En un contexto de crisis institucional donde el presidente Temer logró impedir su suspensión y Lula se encuentra al borde de ser inhabilitado para las próximas elecciones, el Parlamento brasileño sigue avanzando con reformas antipopulares. Paralelamente, el Partido de los Trabajadores se perfila de cara a las elecciones de 2018 para garantizar la candidatura de Lula, a quien las encuestas lo dan como ganador por un amplio margen de diferencia. Por su parte, el poder judicial en connivencia con los grandes medios de comunicación parecen decididos a inhabilitar al ex presidente para las próximas elecciones.
–Luego de la votación en diputados Temer mantiene su cargo. ¿A qué sector político y económico le conviene sostenerlo en el poder?
–Hay que decir que este gobierno utilizó en beneficio personal el presupuesto que teníamos disponible para salud, para educación, para investigación en ciencia y tecnología desde el principio. Todo lo que es investigación en Ciencia y Tecnología, por ejemplo, se va a quedar sin financiamiento este próximo septiembre. Además, los programas sociales importantes, como el propio Bolsa Familia y todos los que están orientados a los sectores más vulnerables también se encuentran parados. En estas semanas hubo una liberación inmensa de recursos destinados a los diputados y diputadas que votaron a favor de Temer. Además, se ofrecieron muchísimos cargos para todos ellos. Se dice que se gastaron 14 millones de reales para que el parlamento rechazara la denuncia contra Temer. Incluso algunos sectores lo criticaron mucho y me refiero a los sectores que estuvieron en contra de la presidenta Dilma. La red Globo inicialmente estaba en contra de Temer y luego se calmó, pero no era favorable en un principio a su mandato. Él consiguió vencer esta situación utilizando la máquina pública.
–Algunos diputados votaron contra la admisión del proceso por la “continuidad” y por la “estabilidad” de la economía. Incluso O Globo tituló este resultado como un beneficio para “la estabilidad económica”.
–Ellos intentan vender esa idea de estabilidad de la economía. Pero ¿de qué estabilidad estamos hablando? Estamos viviendo una de las mayores crisis económicas de nuestra historia. Nuestro tipo de interés real se encuentra en el orden del 5 por ciento (no hay otro país que tenga un tipo de interés como el nuestro), estamos con 14 millones de desempleados y el Estado brasileño está siendo desmontado. ¿Cuál estabilidad económica? La estabilidad económica del mercado financiero, cuya ganancia no tiene límites y que, además, tiene mucho interés en realizar reformas que eliminen los derechos del pueblo brasileño. De cada 4 personas, 3 rechazan la reforma laboral que fue aprobada en la Cámara y más aún la reforma previsional. Entonces yo me pregunto, ¿cuál es la estabilidad económica que dicen estar preservando? La estabilidad económica del piso más alto de la sociedad, del 20 por ciento de la población que cabe dentro del presupuesto. El resto del pueblo, sinceramente, no está ni un poco satisfecho con las medidas que está tomando este gobierno. Tanto es así, que el 91por ciento de la población quería que el proceso contra Temer fuese llevado adelante y el 90 por ciento quiere elecciones directas. El pueblo no está recibiendo ningún beneficio por estos cambios, ni tampoco por parte del gobierno.
–Temer tiene un escaso porcentaje de imagen positiva. ¿Se ve esto reflejado en protestas, marchas o movilizaciones?
–Nuestro pueblo fue llevado a manifestarse contra Dilma, contra el PT y luego entró en una enorme frustración y ahora está muy cansado de las manifestaciones. Entonces es muy difícil movilizar a la población en este contexto. La realidad es que hay mucho desgaste y no se percibe un objetivo concreto en estas manifestaciones. Lo que los ciudadanos quieren es que haya elecciones directas para poder votar. Es importante prestar atención a los efectos y los cambios que se verán reflejados en un futuro cercano como producto del desmantelamiento que está sufriendo el Estado. El desempleo ha crecido muchísimo y ya es algo que se siente fuertemente. Pero el desmantelamiento de la máquina pública va a provocar un efecto doloroso para las personas: cuando los programas sociales más fundamentales para ciertas capas sociales sean recortados, cuando el desempleo aumente aún más, etc. Yo creo que ese dolor va a despertar una mayor conciencia de lucha. Espero que esa sea la respuesta de los ciudadanos.
–¿Y cómo está la imagen de Lula?
–Es interesante analizar las encuestas de opinión que se hacen en –relación al ex presidente Lula y en relación al PT. Según los resultado de la última encuesta que obtuvimos en junio, Lula tendría como intención de voto espontáneo un 40 por ciento y el PT se lleva el 20 por ciento de preferencia partidaria a nivel nacional. ¿Por qué sucede esto? Porque las personas no olvidan el legado que dejaron los gobiernos de izquierda, que fueron quienes le dieron al pueblo las condiciones para vivir mejor. Entonces, creo que esto es un proceso de acumulación de fuerzas y de conciencia sobre lo que está sucediendo.
–De fondo están la reforma laboral y la previsional. Al día siguiente de que se diera a conocer el dictamen de diputados sobre el proceso a Temer, ya estaba circulando el avance de la reforma previsional.
