El conflicto por el programa de misiles y nuclear de Corea del Norte está considerado como uno de los más peligrosos del mundo. Los principales implicados tratan en vano desde 2009 alcanzar una solución en negociaciones a seis bandas.

  • Corea del Norte: Para el joven líder, Kim Jong-un, el desarrollo de bombas nucleares y de misiles es una garantía de supervivencia. Aunque su padre y predecesor, Kim Jong-il, fallecido en 2011, se comprometió al principio a negociar, Kim Jong-un se niega a ello. El aislado país comunista se siente amenazado por Estados Unidos y Corea del Sur. La existencia de un enemigo externo le sirve a Kim para justificar su sistema represivo y explicar la pobreza y el hambre en el país. 
  • Corea del Sur: El nuevo presidente, Moon Jae-in, se mueve entre la reconciliación con el norte y una política estricta respecto de su vecino. Seúl, con 25 millones de personas, se encuentra a solo 50 kilómetros de la frontera y en el rango de alcance de la artillería norcoreana: una guerra sería devastadora. La alianza con la superpotencia nuclear de Estados Unidos, que tiene 28.500 soldados destacados en Corea del Sur, tiene el objetivo de amedrentar a Pyongyang. Además, Seúl quiere perfeccionar sus propios misiles. 
  • Estados Unidos: Corea del Norte considera a los estadounidenses los responsables de todo mal y amenaza a Washington con ataques nucleares. Trump dio por finalizada la fase de la “paciencia estratégica”: ha sido el primer presidente estadounidense en amenazar claramente con un ataque militar, algo que hasta ahora no tuvo consecuencias. Mientras tanto, Washington se esfuerza por presionar a Corea del Norte política y económicamente y en reclutar para ese empeño a China y Rusia.  
  • China: China luchó junto a Corea del Norte frente a Corea del Sur y Estados Unidos en la guerra de Corea (1950-1953), pero la alianza ya es parte del pasado desde hace mucho tiempo y la relación con Pyongyang nunca fue tan mala como ahora. China trata de hacer que Corea del Norte y Estados Unidos negocien. Alrededor del 90 por ciento del comercio norcoreano se produce a través de China, que participa en las sanciones contra Pyongyang. 
  • Japón: Japón es un aliado militar de EE.UU. y considera a Corea del Norte una gran amenaza. Los misiles norcoreanos han caído en varias ocasiones en aguas japonesas o han sobrevolado el país, como hizo el pasado martes un misil de medio alcance. Japón se quiere proteger con un sistema antimisiles y el premier conservador, Shinzo Abe, utiliza a Pyongyang como excusa para apartarse de la doctrina militar básicamente defensiva del país. 
  • Rusia: Corea del Norte y Rusia comparten una frontera de apenas 20 kilómetros y una línea de ferrocarril conecta ambos países. Moscú condena el rearme nuclear norcoreano y aplica las sanciones de la ONU. Sin embargo, rechaza cualquier solución violenta al conflicto y exige que Estados Unidos y Corea del Norte negocien. La presencia del Ejército estadounidense en Corea del Sur también incomoda a Moscú, pues la instalación de un sistema antimisiles contra Corea del Norte también debilita la posición estratégica rusa.