6 años. Arsenal es una locación con varias ventajas en su haber.

Una, su fácil acceso por autopista Buenos Aires La Plata, acceso Sudeste o avenida Mitre. Dos, es una locación intermedia, más grande que el Espacio C de Chacarita o el tradicional Luna Park en el bajo porteño, pero mucho menos que el mencionado estadio de Racing u otros similares y por eso perfecta para actos organizados con poca anticipación. Tres, por supuesto, queda en Avellaneda, tierra de Jorge Ferraresi, un leal anfitrión.

Pero hay más. Si uno da la vuelta completa al estadio, se encuentra en una de las calles paralelas al viaducto con el natatorio municipal La Saladita, con instalaciones de primer nivel. Natatorio que, a su vez, está ubicado en el parque recreativo "Saladita Norte", un espacio verde enorme y pulcramente conservado y, unos metros más adelante, con el Jardín de Infantes Nro 14, que luce recién inaugurado o remodelado.

Si el todo es más que la suma de las partes, en estás pocas cuadras de Sarandí hay una muestra de cómo gestiona el peronismo cuando puede y quiere.