–Es muy triste lo que está sucediendo con estas reformas. De hecho, esta reforma laboral que fue aprobada es claramente esclavista. Ese día salieron notas en los diarios diciendo que algunas grandes empresas ya están adecuando su comportamiento a esta reforma. O sea que los trabajadores ya están en un proceso de precarización laboral y pérdida sustancial de derechos. Esto es muy preocupante. Tenemos una pauperización de la población y, aunque el empleo llegue a crecer, se van a tratar de empleos más precarios, con salarios más bajos y sin ningún tipo de protección. El desarrollo de todo esto será peor de lo que estamos acostumbrados a ver. Sobre la reforma previsional, veo que se trata de una entrega total de todo tipo de protección social con la que cuenta la población más vulnerable, más pobre. Esto acabará con algo que fue previsto en la Constitución en el año 88. Fue aprovechado en los gobiernos de Lula y Dilma, pero es una conquista de la Constitución. Entonces, preocupa mucho la declaración del ministro de Temer para avanzar pronto sobre la reforma previsional. Los que salvaron a Temer en el Congreso, son los mismos que sacaron a Dilma de la presidencia con un discurso basado en la moral, la familia y en nombre de Dios. Esos mismos que aparecieron en las grabaciones en Jaburu pidiendo recursos, son los que levantaron la bandera de la moral cuando destituyeron a Dilma. En el fondo el problema es la lucha de clases y se ve claramente porque los más ricos y los más poderosos se manejan con tanta impunidad. Si estos sectores aprueban una reforma previsional será una tragedia. Espero que el pueblo pueda oponerse a todo esto y que sea posible frenarlo, porque va a significar una pérdida muy fuerte en términos de derechos. Creo que va a ser una lucha y espero que podamos concientizar y preparar a la población para esta resistencia.
–La reforma laboral fue recientemente citada por el presidente argentino, Mauricio Macri, como un modelo. ¿Cómo evalúa el comportamiento de los países de la región con respecto a esta reforma?
–Nosotros lamentamos mucho esa declaración del presidente Macri. De todas formas él nunca nos engañó, siempre supimos que su mandato llevaría también a la Argentina a importantes retrocesos. Creo que él es muy coherente con lo que piensa y quiere llevar adelante. De hecho, las protestas que él está enfrentando en Argentina son una consecuencia del rumbo que está siguiendo. Esto demuestra que no es posible gobernar sólo para los grandes capitales, ni tampoco para el sistema financiero. España ya hizo una reforma laboral hace cinco años y los salarios se derrumbaron. La población española está enfrentando muchas dificultades, los jóvenes incluso se encuentran por fuera del sistema laboral. México también tuvo una reforma laboral como la de Brasil y se jactaban de la baja tasa de desempleo que tiene ese país, pero lo central es que el empleo que existe es de una precariedad tremenda. ¡Ese es el objetivo de las reformas! Lamentablemente los países de América Latina tienen que enfrentar este tipo de retrocesos. Vamos a tener que hermanarnos, vamos a tener que estar juntos para resistir estos embates. Tenemos que enfrentar todos juntos esta ola neoliberal y del sistema financiero.
–Sobre la condena del juez Moro a Lula, ¿qué sectores sostienen este fallo?
–El juez Moro condenó a Lula para justificarse frente a los medios. Él sostuvo desde el principio del Lava Jato que Lula era el jefe de una banda mafiosa y desde ahí no pudo retractarse. Así es como llegó a condenarlo sin pruebas. Sin condenar a Lula el golpe no cierra, porque no alcanzaba con sacar a Dilma del poder sino que tienen que impedir que el PT vuelva a gobernar. Entonces, todos los esfuerzos se orientan a que Lula no pueda ser candidato en las próximas elecciones presidenciales. Porque si Lula se postula, va a ganar. Frente a esto es impresionante la claridad de la población que considera que la condena es una maniobra política. Las personas ven a Moro como un juez partidario, que representa a los grandes medios de comunicación, principalmente a Globo. Además representa a un estrato conservador de la sociedad brasileña que llamamos “aristocracia del servicio público”, que corresponde a los altos cargos del Estado que están dando sustento a este procedimiento judicial. Pero además, se trata de un sector aliado con el capital financiero que tiene como objetivo destruir el Estado de Bienestar que habíamos conseguido. Es una locura lo que estamos viviendo en Brasil. Aécio Neves fue liberado a pesar de la grabación que se conoció, en la cual le pide dinero a JBS, su hermana fue liberada también, el diputado que cargaba la valija con dinero de Temer también fue liberado, pero el tesorero del PT, que fue sobreseído por el Tribunal Regional Federal, continúa preso. Entonces la carga con Lula y contra el PT es muy pesada, porque es la única forma que tienen de impedir que vuelva a gobernar al país.
–Además, el PT es el partido más golpeado y desprestigiado por los medios brasileños. ¿Considera que el PT es un factor que le suma apoyo a Lula como líder político o, al contrario, le resta?
