Las elecciones estudiantiles realizadas en la UBA dejaron como saldo la ratificación de la mayoría reformista dentro del cogobierno universitario y la dificultad del bloque liderado por la ex Franja Morada para recuperar la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), que desde 2001 lideran agrupaciones de izquierda e independientes. En 11 de las 13 facultades de la UBA ya votaron todos los claustros (profesores, graduados y alumnos) y definieron a sus representantes en los consejos directivos de cada unidad académica: todos ellos conformarán la asamblea universitaria que sesionará el 7 de diciembre para elegir al próximo rector: el oficialismo (radicales y aliados) tiene una amplia ventaja y Alberto Barbieri ve el camino allanado hacia su reelección en el rectorado. 

En diálogo con PáginaI12, los referentes de las principales corrientes del movimiento estudiantil realizaron un balance de los comicios y de lo que se viene. Salvo en la Facultad de Ciencias Sociales, en ningún centro de estudiantes hubo cambio de mando. En Sociales se partió el bloque que dirigía el centro y era mayoría en el consejo, un conjunto de organizaciones kirchneristas que se dividió en tres. La UES (JUP) logró imponerse finalmente. Las otras novedades estuvieron en las elecciones de consejeros directivos. La ex Franja Morada –que en la mayoría de las facultades compite con diversas alianzas bajo el nombre de Nuevo Espacio– consiguió la mayoría en las facultades de Psicología y Arquitectura, donde no es conducción de los centros; también pudo acceder a la minoría en Farmacia y Bioquímica. En el resto de las facultades, las posiciones de las elecciones de centro de estudiantes fueron las mismas que en los consejos. 

Adrián Lutvak es copresidente de la FUBA por La Mella, la agrupación que a nivel nacional se referencia en Patria Grande. “Hay un proceso de reconstrucción de la Franja Morada –dijo–, que tomó más fuerza con Barbieri desde 2013 (año que fue electo) a esta parte”; aunque este año tuvieron un salto más “institucional” que en los centros. Lutvak planteó quebrar el avance “morado” logrando la “más amplia unidad”: los ejemplos que propuso son el frente que La Mella realizó con el kirchnerismo en Sociales y Agronomía, aunque también donde dirige la izquierda, como Filosofía y Letras y Farmacia. En ese marco, criticó a la izquierda que se referencia en el FIT por rechazar la conformación de frentes comunes.

“En términos políticos tuvimos un crecimiento, obtuvimos consejeros directivos donde antes no teníamos. Aunque obviamente la nota es Sociales, donde dirigíamos con la UES y perdimos. Un análisis rápido puede pintar un retroceso, pero es sólo una derrota electoral, no política”, afirmó Alejandro Ades, consejero superior por La Cámpora, quien valoró el desempeñó que realizaron junto a La Mella en Sociales, ya que en solo dos semanas pudieron instalar “un frente muy competitivo”. La Cámpora y La Mella comparten la idea de armar una coalición en la FUBA junto a la izquierda, aunque sea en una presidencia tripartita. La realidad es que este año el congreso de la federación no se realizó (suele ser a mediados de año) y es muy difícil que se haga. Si bien las agrupaciones reformistas  podrían obtener mayoría, al no alcanzar aún quórum propio no pueden garantizar la realización del congreso. Si la conducción estudiantil de Sociales aceptara la convocatoria morada a sesionar, habría un empate seis a seis entre, por un lado, los centros conducidos por radicales, socialistas y aliados, y por otro, los conducidos por la izquierda, La Mella y aliados. Quienes podrían desequilibrar la balanza son los independientes de MLI, que presiden el centro de Ingeniería.

Por el PO, Julián Asiner, copresidente de la FUBA, valoró que la izquierda reafirmó los centros que ya conducía y logró “importantes” votaciones en lugares donde dirige la Franja. En relación con un hipotético frente con La Mella y el kirchnerismo en la FUBA, Asiner lo descartó de plano: “Si realmente quieren enfrentar a la Franja Morada y el rectorado, que nos voten a nosotros que somos quienes mayor representación tenemos; ellos son cómplices y responsables de que el reformismo se haya afianzado en la UBA”.   

Juan Manuel del Oro, apoderado de Nuevo Espacio y consejero superior de la UBA, opinó que los resultados electorales muestran una “consolidación” del reformismo. “Las fuerzas de la FUBA sólo de dedican a hacer política partidaria y caja para sus partidos, eso los estudiantes lo ven; nosotros estamos todos los días trabajando en lo cotidiano”. “La FUBA subió un escalón en su deslegitimidad, antes llamaban a congreso y no daban quórum, ahora ni siquiera convocan”, apuntó Oro, quien afirmó que “lo hacen porque, si no, perderían”. 

La primera pulseada tendrá lugar el 6 de noviembre: ese día los consejeros directivos estudiantiles deberán votar a sus representantes (cinco) para el Consejo Superior de la UBA. Todo indica que el espacio reformista ganará la mayoría (tres o cuatro consejeros), pero resta saber si vuelve a haber dos minorías o si queda sólo una. El PO y otras listas de izquierda juntan los cartones para obtener una minoría, mientras La Cámpora y La Mella (hoy comparten una banca) necesitan del MLI para llegar al otro espacio minoritario.

Informe: Gastón Godoy.