Los salarios registraron en agostó una suba promedio de 7,6 por ciento, según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). La cifra se ubica por debajo de la inflación de 12,4 por ciento registrada en el mismo período, lo que evidencia una fuerte caída en términos de poder adquisitivo.

En los primeros ocho meses del año acumulan un avance de 75,9 por ciento, que también se ubica por detrás del 80,2 por ciento que registró la inflación en ese lapso. Los salarios también pierden contra la inflación cuando se toman los últimos doce meses porque subieron 121,8 por ciento en promedio contra un IPC que registró una variación de 124,4 por ciento.

La suba promedio de 7,6 por ciento registrada en agosto obedeció a un incremento de 8,3 por ciento en el sector privado registrado, 6 por ciento en el sector público y 8,5 por ciento en el sector informal, detalló el Indec. Estos datos dejan en claro que todos los segmentos perdieron contra la inflación record de agosto, que se disparó luego de la suba del tipo de cambio oficial de 22 por ciento que aplicó el gobierno en la semana posterior a las PASO.

En los ocho primeros meses del corriente año, el índice salarial acumuló un incremento de 75,9 por ciento, debido a subas de 76,8 por ciento en el sector privado registrado, 80,4 por ciento en el sector público y 63,8 por ciento en el sector privado no registrado. En este caso se puede observar que los empleados públicos son los únicos que pudieron ganarla a la inflación promedio de 80,2 por ciento. Los trabajadores registrados bajo convenio quedaron 4,3 puntos porcentuales por debajo, mientras que los informales, el sector más desamparado de la sociedad, quedó 16,4 puntos porcentuales por debajo de la inflación promedio.

Por último, en términos interanuales, el índice mostró una suba de 121,8 por ciento, como consecuencia de los incrementos de 121,1 por ciento en el sector privado registrado, 137,7 por ciento en el sector público y 95,1 por ciento en el sector privado no registrado. Una vez más, puede verse que los estatales lograron conservar su poder adquisitivo e incluso lo incrementaron, mientras que los registrados del sector privado quedaron levemente por debajo de la inflación y los no registrados perdieron casi 30 puntos porcentuales.

La inflación de 12,7 por ciento registrada en septiembre muestra que estos datos de pérdida de poder adquisitivo probablemente se profundicen en el corto plazo. En general, en los años en que hay elecciones el salario se recupera producto de las concesiones que otorgan los gobiernos de turno, pero en este caso esas concesiones solo parecen haber servido para aminorar el deterioro, fundamentalmente en el segmento de los empleados públicos y los privados registrados, mientras que los informales quedaron a la intemperie.

A su vez, lo que se espera para el último trimestre tampoco es alentador. Son varios los analistas que pronostican una devaluación del dólar oficial para luego de las elecciones, lo que aceleraría todavía más la inflación. Desde la oposición, habían dicho que esa devaluación iba a producirse luego de la primera vuelta electoral, pero el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, lo desmintió: “El 23 de octubre el dólar oficial estará en 350 pesos. Ya todos se han percatado, en el país y en el exterior, que, sin un monto de dólares significativo para controlar el financiero, la maxi devaluación no sirve. Y desde 15/11 crawl al 3 por ciento mensual”. El funcionario buscó dejar en claro ahí que no tenían previsto devaluar luego de la primera vuelta ni después porque los resultados que se obtuvieron al subir el tipo de cambio oficial luego de las PASO no fueron buenos. Habrá que esperar para saber si cumplen.