El bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Senadores de la provincia está dando sus primeros crujidos. Más allá de que algunos de sus miembros admiten que les gustaría sostener la unidad, al mismo tiempo observan que ese horizonte se vuelve difuso tras las acciones inconsultas e intempestivas de Mauricio Macri y su cierre con Javier Milei. Para otros, el desenlace es uno solo e inevitable: la fractura. De todos modos, nadie se anima a adelantar el cómo y cuándo que, estiman, también dependerá del resultado del balotaje.

“Yo estuve esta semana en La Plata y coincidimos con colegas del PRO en seguir unidos”, señala un senador radical del interior bonaerense a Buenos Aires/12. Sin embargo, confiesa: “Por lo que veo, cada día es más difícil”.

La primera semana post elecciones generales hicieron estallar a JxC. El ex presidente Macri cerró un acuerdo con Milei y se encontró con más rechazos que adhesiones. Entre ellas, la UCR Nacional y Provincial, el propio Horacio Rodríguez Larreta, la Coalición Cívica, y Miguel Ángel Pichetto, hoy diputado nacional electo por la provincia. En el colmo Macri llegó a decir que “transó” con Sergio Massa, candidato a presidente de Unión por la Patria.

Para comprender que la lectura sobre la ruptura del bloque en el Senado no sólo transita entre las huestes radicales, otro legislador del interior provincial pero que integra el PRO le explica a este medio que la fractura será inevitable y que sólo el tiempo, en conjunto con el resultado del balotaje, determinarán la fecha. “El bloque puede seguir junto, puede ser un interbloque o puede romperse en varias partes”, comienza su análisis el legislador amarillo, pero agrega: “Para mi van a pasar las tres cosas, una seguida de la otra, y que los tiempos lo marcarán quién gane el 19 de noviembre y las medidas que empiece a tomar”.

“Me animo a citar a otro legislador que decía en 2019 cuando se perdió: no se puede ser el primer traidor, pero tampoco el último boludo en quedarse”, recuerda, apostando a la frase para sintetizar el momento de JxC. Según entiende, entre los que todavía no se fueron del espacio se habla de neutralidades y se evita el apoyo a alguno de los dos candidatos porque “a nadie le gusta ser el primero en romper”. Según su criterio, el modelo que aplique el nuevo gobierno dará el pie para fragmentar a JxC dependiendo de la seducción que genere en cada una de sus tribus, ya sea Massa o Milei el vencedor.  

Como experimentado miembro de la Legislatura, asegura que la decisión de Macri sobre Milei dividió las aguas de manera insalvable, pero también que la mayoría de los senadores del PRO no votan por Milei. “Cuando Macri dice que él no rompió JxC es porque habla de Compromiso por el Cambio, lo que formó en 2003, no lo que se construyó en 2015”, analiza el senador.

Daniel Reich, senadora provincial y presidenta del PRO bonaerense.

La descomposición de JxC

De cara al balotaje del 19 de noviembre, la mayoría de JxC prefirió la neutralidad por sobre la postura del ex presidente. En las últimas horas, Miguel Fernández, el titular del Foro de Intendentes Radicales y ex compañero de fórmula de Néstor Grindetti fue mucho más contundente sobre el rol que tiene hoy Macri sobre el resto de la coalición opositora: “¿Cómo va a ser el líder de JxC si se fue?”.

Pero las discrepancias nos son sólo entre el PRO y la UCR, ya que el partido amarillo tiene su fractura expuesta entre Patricia Bullrich y Larreta, y en el Senado ambas partes tienen sus bancas, con mayor presencia del ala que responde al todavía Jefe de Gobierno porteño. A su vez, cuatro de los trece sillones del PRO comulgan con otros dirigentes o son referentes en sí mismos, por lo que una fragmentación puede derivar en múltiples bloques. 

A partir de las elecciones generales, veinte bancas serán para la, hasta ahora, coalición predominantemente amarilla en el Senado provincial. Trece que permanecen del período anterior y siete que se suman tras los resultados del 22 de octubre. Completarán el recinto veintiun bancas que serán para UxP y cinco estarán en manos de La Libertad Avanza.

La primera foto de JxC muestra a trece legisladores del PRO, seis radicales, y una del GEN. Pero, como bien se evidenció en la semana, el partido político fundado por Macri para gobernar la Ciudad de Buenos Aires tiene sus fisuras, tanto por lo que fue la sangrienta campaña entre Larreta y Bullrich, así como por las otras terminales que digitan la representatividad dentro del recinto.

Alejandro Cellillo, senador radical con mandato hasta el 2025. 

El PRO

Entre los 13 senadores de JxC, seis provienen o tienen mayor empatía con el larretismo. Si bien el PRO no es una estructura partidaria con peso territorial en la provincia de Buenos Aires, sí fue construyendo acuerdos con intendentes y dirigentes que no tienen una tradición profunda en el partido vecinalista porteño.

Entre los que su mandato vence recién en 2025, está Yamila Alonso, representante del intendente de Junín, Pablo Petrecca, uno de los alfiles de la candidatura de Diego Santilli a gobernador. Quien también obtuvo su banca en 2021, es Daniel Reich, actual presidenta del PRO en la provincia. Es la esposa de Daniel Valenzuela, quien reelegió al frente de la Municipalidad de Tres de Febrero.

