"Pinta tu aldea y pintarás el mundo". Leonel Capitano hecha mano de la frase sintetizando allí la esencia de sus dos décadas de trabajo autoral. Veinte años de vínculo con un género al que se acercó siendo todavía adolescente, cuando a mediados de los 90 los mejores talentos del tango emigraban de esta Rosario a la que el cantante y bandoneonista tomó como fuente de inspiración para su obra. Perseverante, Capitano se convirtió en uno de los animadores de un movimiento que pasó de aquellos años de exilio a un presente auspicioso, donde la aparición de nuevos autores dejó de ser un hecho extraordinario. Y fue en cierto modo ese marco el que impulsó al músico a revisar su propia historia, dando como resultado Capitano dividido veinte, espectáculo que mañana a las 21 tendrá lugar en el Teatro La Comedia de Mitre y Ricardone.

Acompañado por un quinteto dirigido por el pianista Joel Tortul (con quien acaba de regresar de su novena gira europea) que incluirá la presencia de Simón Lagier (violín), Cecilia Zabala (contrabajo), Alfredo Tosto (batería y percusión) y Alicia Petronilli (bandoneonista que, allá por 1996, guió sus primeros pasos dentro del grupo Baruyo), Capitano sumará además como invitados al Escolaso Guitarra Tango Trío, a la cantante Noelia Moncada y a Agustín Guerrero.

El concierto, que será registrado para su posterior edición en Dvd, funcionará además como punto de encuentro para "muchos compañeros de lucha, de trabajo, de la cultura". Así lo celebra el cantante, que advierte: "Para ser honesto, aquel que vaya a buscar un mensaje neutro, que busque consenso o pasar un rato nada más que agradable, que no vaya a La Comedia. En este tango, por lo menos el que me toca organizar en esta noche y poner en escena, no va a encontrar éso".

Es que para Capitano la militancia política y cultural son inseparables de su quehacer artístico. "En este tiempo vi muchos proyectos que, intentando a lo mejor satisfacer las necesidades momentáneas de una generación tanguera, buscaron tener un discurso neutro, consensuante... y se diluyeron. Siento que, más allá de algunos garrones que me comí por la inexperiencia, pude sostener mi obra por el hecho de intentar algo genuino, que tenga que ver con nuestro tiempo", reflexiona.

Influenciado primeramente, como tantos otros, por la enorme figura de Astor Piazzolla, a la distancia el compositor rosarino analiza el salto cualitativo logrado luego de romper con ciertos mandamientos. "Cuando empezamos todos estábamos muy seducidos por la estética piazzolleana, hasta hoy lo tenemos, pero sentíamos que teníamos que continuar desde ahí, había que buscar un post Piazzolla. O, desde lo poético, buscar un post Eladia Blázquez-Horacio Ferrer-Héctor Negro, incluso a pesar de que nos gustaban más Expósito y Discépolo. En mi caso buscaba hacer un tango de ese tiempo, a mediados de los 90, actualizando los elementos secundarios con elementos cotidianos de la gente", recuerda.

Para el compositor, la creación de Pi, disco publicado en 2008, significó un hito personal. "En ese disco intenté un abordaje más profundo de mí mismo, más autorreferencial", apunta Capitano, que ahora se reconoce con mayor oficio y concepto como autor, con "una mirada más experta, social, conceptual". Mañana, en La Comedia, esos dos períodos creativos convivirán en un repertorio que incluirá estrenos, composiciones de tinte folclórico (fruto de su trabajo junto a Tortul y Guerrero) y que también parte de sus primeros pasos, sobre los que apunta: "Me sorprendió mucho reencontrarme con algunos temas, con experiencias muy fuertes".

El recorrido permitirá entonces constatar la persistencia de un sello autoral que es reconocido también por el propio autor, que concluye: "Más que por tener rasgos determinados desde lo estilístico, mi línea tiene un rasgo que me hace sentir orgulloso y es que todas las composiciones pasan por hechos, circunstancias o pensamientos que tienen a mi vida como garantía. Mi obra tiene rasgos rosarinos, los personajes, lugares, son muy nuestros, de Rosario. Son lugares que aparecen y forman parte de lo que hice con bastante coraje artístico, con el hecho de ser atravesado como hombre común, como gestor cultural o como miembro de grupos con los que trabajamos colectivamente para difundir el tango, para estudiarlo. Tiene que ver también con mi militancia política. Todo eso está claramente expuesto en mis letras y de eso me siento orgulloso".