A dos meses del escándalo en la final del Mundial femenino, la causa contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por besar sin consentimiento a Jennifer Hermoso continúa su curso y ahora el juez a cargo investiga las presiones que recibió la jugadora para no denunciar lo sucedido.

El juez de la Audiencia Nacional ordenó un careo entre el director de Marketing de la Federación, Rubén Rivera, y la amiga que acompañó a la futbolista al viaje a Ibiza tras el Mundial.

Esta instancia fue una petición del abogado de Hermoso ya que las declaraciones que ambos prestaron ante el juez -la de Rivera en condición de imputado- "son de notoria transcendencia para determinar la culpabilidad del investigado al no constar otros medios factibles de prueba para su averiguación".

Rubén Rivera está investigado por las presuntas coacciones que Hermoso y su entorno denuncian haber sufrido para que dijese públicamente que el beso en la boca que le dio Rubiales tras la final del Mundial en Sídney (Australia) el 20 de agosto fue consentido.

Junto a él, también están imputados por coacciones el exseleccionador femenino Jorge Vilda y el director de la Selección masculina, Albert Luque. A Rubiales, por su parte, se lo investiga por coacciones y agresión sexual.

Durante su declaración, Rivera negó haber presionado a Hermoso, y afirmó que él solo era un "corre, ve y dile" o un "mensajero calificado" de la Federación y que se limitó a transmitir a la jugadora que había ciertas personas que la estaban llamando y querían hablar con ella.

Explicó que él se encargó de organizar el viaje a Ibiza del que disfrutaron algunas jugadoras tras la conquista del Mundial y, respecto a la llamada que le hizo a la amiga de Hermoso, indicó que fue precisamente para darle los detalles del viaje a Ibiza.

La amiga de Jenni Hermoso fue una de las primeras testigos en declarar en la causa, el pasado 25 de septiembre, cuando confirmó, al igual que el hermano de la jugadora, las presiones que esta denuncia haber sufrido.