A fines del año pasado, al promediar su recital en la ciudad de Salvador, Marisa Monte anunció dos invitados sorpresa: Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown. “Fue un momento muy poderoso”, recordó hace poco la cantante. “Porque fue una sorpresa total. Nadie sabía lo que iba a pasar, y cuando los dos subieron al escenario fue como un gol de Brasil: todo el mundo estalló.” Aquella noche, el trío recordó tres temas –“Ja sei namorar”, “Velha infancia” y “Passe em casa”– del debut de Tribalistas, ese disco que asaltó el mundo por sorpresa en el 2002, casi sin prensa ni shows en vivo, y se convirtió en uno de los fenómenos del año. De la misma manera, así como en noviembre del año pasado en Salvador nadie sabía que Marisa escondía semejantes invitados, un mes atrás todavía nadie conocía la existencia del disco del que no pueden evitar hablar todos hoy en Brasil: nada menos que el segundo trabajo de Tribalistas, editado quince años después de aquel energizante debut. Un nuevo gol de Arnaldo, Marisa y Carlinhos, anunciado sin preámbulos a comienzos del mes pasado en una transmision online sorpresa compartida por sus tres páginas web oficiales, y que –después de la difusión de un EP online adelantando cuatro temas– recién tuvo su edición física e integral en el país vecino durante el pasado fin de semana: diez temas nuevos, agrupados bajo un título exactamente igual al primero o, mejor dicho, también sin título, bautizado simplemente Tribalistas. 

“No se trata de un regreso, porque nosotros siempre estuvimos aquí, nunca nos fuimos”, aclaró Arnaldo Antunes en aquella transmisión inicial –que se puede repasar en YouTube–, que mostró al trío relajado y como en casa, interpretando los cuatro temas que a partir de entonces funcionaron como adelanto del nuevo trabajo, y contestando preguntas que fueron llegando a través de las redes. Una de ellas generó una respuesta de Carlinhos Brown que intenta explicar la práctica –y también el ideal– de semejante proyecto: “Las canciones son como un auto sin conductor”, dijo el percusionista. “Están ahí, y simplemente eligen alguien para que las conduzca”. Aunque Arnaldo y Carlinhos parecen estar naturalizando esa excepción llamada Tribalistas, lo cierto es que para ellos las canciones siempre estuvieron ahí. Nunca dejaron de juntarse a componer, ya sea de a tres como de dos en dos, y la prueba está en sus discos solistas desde entonces: todos incluyen al menos un tema firmado por al menos dos de ellos. Lo que único no habían hecho desde entonces era, después de componer sus canciones, guardarlas y reunirlas para grabar un nuevo disco juntos. Apenas si habían dado a conocer en conjunto, cuatro años atrás, un tema de poco mas de un minuto titulado “Joga arroz”, en apoyo al proyecto brasileño de casamiento civil igualitario, pero que aparece firmado con sus tres nombres, no como Tribalistas. 

“Lo que sucedió esta vez fue que sentimos que teníamos en nuestras manos una colección de canciones que sonaban mas potentes cuando eran cantadas por los tres juntos, y nos surgió el deseo de grabarlas cuanto antes, porque era un disco que no podía esperar”, explicó Marisa Monte, que cuenta que esta cosecha apareció durante dos escapadas de cuatro o cinco días durante el año pasado, en las que los tres se pudieron reunir en Bahía. “Estábamos de vacaciones y, además de disfrutar de la playa y estar entre amigos, las canciones fueron surgiendo fácilmente, de a dos o tres por día”. De la misma manera fue que grabaron el nuevo disco en Río, a fines de marzo y comienzos de abril de este año, acompañados por los mismos músicos –y técnicos– del primero. Además de los tres solistas, los músicos Cezar Mendes, Pedro Baby (hijo de Pepeu Gomes y Baby Consuelo) y Dadi Carvalho (ex Novos Bahianos y Barao Vermelho) son Tribalistas de la primera hora, firmando incluso los dos primeros algunas canciones del disco. Y como para confirmar de que todo queda en familia, Bras Antunes, el hijo de Arnaldo, aparece como co-compositor de “Um só”, mientras que Dora Jobim, la nieta del legendario Antonio Carlos, es la directora de los videos del grupo. Además, de la misma manera en que el Tribalistas original tuvo como cuarta integrante a Margaret Menezes en el tema “Passe em casa”, esta vez la nueva Tribalista es la portuguesa Carminho, co-autora de dos temas: “Tribalivre”, y el que cierra el disco, el infantil “Os Peixinhos”, donde también se ocupa de la voz principal. Carminho ya había cantado junto a Marisa Monte el tema “Chuva do mar”, con musica de Marisa y letra de Arnaldo, incluido en el disco de la portuguesa, Canto (2014). 

A pesar de que desde la salida del primer disco de los Tribalistas parecía que lo único que todos querían era que hubiese un segundo –de hecho, la pregunta siempre aparecía en las entrevistas solistas de cada uno de los integrantes del trío principal–, su efectiva existencia ahora sólo parece despertar reservas en la prensa brasileña. ¿Tal vez por el hecho de que el grupo no los necesitó para llegar a su público? “En el mundo digital todo es uno o cero, no hay punto medio”, calcula Monte. “Si uno dice que algo le gusta, no pasa nada. Para llamar la atención hay que criticar, y cuanto más, mejor”. Lo cierto es que la mayoría de las críticas argumentan que este segundo Tribalistas es derivativo del primero, y lamentan la pérdida de aquella frescura. Sin embargo, una escucha atenta del disco –aunque aún no tiene edición local, se lo puede encontrar en todas las plataformas digitales– permite percibir que, sí, no hay un “Ja sei namorar”, un tema que se prenda del escucha y no lo largue más. Pero es un trabajo envolvente de una manera inequívocamente tribalista, y el grupo acepta la urgencia de sus canciones al cantarle a los refugiados del mundo o a la lucha de los estudiantes brasileños (en “Diaspora” y “Lutar e vencer”, respectivamente). “No es que nosotros hayamos cambiado, el mundo es el que cambió”, se defiende Marisa. Y algo de razón tiene. Porque, aún a pesar del mundo, antes que nada siguen siendo Tribalistas. Los Tribalistas no quieren tener razón, cantaban en el primer disco; Somos comunistas y capitalistas/ somos anarquistas, somos el patrón, cantan ahora. Y también, como se retratan en la deliciosa “Tribalibre”: Soy easy/ yo no entro en crisis. Pero la clave tal vez haya que buscarla en “Anima”, donde hay un verso que lo resume todo, y al mismo tiempo apenas si es el comienzo de cualquier respuesta posible: Caí de una placenta/ hacia el fin de los años sesenta/ en el hemisferio sur occidental.