–El PT y Lula son indisociables y considero que el partido no perjudica a Lula. En este momento el PT tiene un 20 por ciento de preferencia entre aquellos que adhieren a algún partido. Debajo de esta cifra vienen el PMDB y el PSDB con un 1 por ciento y todos los demás partidos brasileños suman un 4 por ciento. Entonces considero que la adhesión al PT es significativa, luego de todo lo que pasó en este tiempo. Tenemos que recordar que el partido tenía un 12 por ciento cuando fue el impeachment a Dilma y con el tiempo logró recuperarse. En este proceso de defensa de los trabajadores, de oposición a la reforma laboral y previsional, el PT se destacó y se reafirmó como un partido que está del lado de los trabajadores y del pueblo brasileño. El PT es un patrimonio del pueblo brasileño y no hay otro partido con tanto apoyo. Además es un partido joven, de 37 años, que tuvo experiencias de gobierno y creo que aún tiene una chance para demostrar su potencial y todo lo que puede hacer por el país.
–Sin embargo, los medios sostienen que el PT se encuentra dividido.
–Eso no es cierto, es una mentira absoluta. Los medios intentan todo el tiempo mostrarnos divididos. Esto desvía la discusión que apunta al gobierno de Temer, porque se trata de un gobierno débil que necesita ayuda de los medios. Cualquier gobierno golpista será débil porque no representa los intereses del pueblo. Esto lleva a que la gente reivindique el gobierno de Lula simplemente porque él representó a los intereses de la población. Todos nuestros representantes votaron unánimemente contra todas las medidas que lleva adelante este gobierno. Los diputados lucharon esa noche en la cámara baja contra el circo que se armó para sostener a Temer, un presidente que no tiene ningún tipo de apoyo popular. El PT está más unido que nunca y con mayor claridad respecto del papel que tiene en la sociedad.
–Como nueva presidenta del PT, ¿cuál es la estrategia del partido y qué alianzas considera importantes de cara a las elecciones?
–Lo primero que estamos intentando hacer es reorganizar el partido. Nosotros nos posicionamos rápidamente en el escenario nacional como una oposición sistemática y firme a este gobierno que consideramos un gobierno ilegítimo. Nos ubicamos junto a los trabajadores, a los movimientos sociales y al pueblo en las calles. Esto es un factor fundamental para nuestro partido. Además estamos preparando una campaña para intentar volver a gobernar Brasil. Por un lado, estamos realizando un diagnóstico del país tal como está ahora, pero además estamos buscando construir propuestas que profundicen lo que nosotros ya habíamos logrado. Para lograr esto necesitamos una militancia organizada, valiente y fortalecida. Tenemos muchos encuentros programados dentro del partido, pero además queremos acercarnos a debatir con la sociedad. Lanzamos el proyecto “Brasil en movimiento” que es la construcción de una nueva sociedad brasileña, basada en nuevo federalismo, para pensar a Brasil en otro contexto diferente de este capitalismo que estamos padeciendo. De esto se desprende la propuesta de gobierno que buscamos implementar. El ex presidente Lula inició un viaje, el 17 de agosto, por todo el país. Comenzó con una gran caravana en el nordeste brasileño, donde Lula estuvo visitando varios estados nordestinos y va a pasar por los lugares donde se realizaron obras importantísimas para la región, pero además donde se están desmontando las conquistas sociales que se habían adquirido. El quiere conversar con la gente, dialogar, escuchar lo que está pasando. En fin, queremos estar junto al pueblo, ser nuevamente la esperanza de todos los brasileños.
–Las elecciones directas parecen estar en peligro y los acuerdos parlamentarios no parecen ser posibles. ¿Cuál es la salida para la crisis institucional que vive Brasil? ¿Podrán inhabilitar definitivamente a Lula para las elecciones?
–Yo creo que van firmemente en esa dirección. No quieren que Lula sea candidato y por eso no se atreven a llamar a una elección directa ahora mismo, ya que él ganaría seguramente. En el Parlamento no están dadas las condiciones, en este momento, para habilitar las elecciones directas. Nosotros, desde el PT, estamos realizando un movimiento fuerte en todo Brasil para pedir elecciones directas. Estamos llevando adelante asambleas para que el pedido se sienta. Sabemos que es difícil que el Congreso apruebe esto, entonces estamos enfocados en las elecciones de 2018. Nuestro único objetivo es que Lula sea candidato porque así será muy difícil que alguien pueda ganarle. En todas las encuestas que realizamos y las investigaciones que llevamos adelante la mayor parte de la población quiere que Lula se presente elecciones. Incluso aquellos que no lo votarían quieren que se presente, porque consideran que inhabilitarlo sería injusto en un proceso electoral democrático. Todos saben que Lula representa no sólo a un partido, sino a los intereses de una gran porción de la población. Yo espero sinceramente que el Poder Judicial brasileño actúe legalmente porque no existen pruebas contra Lula. Espero que el Tribunal Regional Federal siga la misma línea que cuando absolvió a João Vaccari Neto, nuestro tesorero, y que así podamos garantizar la presencia de Lula en las elecciones. Tenemos una lucha intensa por delante. Una elección sin Lula es fraude y no lo vamos a permitir.