Una falsa alarma obligó a las fuerzas de seguridad a desplegar ayer un operativo antiterrorista en Barcelona y a desalojar de forma preventiva la emblemática basílica de la Sagrada Familia, situada en el centro de la capital catalana. Además del templo, los agentes desalojaron diversos comercios en la zona y cortaron varias calles. Los servicios de transporte suburbano dejaron de parar en la estación más cercana. Tras el desalojo, los artificieros de la Policía –Tedax– acudieron al lugar de la alerta para “hacer comprobaciones en una furgoneta estacionada en el entorno de la Sagrada Familia”, según informaron en Twitter los Mossos d’Esquadra, la Policía de Cataluña. Aproximadamente una hora después, confirmaron que se trataba de una “falsa alarma” y que la furgoneta sospechosa no portaba “material peligroso”. La situación de alarma se produjo casi un mes después de los atentados jihadistas que el 17 de agosto dejaron 16 muertos y más de 130 heridos en Barcelona y la localidad costera de Cambrils. Cataluña se encuentra en el nivel de alerta antiterrorista cuatro de cinco.