Valenzuela estuvo en el ojo de la tormenta los días previos a los comicios por su convocatoria a cortar boleta, un mecanismo que repite en todos los turnos electorales. La realidad es que siempre militó por la candidatura de Rodríguez Larreta y marcó claras diferencias con Bullrich, algo que en tándem manifestó Reich, que está en la Cámara desde 2017.

Entre los que ingresarán el 10 de diciembre, otros cuatro provienen de las listas que, originariamente, conformó el team larretista. Está Juan Manuel Rico, que responde al intendente de Pergamino, Javier Martínez, armador en la segunda sección electoral que trabaja en sintonía con Daniel Angelici

También asume la multifacética Florencia Arietto, quien coqueteó con Bullrich, fue parte del Frente Renovador, y supo abrazar al Frente de la Victoria, pero arriba a la Cámara de la mano de Santilli. 

El tercero es Marcelo “Chuby” Leguizamón, de vínculo directo con el jefe comunal platense, Julio Garro, quien comulgó y apuntaló la candidatura de Larreta y hasta fue acusado de no depositarle el sueldo a trabajadores municipales del bullrichismo. El póker de ingresantes por el lado de Larreta y Santilli se completa con Alex Campbell, ex presidente del bloque de JxC en la Cámara Baja bonaerense y fiel ladero de la ex gobernadora María Eugenia Vidal.

Desde el lado del bullrichismo, habrá tres senadores desde el 10 de diciembre. La única cuyo mandato vence en 2025, es Aldana Ahumada, que responde a Grindetti. La actual legisladora de Merlo quiso competir por la intendencia, pero bajaron su lista y la “Fuerza del Cambio” tuvo un solo candidato, Pablo Coccuza. De todas formas, el triunfo quedó en manos del larretismo, con David Zencich, que en las generales de la semana pasada quedó tercero, debajo de LLA.

Las otras dos bancas de Bullrich fueron obtenidas en la última elección. Está Jorge Schiavone de Lanús, ex presidente del Concejo Deliberante del distrito, y uno de los hombres de mayor confianza de Grindetti, que se sumará al recinto en diciembre. Lo mismo hará María Emilia Subiza de San Nicolás, funcionaria de la Municipalidad y, por tanto, miembro del Clan Passaglia, principales armadores del espacio en la Segunda Sección, aunque se sabe de su modalidad para saltar de vereda en vereda.  

Joaquín De la Torre, senador provincial.

Con esta distribución, hay otros cuatro sillones amarillos cuyos dueños tienen jefaturas que exceden a la última interna electoral del PRO. En el caso de Joaquín De la Torre, él es su propio jefe. El ex intendente de San Miguel conduce el distrito por medio de Jaime Méndez. Supo ser ministro de Vidal, pero también integrar el Frente Renovador, acorde a su origen militante en el peronismo. Si bien intentó ser el candidato a gobernador elegido por Bullrich, su pasado massista también abre la oportunidad a un retorno. 

Hay dos casos que responden a otros dirigentes del PRO. Uno es Christian Gribaudo, quien presidió el bloque de senadores de Juntos durante 2022. Su terminal es Angelici, hombre con aceitada influencia en la Justicia y ex presidente de Boca. Gribaudo, incluso, fue candidato a presidente del club de la Ribera, pero cayó frente a la Jorge Ameal. Hoy muestra una mayor sintonía directa con Macri, y particularmente con el electo Jefe de Gobierno, el primo Jorge Macri.

El otro caso es el de Alejandro Rabinovich, actual presidente del bloque opositor, y hombre de Guillermo Montenegro, intendente reelecto de General Pueyrredón, el municipio donde Mar del Plata es la ciudad cabecera. Allí, Montenegro logró ser el candidato único de JxC, lo que le evitó tener un pronunciamiento por la interna del PRO.

El último senador amarillo es Marcelo Daletto, quien responde al histórico armador de la Cuarta Sección y de la Provincia en general, Emilio Monzó. Previo a las generales fue muy claro respecto a Milei: “Nunca lo votaría”, “no puede administrar ni una calesita”, y “no tiene estabilidad emocional para gobernar”, fueron algunas de sus frases.

El radicalismo y el GEN

Como ya describió Buenos Aires/12, los ojos del oficialismo empiezan a estar encima del radicalismo, que sumará un total de seis bancas en la Cámara Alta. Todas estarán ocupadas por dirigentes del interior de la provincia.

Quienes continuarán el recinto hasta 2025 son Agustín Máspoli de Chacabuco, uno de los principales arietes del partido en la negociación del presupuesto provincial; la marplatense Flavia Delmonte, ladera del titular del Comité Provincia, Maximiliano Abad; el también abadista Alejandro Cellillo de General Alvear; y el senador Ariel Bordaisco de Mar del Plata. A este grupo se suma Érica Revilla, pero al ser electa intendenta de General Arenales, dejará su lugar a Eugenia Gil, de Bragado.

Dentro de la nueva camada de senadores, sólo uno de los siete que ingresaron por JxC proviene de la UCR. Es Nerina Neumann, de Coronel Suárez, y que encabezó la lista de Bullrich en la Sexta Sección.

Lorena Mandagaran, senadora del GEN

La última banca en el recuento cambiemita está en manos de María Lorena Mandagarán. Nacida en Azul, representa a la séptima sección electoral desde el GEN, el partido que conduce Margarita Stolbizer, y asumió en 2021.