Baldosas que recuerdan a desaparecidos de la última dictadura-cívico militar fueron vandalizadas esta madrugada en el centro porteño, durante los festejos de libertarios tras el triunfo de Javier Milei, el presidente electo de La Libertad Avanza que le ganó en el balotaje al candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, con el 55,7% de los votos.

Según puede verse en las imágenes que compartieron vecinos de CABA, las placas que años atrás fueron colocadas sobre la vereda en Avenida Callao 277, frente al Comité Capital del PC y el Centro de Estudios y Formación Marxista (CEFMA), en memoria de los militantes comunistas secuestrados y desaparecidos por el terrorismo de Estado en 1977, aparecieron pintadas con aerosol negro.

La vandalización se produjo en medio del clima de violencia que reinó este domingo en las calles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se multiplicaron los relatos de agresiones verbales con frases como "zurdos de mierda" y "vayan a laburar", y en las redes sociales, donde proliferaron insultos contra militantes de Unión por la Patria, amenazas y referencias al regreso del "Falcon verde".

Las menciones al Falcon Verde no circularon solo este domingo sino que fueron un hecho frecuente en las últimas semanas. Referentes de la política y la cultura que se pronunciaron contra Javier Milei y a favor de Sergio Massa en el balotaje, desde el presidente de la Juventud Radical, Agustín Rombolá, hasta la actriz Dolores Fonzi, recibieron mensajes intimidatorios con un símbolo común: el coche más identificado con los secuestros durante la dictadura.

El clima de violencia fue constante durante todo la campaña electoral y se enmarca en el discurso negacionista de Milei y Victoria Villarruel, vicepresidenta electa que se reunía con Jorge Rafael Videla, que presenta a los represores como víctimas, que ha participado de marchas para pedir por su liberación y que ayer planteó que "en un jardín de infantes hacer pintadas de los 30.000 (desaparecidos) es como ir a un cementerio y pintar al Oso Barney"

Al igual que los genocidas, Milei y Villarruel sostienen que “durante los 70 hubo una guerra en la que las fuerzas del Estado cometieron excesos” y que “no fueron 30 mil los desaparecidos” sino "8753", una vieja cifra de la Conadep, expresamente señalada como provisoria por sus integrantes, y que, además, fue superada hace años mediante nueva documentación.