A tres días de unas elecciones inéditas en la vida democrática de los últimos 40 años, en la que una de las fórmulas que llega al balotaje ha basado gran parte de su campaña en propuestas que significan avances en contra de los derechos humanos, Catamarca/12 dialogó con el fiscal Municipal Juan Veliz, quien ha sido abogado querellante en juicios por Delitos de Lesa Humanidad, como en la causa Jefatura Arenales.

A 40 años de la vuelta a la democracia hay una fórmula que llega al balotaje bajo la bandera del negacionismo, incluso reivindicando expresiones de genocidas, ¿crees que el sistema democrático puede poner un límite al avance contra los derechos humanos?

Hay distintas posiciones. Hay posiciones que creen que metiendo todo en el código penal, a nivel de prohibiciones se pueden salvar ciertas cosas. Pasa por ejemplo en Alemania con el tema del nazismo. En Argentina tenemos un sector que no es tan nuevo, porque se viene disfrazando de distintas cosas para negar el terrorismo de Estado. Pasó cuando volvíamos a la vida democrática con la teoría de los dos demonios. Todo eso fue generando un debate que a partir del 2003 con la anulación de todas las leyes de impunidad empezaron los juicios y se empezó a revelar el terrorismo en juicios absolutamente válidos con derechos de defensa irrestrictos para todos los imputados. Pero eso no quiere decir que políticamente siguió teniendo sus debates y gente que siguió negando.

No fue algo que se terminó y listo. Creo que la cuestión de los derechos humanos se conquista, se discute, se rediscute y en todo momento se tiene que volver a insistir sobre eso. Creo que puede haber habido algún relajamiento en cuanto a lo educativo, en cuanto a la presencia de lo estatal para que las nuevas generaciones no pierdan nunca ese prisma de lo que pasó; es decir ver la realidad en razón de lo que pasamos como sociedad y no que la cuestión de los derechos humanos quede en un rincón solamente y que la sociedad quede desapegada de esa lucha.

¿Planteás que la institucionalización de los derechos humanos quedó distanciada de la sociedad?

Sí, por ejemplo, la Justicia Federal continúa con juicios de lesa humanidad, y la prensa casi no tiene ninguna noticia sobre eso, que actualmente se están llevando a cabo en todo el país. Habla de un cierto desinterés como si fuera una cuestión ya resuelta y está visto que no lo es, porque no pasó porque a dos o tres tiranos se les ocurrieron y es problema de ellos. Estas decisiones que llevaron a la muerte y a la desaparición de miles de personas, tuvo que ver con la consecución de un plan de reformas económicas y sociales, entonces la negación va ligada a ese plan.

¿Es decir, hay propuestas económicas que están ligadas a prácticas represivas para que se puedan poner en marcha?

Si vemos ciertas propuestas en las plataformas electorales, se ven una contradicción total con los derechos de los trabajadores, donde se pretende eliminar cualquier protección a la industria que va a significar pérdida de empleo, entonces no es que la gente pierde el empleo y se queda en su casa, no, se generan luchas, se va a la calle a pelear por los empleos, por los derechos, ni qué hablar de las estudiantadas si arancelan las universidades, si quitan los subsidios. Ante esas situaciones qué es lo que se busca entonces, si el que sale a la calle es el enemigo, y se va a hacer una represión tal que permita llevar adelante ese plan. Entonces entiendo que es muy complicado cuando la política se desentiende del pasado.

En el debate anterior uno de los candidatos, Milei, prácticamente parafraseó el discurso de Massera. Fue muy fuerte escucharlo, porque incluso ni su candidata a vicepresidenta se atrevió a tanto. Entonces ya Milei dejó en claro cuál es su postura: habló de excesos, que son las mismas palabras que usó el genocida Massera, que es uno de los más tenebrosos personajes de la historia americana. Es muy grave que políticamente esta facción haya calado haciendo marketing con esa ideología que reivindica el terrorismo de Estado como si fuera una forma más de gobierno.

¿Entonces crees que es preferible el debate político a una ley que ponga un límite al negacionismo?

