Machi Millaray, guardiana del agua, la muestra de fotos de Pablo Piovano, inaugura este sábado 11 de noviembre a las 19 en el Museo del Hambre (San Juan 2491, CABA), con entrada libre y gratuita. “Yo creo mucho en lo que estamos haciendo ahora porque esto es algo definitivo y decisorio para las futuras generaciones y es porque uno quiere cambiar la realidad y porque una sueña que este mundo que estamos viviendo que nos imponen, se puede cambiar”, dice la Machi (líder espiritual) retratada en la muestra.

“No somos algo aparte de la naturaleza, eso es lo que no entiende el occidental”, explica la luchadora en relación a las fotos que se ven en la exposición. Un cielo estrellado reflejado en un lago, un árbol ardiendo en el fuego, una gotas de lluvia en una rama, una comunidad haciendo un ritual, son algunas de las imágenes que captó Piovano, fotógrafo becado por la “Fundación García Márquez”, quien colabora en diferentes medios internacionales como Geo, Stern, National Geographic, L’Expresso, Internazionale, Liberation, de Volkskrant, Bloomberg y otros.

Qué es el weichan, nos preguntamos y la Machi responde: “el weichan es una palabra antigua, que no es vacía, significa espíritu, y puede haber una machi weichan, puede haber un lonco (jefe de la comunidad) weichan, cualquier rol de la cultura mapuche puede ser weichan, porque se vuelve en el tiempo, es un espíritu ancestral que viene a hacer el ordenamiento aquí en esta tierra, y a nosotros nos tocó. Pero no es porque uno quiera ser contrario al sistema o que tenga una ideología así de pensamiento, sino que es la espiritualidad que nos obliga a que restablezcamos el equilibrio que tiene que haber”.

Las fotos se pueden ver en el Museo del Hambre a partir de mañana sábado 11 de noviembre. 

Mujer medicina

Las fotos lo dicen todo: “hoy en día, con esta realidad, con esta imposición de estas empresas hidroeléctricas, forestales, salmoneras, que están depredando la madre tierra, sí o sí una tiene que asumir una postura. Como persona en este mundo tiene que tomar una posición, no puede estar volando… O estás con el sistema, con la maldad, con el capitalismo, con todo lo que viene, o proteges la Tierra. Y tenemos que tener una postura como personas para poder desarrollarnos y vivir, por eso tomamos esta opción”, dice la Machi.

El weichan, explica Millaray, es algo que nació como respuesta -también- a la invasión. “Pero es porque hay una espiritualidad detrás, porque somos un pueblo libre, un pueblo libertario, que nunca quisimos adoctrinar a ningún pueblo, ni avasallar a ningún pueblo, más que nosotros querer vivir en armonía. Entonces son nuestros principios elementales como mapuche que están siendo -hoy día- atacados. Y eso nos transforma en weichafe, los niños asumen eso desde temprana edad”. Ese compromiso se asume como comunidad desde pequeños: “yo veo a mis sobrinitos, de chiquitos, preocupados por entrenarse, preocupados por su formación, porque ellos saben que, en algún momento, van a tener que asumir esa postura, como persona mayor, ya formada. Y nos tienen como ejemplo a nosotras. A su abuelo, a su tía, a su mamá, a su papá, entonces hay una ética muy linda aquí”.

En la muestra también se propone lo que la Machi dice: la construcción de un mundo justo, con el territorio compartido, los ríos sin contaminación para que la humanidad siga teniendo agua y alimentos. “Los y las invitamos con mucha alegría a la exposición sobre el pueblo mapuche, específicamente enfocada en una machi, líder espiritual, en una autoridad ancestral, curandera, mujer medicina”, dice el fotógrafo  invitando a la muestra.

Machi Millaray

El pueblo mapuche considera además que parte de las enfermedades que estamos padeciendo se deben al desequilibrio, porque según la machi “no nos damos cuenta de los ciclos de la naturaleza, no nos damos cuenta de los ciclos del día, porque en un día hay un ciclo que tiene muchas fases. No nos damos cuenta el ciclo de la luna, menos del año, porque la gente pasa viviendo así. Hasta los animales se dan cuenta, porque a veces dicen 'estamos peor que los animales', pero los animalitos se dan cuenta: ellos saben cuando viene un terremoto, cuando viene un viento, cuando va a llover. Se ponen para un lado y para otro. Entonces, nosotros, como mapuche, estamos perdiendo esa parte”.

Pablo Piovano nació en Buenos Aires, en 1981. Desde los 18 años forma parte del staff del diario Página/12 como fotógrafo. Es autor del libro El costo humano de los agrotóxicos publicado por Kehrer Verlag – Alemania, en 2017. Durante 2001 documentó el estallido social en nuestro país y en 2002 publicó un libro sobre ese trabajo llamado Episodios Argentinos, Diciembre y después, junto a otros cuatro fotoperiodistas. Entre los reconocimientos más célebres que recibió se encuentra el Premio de la Fundación Philip Jones Griffiths y el Premio de la Sostenibilidad para el fotoperiodismo joven, concedido por el Lumix Festival en Hannover, Alemania.

Este proyecto de Pablo Piovano es el resultado de cinco años de investigación junto al periodista Maxi Goldschmidt, en diferentes comarcas a ambos lados de la Patagonia Andina, sumando en esta muestra a Florencia Guzzetti, como coordinadora.

El Museo del Hambre nació en agosto de 2017 en un subsuelo de Boedo, de la mano de referentes de cátedras libres sobre alimentación, para poner sobre la mesa que el hambre sólo debería estar en un museo. Desde entonces se hacen muestras, exposiciones, charlas y ferias sobre la necesidad de cuidar el planeta y a quienes vivimos en él.