El 22 de octubre se conmemora el día del derecho a la identidad en Argentina. En ese marco, la curadora oficial María José Miranda contó sobre el trabajo que vienen realizando en el Hospital de Salud Mental Miguel Ragone para que muchas personas con padecimientos mentales que permanecían internadas como NN pudieran ser identificadas y recuperar su historia. Sin embargo, aún quedan al menos cinco mujeres a quienes no han podido reconstituirle su identidad

Miranda señaló que hasta hace un tiempo "no había conciencia de la importancia de resguardar el derecho a la identidad de los pacientes” y consideró que esa fue la principal causa de esta vulneración de derechos en el Hospital Ragone."Desde que se creó la curaduría oficial en el año 2010 se detectó que había una gran cantidad de pacientes NN en el Hospital", contó a Salta/12. Se trataba de personas que llevaban largos períodos de internación, entre 30 y 40 años, y habían perdido el contacto con su lugar de origen.

"El paradigma empieza a cambiar fundamentalmente a partir de la vigencia de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que es un tratado internacional de derechos humanos, ratificado por el Estado argentino en el año 2008", recordó Miranda. Añadió que la Ley nacional de Salud Mental 26657, de 2010, "busca operativizar" esta Convención y "específicamente en el artículo 7 dice que es deber del Estado defender el derecho a la identidad de estas personas y a mantener sus vínculos afectivos y familiares".

Además, la curadora detalló que la Convención "provoca un cambio de paradigma, que implica (...) considerar al enfermo mental como una persona" que "tiene derecho a conocer y preservar su identidad, a mantener el vínculo con su familia, a regresar a su lugar de origen". "Entonces es simplemente dejar de tratar al enfermo mental como un objeto de compasión, un objeto sometido al paternalismo del Estado".

Miranda explicó que en la provincia, al haber un único hospital público de salud mental que se ubica en la ciudad de Salta, y ante la falta de psiquiatras en los hospitales generales de los distritos del interior, cuando una persona con patologías psiquiátricas se descompensa debe ser trasladada a la capital provincial necesariamente. 

La Ley de Salud Mental "prevé que cuando se produzca el traslado de un paciente a otro centro distinto al lugar donde vive sí o sí debe ser acompañado por un referente familiar y solamente debe ser trasladado cuando sea algo necesario". Pero en la mayoría de los casos se trata de familias pobres que no cuentan con recursos económicos para viajar a la ciudad capital. La funcionaria indicó que esa situación provoca "graves consecuencias", entre las que nombró el "desarraigo"  y la desvinculación de familiares.

Hospital para curar, no para quedarse a vivir 

El 10 de noviembre la curaduría cumple 13 años desde su creación. Miranda contó que desde entonces trabajaron en la reconstrucción de la identidad de las personas que no estaban identificadas en el Hospital. "Fue un trabajo sumamente interesante, si no, el destino de estas personas era permanecer y morir en el Hospital Ragone. Eso era absolutamente contrario al nuevo paradigma vigente en materia de salud mental porque justamente un hospital es un lugar donde uno va a curarse, no se concibe un hospital como un lugar donde vivir. Un hospital es un lugar donde uno se cura y vuelve a su lugar de origen".

"Nosotros recorremos toda la provincia porque no nos da resultado mandar a la policía o mandar un trabajador social. Nosotros personalmente hacemos la tarea de investigación para conocer la realidad de estas personas, para buscar si tienen bienes en herencia en sus lugares de origen. Hacemos todo ese trabajo, lo seguimos haciendo cada vez que nos designan en un caso así", detalló la curadora.

Dijo que todo esto generó que las asesorías de incapaces tuvieran que iniciar procesos de inscripción de nacimiento tardíos, para que estas personas pudieran contar con su documento nacional de identidad. "La vulneración de derechos era tan grave que las circunstancias de no contar con DNI impedían que estas personas pudieran acceder a beneficios que son esenciales para su recuperación como es una pensión no contributiva por discapacidad, un certificado de discapacidad, acceder a una obra social o al programa federal Incluir Salud que es el ex PROFE. Entonces esto era sumamente grave", manifestó.

