Cuando las artistas Sofía Medici y Laura Kalauz avanzaban a paso firme con su Proyecto Monumental, el gobierno anunció la restauración del Paseo del Bajo, que dejaba fuera de juego la polémica que, dos años atrás, se había instalado con la remoción del monumento a Colón para poner el de Juana Azurduy, obsequio del presidente boliviano Evo Morales a nuestro país gobernado, en ese entonces, por Cristina Kirchner. Las12 dio cuenta de ese debate hace algunos meses y las preguntas instaladas se despliegan en esta iniciativa que contó con el apoyo de Plataforma Futuro, un programa dependiente de la Secretaría de Cultura y Creatividad que dependía de Enrique Avogardo, funcionario que acaba de renunciar a su cargo hace pocas semanas. 

Juana Azurduy, líder indígena y referente feminista, murió sola y pobre, por eso tenerla ahí era una victoria hermosa. Lo cierto es que la ficción sobre la cual se construyen los por qué y los cómo de esas moles que abundan en el espacio público recién tomaron un poco de vuelo con aquel debate y este proyecto intenta darle alas para que vuele mucho más lejos. 

“Armamos Monumental para el Fondo Nacional de las Artes en 2016 pero no salió y surgió Plataforma Futuro, un proyecto muy abierto, multidisciplinario, con el cual dieron becas de creación a proyectos muy heterogéneos e híbridos, como éste. Lamentablemente ya no se hará más”, explica Kalauz. La investigación previa se basó en monumentos que, en otros países, habían sido cuestionados, como la Puerta de Brandeburgo en Berlín, pero la propuesta incluye un concurso abierto al público en general que pueda pensar y proponer ideas para poner en ese espacio, ahora tomado por lo que será el Paseo del Bajo. El concurso ya está abierto y una vez que cierre se elegirán diez proyectos que serán presentados en un evento público en diciembre donde se elegirá uno (el jurado está compuesto por Guillermo Faivovich, Nicolás Goldberg, Valeria González, Yamil Kairuz, Florian Malzacher, entre otrxs) y diez serán debatidos. “Hay gente que nos pregunta ¿puedo proponer poner a una señora que grita? o ¿una piedra de una tonelada que una vez al año una mujer físicoculturista haga rotar? Alguien nos había propuesto un payador, otro cortar pedazos de estatuas de toda la ciudad y armar una especie de Frankenstein, que es como metáfora irónica de la Argentina, no? Pero muchos dicen cosas en broma y no se presentan, cosa que a nosotras nos encantaría (aunque sabemos que la mayoría se presenta el último día). Y lo que nos importa es la discusión que genere, no el mejor monumento, sino el debate, por eso la instancia en vivo” explica Medici. 

Una vez elegido el proyecto ganador, juntarán las firmas necesarias para llevarlo a la legislatura porteña y hacer lobby para que se vote su realización y sea ley. “Eso también es parte de la obra, hacer que esto sea una discusión política. El veredicto ya no corre por nuestra cuenta. Ellos no lo financian pero en ese caso buscaríamos nosotras la financiación privada. Seríamos artistas-lobbistas. Es difícil pero no imposible”, completa Kalauz. 

¿Y con Juana?

No se sabe cuándo van a mover a Juana (el supuesto nuevo trazado de la avenida Alem pasa justo por donde está el monumento), de manera que no va a haber un espacio para uno nuevo allí exactamente, por eso la idea es que en el nuevo trazado urbano se “invente” un lugar donde poner el monumento ganador, lo cual refuerza la idea del desafío y la creatividad de quienes se presenten. Actualmente Colón se está montando en Costanera frente a Aeroparque, por lo menos las bases están puestas y algo de esa discusión original que parecía más que nada un tironeo partidario, podría diluirse en el aire. A no ser que Proyecto Monumental logre su cometido de incomodar, de hacer preguntas, de volver sobre el tema de la identidad nacional y esa figura forzada e impuesta del gaucho como el representante de la argentinidad.   

“Mucha gente pregunta ¿y dónde está lo artístico? Me parece una buena entrada para pensar el proyecto la idea de cómo pensamos el arte nosotras. Se atraviesa todo el tiempo una idea de utilidad, entonces bueno, ¿qué ficha vamos a mover con esto?, ¿qué podemos destrabar? y sobre todo, ¿cuál es el rol de los artistas contemporáneos, los que tienen una búsqueda, los que investigan, los que tienen ganas de intervenir la realidad? Tenemos casi la obligación de plantear ciertas cosas que está siendo olvidadas, sobre todo desde la política”, dice Medici. “El arte puede hacer preguntas salvajes, generar pensamiento, discusión y nosotras hablamos de imaginación política también, como que ahí empiezan a armarse conceptos que estimulen el pensamiento crítico pero mas allá de lo racionado. Y esa persona que nos decía para qué hacemos lo que hacemos me preguntaba si en verdad lo que estamos haciendo no es trabajo del Estado: pensar los monumentos, pensar la historia, etc. Y le dije sí, claro, tenemos un gesto irreverente de usurpar ese rol, pero además ese rol está vacante, porque el Estado no se lo preguntó ni se lo está preguntando, y también si lo hiciera se cerraría a una respuesta institucional” cierra Kalauz. 

Antes de este proyecto, la dupla de artistas trabajó junta en Nostalgia de una ciencia ficción futura, una obra creada sobre los onas, un pueblo que desapareció y que ya no puede hablar por sí mismo. Una indagación sobre quienes eran estas personas a través de las voces de otrxs, muchos quienes fueron responsables de que se extinguieran como pueblo. “Los onas no tenían escritura, se comían a los guanacos, los guanacos empezaron a desaparecer y ellos empezaron a matar vacas y ovejas entonces los empezaron a matar a ellos. A las mujeres las agarraban los salesianos y les enseñaban a ser criadas y separaron a las viejas de las niñas entonces las niñas no pudieron aprender la lengua. Y después los vistieron, a pesar que ellos andaban desnudos, entonces empezaron a morir. Tenían una cosmología increíble y no sabemos qué podría haber pasado si no los hubieran matado, quiénes serían ellos hoy. Pensarlos es también un homenaje. En 20 años desaparecieron y todo esto pasó a principios del siglo XX. Sin embargo esto lo sabe muy poca gente. Es muy complejo porque hay descendientes, hay tierras en juego, mucha gente que quiere una parte de la tajada. Pero este proyecto empieza de alguna manera donde termina Nostalgia…”  explica Medici y cuenta que en algún momento empezó a circular en notas periodísticas que ellas querían sacar a Juana. Un falso rumor que no saben bien de dónde salió, una especie de mito urbano que no hace más que avivar la llama: ¿Son las Madres de la Plaza girando cada jueves un monumento viviente? ¿Sirve tener estatuas de referentes indígenas cuando ellxs mismos no creen en las imágenes escultóricas? ¿Se podría dejar a Juana allí mismo donde está y, por ejemplo, pintarla de verde aborto-legal? Preguntas que quieren salir del mármol.

Nostalgia de una ciencia ficción futura se va a exhibir el 12 y 19 de octubre en la Casa del Bicentenario. 

Proyecto Monumental: proyectomonumental.org