Temer logró evitar que la Cámara de Diputados admitiera el proceso en su contra, remitido por el Supremo Tribunal Federal, que lo llevaría a un impeachment como el que enfrentó Dilma en marzo de 2016. Acusado de corrupción, el presidente de Brasil esquivó su suspensión por medio de coimas, prebendas y otorgamiento de cargos entre los diputados que votaron esa noche. Al día siguiente, los diarios instalaron en la agenda la reforma previsional que, en breve, será tratada por el Parlamento brasileño. Junto con la reforma laboral aprobada recientemente –que la senadora Gleisi Hoffmann tildó de “esclavista”– se completa un paquete legislativo que flexibiliza el mercado de trabajo y deja desamparada a una importante porción de la población.

Gleisi Hoffmann, senadora electa por el PT en 2010, comenzó su trayectoria política en el movimiento estudantil. Abogada y especialista en Gestión de Organizaciones Públicas y Administración Financiera, Hoffman fue secretaria de Estado en Mato Grosso do Sul y secretaria de Gestión Pública en el municipio de Londrina (PR). También integró, en 2002, el equipo de transición del gobierno del presidente Lula, junto a la, entonces, ministra Dilma Rousseff. Presidió el directorio del PT de Paraná entre 2008 y 2009. Durante el primer gobierno de Lula (2003/2007), asumió la Dirección Financiera de Itaipu Binacional. Como legisladora, entre sus proyectos de ley se encuentran la creación de la jubilación para las amas de casa, la paridad de género en cargos parlamentarios y la posibilidad de abrir un proceso contra los agresores a las mujeres sin necesidad de contar con la denuncia de las víctimas. Uno de los proyectos sobresalientes, aprobado en 2013, es el que eliminó la 14º y 15º cuotas salariales de los senadores y diputados federales. A lo largo del 2016, Hoffmann presidió la Comisión de Asuntos Económicos del Senado. En febrero de 2017, fue electa por unanimidad para la función de jefa de bloque del PT en el Senado y en junio como presidenta nacional del Partido de los Trabajadores.