La Unión Industrial Argentina (UIA), principal cámara patronal del país, publicó ayer un documento en donde pide al Gobierno mayor protección comercial ante la avalancha de importaciones desde Brasil. “El avance de las importaciones en un contexto en el cual la industria recién comienza a mostrar signos de recuperación implica un riesgo para la producción local y el mercado de trabajo”, dice la UIA. La novedad no es el reclamo ante el ingreso de importados, ya que desde fines de 2015 diversos sectores vinculados a las pymes vienen alertando sobre esta situación e incluso hubo suspensiones, despidos y cierre de empresas relacionados en alguna medida a este fenómeno. La originalidad es que el reclamo por mayor protección comercial fue emitido por la UIA, en donde tallan las grandes empresas. El diagnóstico de los industriales contrasta con el optimismo del ministro de la Producción, Francisco Cabrera, quien dijo días atrás que “este es un año en el que vemos crecimiento generalizado de la industria”.

El año pasado, las exportaciones a Brasil cayeron 10,6 por ciento mientras que las importaciones desde el país vecino crecieron 4,4 por ciento. Como resultado, el rojo comercial bilateral fue de 4650 millones de dólares y alcanzó el nivel de 2011, “año de gran crecimiento de la industria argentina”, describe la UIA. Tal como alertaron varios economistas, el avance de las importaciones en un contexto de retracción industrial y de caída del consumo constituía una señal preocupante porque implicaba la destrucción de posibilidades para la manufactura local. Desde el Gobierno respondían que la comparación era frente a 2015, cuando regían las trabas de la gestión anterior, al tiempo que resaltaban que Brasil estaba en su peor momento económico (y político) en décadas.

A pesar de esos posibles atenuantes, entre enero y julio de 2017 las compras a Brasil crecieron un 28,8 por ciento con respecto a igual periodo de 2016. En julio, el incremento interanual fue de casi el 50 por ciento en las importaciones. El déficit comercial en los primeros siete meses es de 4738 millones de dólares, superior al registrado en todo 2016.

La UIA advierte que la participación del mercado brasileño como destino de las ventas nacionales está en los niveles más bajos de los últimos 25 años. El informe vincula el deterioro de las exportaciones a la reducción de la actividad industrial en el país vecino, que se expresa en un aumento en la capacidad ociosa de las fábricas brasileñas, especialmente en el sector automotor, junto a tabaco, plástico y metalmecánica. Al mismo tiempo, entre 2014 y 2016 aumentó el desempleo en Brasil: 4,8 millones de personas se quedaron sin trabajo. Además del contexto económico brasileño, la UIA detalla que la Argentina perdió participación en el mercado brasileño en manos de la competencia china, europea y norteamericana. En este punto, el informe alude a los problemas de competitividad de la industria nacional, en donde hace hincapié en la “infraestructura, costos energéticos, costo laboral, presión tributaria y financiamiento”.

“El avance de las importaciones en un contexto en el cual la industria recién comienza a mostrar signos de recuperación implica un riesgo para la producción local y el mercado de trabajo”, comienza el análisis sobre las compras externas. “Para dimensionar el potencial efecto perjudicial para el mercado de trabajo, si se regresara al nivel de empleo industrial de 2008 se perderían 50.280 puestos más y si se compara con 2005 la pérdida ascendería a 271.949”, sigue el documento de la UIA.

El informe concluye que “una respuesta posible es la administración del comercio inteligente”. Se detalla que la cantidad de medidas no arancelarias (barreras a las importaciones) notificadas por los países miembros de la OMC se ha ido incrementando a través del tiempo. “De acuerdo con la OMC, el total de medidas informadas puede estar subestimado ya que no hay obligación legal de reportarlas”, le sugiere la UIA al Gobierno. “Las medidas no arancelarias son mayormente utilizadas por los países más desarrollados y en menor medida por los países en vías de desarrollo. Recientemente estos han aumentado la utilización de estos instrumentos”, parece explicarle la UIA a los funcionarios de la Secretaría de Comercio.

Entre las medidas no arancelarias más utilizadas están las barreras técnicas al comercio y las medidas sanitarias y fitosanitarias. “El mundo se ha sofisticado en materia de administración del comercio. Hoy se utilizan las normas y estándares de calidad como barreras contra la competencia desleal y como otra forma de proteger mercados”, cierra la UIA.