La funcionaria explicó que en esos casos, "se había cortado absolutamente el vínculo con los referentes familiares, generalmente estos pacientes eran gente que venía del interior, de escasos recursos, muy vulnerables, que además las familias justamente por la carencia de recursos se encontraba absolutamente impedida de poder venir a visitarlos, de mantener contacto". 

En muchos casos se había perdido la información de las personas internadas en el Hospital "por el paso del tiempo". Además, cuando el usuario o usuaria de salud mental ingresaba durante los fines de semana "no había trabajador social, entonces no se recababa información para saber de dónde venía, por qué venía, cuál era la razón, eso generó que se rompieran los vínculos familiares con su grupos de pertenencia, de origen".

Miranda señaló que el Ragone "históricamente se deformó en su rol y función por una situación funcional a la familia, básicamente, porque era más fácil que la persona fuera segregada en el manicomnio y no genere problemas en el entorno familiar, que hacerse cargo, asumir la responsabilidad que implica tener un familiar con un problema de salud mental. Entonces por esa razón esta gente permaneció por cuestiones sociales, aún en condiciones de alta médica en los hospitales psiquiátricos".

Desapariciones en el limbo psiquiátrico 

La curadora contó que hubo casos en que familiares buscaban a una persona y no sabían que estaban internadas en el Hospital. "Inclusive nos tocó un caso de una persona que era de Buenos Aires y los hijos no sabían donde estaba su mamá. Lo que logramos fue que esta persona volviera con sus hijos a su lugar de origen", recordó.

"Otro caso fue el de un chico joven que estuvo toda su vida institucionalizado en distintos hogares estatales desde su más tierna infancia y la familia materna lo buscaba sin saber que tenía una patología mental y a raíz de una visita al norte recuperamos a toda la familia, que vino, lo buscó y lo llevó. Hoy él vive junto a su familia en su lugar de origen", contó Miranda.

También, "hubo otros casos de pacientes que habían estado tan largo tiempo en el Hospital Ragone, que consideraban que era su lugar de pertenencia, entonces se negaban en lo absoluto a volver con sus familiares pero, al menos, les devolvimos la posibilidad de contar con la visita de ellos, con el afecto de ellos", relató.

Para la curadora, esa dimensión de los afectivo es fundamental. "Es muy fácil la salida de que se designe al curador oficial como el representante de la persona o como apoyo de la persona pero el curador por más eximio que sea no puede darles el amor que ellos merecen. Ese amor sólo puede dárselo un referente familiar, un referente afectivo, alguien que tenga una historia con esa persona, que haya transitado la vida con esa persona. Entonces es sumamente importante recuperar los afectos de estas personas, porque no son cosas que se sacan de un lugar, son personas y tienen derecho a recuperar su identidad y su historia", aseveró.

Hubo casos más graves en los que no se ha podido reconstituir la identidad de las personas internas en el hospital. "Hay gente que es sordomuda y no sabe darse a entender por escrito, no aprendió nunca el lenguaje de señas y además tiene un retraso mental, a esa gente no le pudimos recuperar la historia", detalló la curadora. "Mínimo cinco mujeres seguro siguen sin identificación", añadió.

La funcionaria contó que hay una mujer de alrededor de 50 años en esas condiciones, "es sordomuda, no sabe darse a entender por escrito y tiene un retraso mental, el único dato que ella nos podía dar era que viene de una zona rural por los dibujos que hacía, no sabía lenguaje de señas, entonces esta persona nunca pudo recuperar su historia. Está en el Hospital hace como 10 años". Miranda dijo que pese a que publicitaron la imagen y el caso de la mujer en medios de comunicación para la búsqueda de sus familiares, no encontraron a nadie.

“Esto ya no ocurre, hay una conciencia respecto a esa situación, a los datos. Es un cambio de paradigma, lo que pasa es que tenemos los resabios de eso. Además, con el avance de todo lo que es internet, de las redes, hay como todo un cambio. Hoy tenemos la conciencia de que cuando ocurre que llega una persona así, inmediatamente se empieza a difundir por las redes sociales", aseguró la curadora respecto a los procedimientos que se siguen en la actualidad en el Hospital.