Entiendo que hay algunos intentos para poner límite al negacionismo. Pero más allá de que llegue a haber leyes para que las personas que hayan defendido a estos genocidas no lleguen a la función pública, me parece que tiene que haber una educación, que los gobiernos tienen que tener en cuenta que la cuestión de los derechos humanos es transversal. No se puede poner una Dirección de Derechos Humanos como si fuera un florerito ahí. La temática atraviesa a toda la administración pública, no solamente la cuestión de la memoria, sino como se planteó en el debate, que Massa habló de la cuestión ambiental que es un derecho humano, y más vale que están los derechos económicos y sociales. Hay que trabajar mucho para que la sociedad se haga cargo de esto, para que después en base a videos de Tik Tok no se haga un candidato a presidente o a gobernador o a lo que sea, con discursos negacionistas.

Si se propone una legislación habría que analizarla a los fines de que no sea utilizada para otras cosas. Estamos en un fino límite de lo que significa la democracia, el respeto, las decisiones de las mayorías y también vivimos tantas historias de proscripciones, y es más, también tenemos un poder judicial bastante sospechoso, entonces algunas leyes se podrían terminar utilizando para proscribir a gente por otras cosas.

Habría que analizar que sea la mejor legislación posible. Lo que es inexcusable es que desde la discusión política hay que darle lugar a este tema central y desde el Estado empezar a trabajar con mayor seriedad y que atraviese a todas las cuestiones. La obligatoriedad por ley solamente no sé si da, hay una cuestión también de conciencia. La conciencia es la que hace que uno no pueda tolerar, porque debemos tener tolerancia, pero hay cosas que son intolerables, pero la conciencia tiene que ser formada. Podemos discutir si soy liberal, radicalista, comunista o peronista, pero justificar masacres, eso tiene que quedar por fuera.

Esta discusión también la tenemos que dar no solamente con Memoria, Verdad y Justicia, también estamos hablando de derechos humanos a los cuales sí hay legislación, como los derechos económicos, sociales, culturales, ambiente, sobre los que sí hay una prohibición de volver hacia atrás, y eso sí generaría responsabilidad internacional si el Estado pretende desconocer el derecho a la educación, a la salud, sobre los colectivos LGTB, el aborto legal, cualquier retroceso en esos derechos está ya la legislación y creo que tampoco se ha discutido demasiado sobre eso. Espero que esta experiencia nos ponga en alerta y que los distintos partidos políticos puedan darle lugar de nuevo a una discusión más profunda. Muchos partidos le esquivan al debate, y todos los partidos van a tener que tomar posición, porque hoy esta fórmula viene sin partido prácticamente, y teníamos antes una historia por ejemplo de la juventud radical, la juventud peronista, la juventud comunista.

Lo que está claro que es una situación que emerge en una crisis de los partidos tradicionales y de la representatividad.

Por eso es que la Constitución habla de los partidos como ente esencial de la democracia, porque sin los partidos políticos te pueden pasar estas cosas. Y por eso la ley de los partidos habla de una formación de sus afiliados. Creo que hay cosas que hay que mejorar en el sistema democrático para fortalecer la conciencia de los militantes, de todos los que participamos. Entiendo que es muy difícil saber qué va a pasar en el balotaje, pero sea cual fuera la decisión del pueblo, entiendo que ninguna de estas decisiones son gratuitas y las consecuencias hay que saberlas medir y trabajarlas desde los partidos, hacerse cargo de estas situaciones, de no dejar solas a las personas, acompañar las luchas. Incluso si gana el sector de Massa también, los partidos tienen que empezar a acompañar toda una agenda de deudas sociales que hay para que esas demandas no salten por un lado absolutamente loco que esté dispuesto a hacer cualquier barbaridad.

Lo que pasó ahora es que no se le saltó diciendo: ‘no esto es inadmisible y jamás lo votaría’, ahora lo que se ve es que con ese discurso y justamente por ese discurso llegaron hasta acá, obtuvo casi 7 millones de votos. No es solo una crisis económica, hay que tratar de entender qué está pasando, porque ya veremos qué pasa el domingo, pero ya es sorprendente la adhesión. En otros momento hubo distintos candidatos negacionistas, pero no llegaban al 0,2%, pero siempre es complejo, no nos tenemos que olvidar cómo surge el nazismo. Por eso a veces con la ley sola no alcanza, si no se trabaja seriamente en esto no va a haber ley que lo pare.