“Estamos enfrentando a las mafias, como el narcotráfico y los juicios laborales” dijo Mauricio Macri en el acto de la UIA por el Día de la Industria. Atacar a trabajadores, jueces y abogados laboralistas es uno de los valores que Macri no dejó en la puerta de la Rosada.   

Con mustio espíritu republicano, Macri promovió denuncias contra jueces que fallaron a favor de trabajadores, aprobó la pirueta para suspender al camarista Eduardo Freiler, e impulsa echar por decreto a la procuradora Alejandra Gils Carbó a través de un acuerdo con abogados de grupos económicos nucleados en el Colegio de la calle Montevideo. El y sus funcionarios –especialmente Patricia Bullrich, Germán Garavano y Claudio Avruj– no ahorran descalificaciones para testigos y mapuche por la desaparición de Santiago Maldonado e intentan, una y otra vez, desviar la atención plantando hipótesis grotescas, con la colaboración de grandes medios. Presionaron al juez Guido Otranto, quien adelantó opinión en un reportaje a La Nación poniendo en duda las responsabilidades de Gendarmería y Pablo Noceti y la versión de los mapuche, tanto sobre la investigación como de las acciones políticas por las que reclaman la propiedad comunitaria de la tierra. 

Mientras el Gobierno pide no estigmatizar a la Gendarmería, critica a fiscales y organismos de derechos humanos, construye el enemigo interno apuntando a los mapuche, a quienes responsabiliza de hechos de los que ni siquiera se conoce a los autores. Intensifican un discurso xenófobo y racista para atizar el costado más inhóspito de la sociedad, sin ahorrar operaciones de inteligencia en hechos que luego endilgan a mapuches. La Sociedad Rural es pieza clave en apoyar la represión y en el discurso intolerante contra comunidades originarias. Junto a otras entidades que nuclean bancos y empresas, manifestó su apoyo al desplazamiento de Freiler en un comunicado bajo el título “Sin Justicia no hay República”, porque desde sus orígenes, dijeron, mantienen principios éticos.

“Necesito esa institución para todo lo que estamos haciendo” dijo la ministra Patricia Bullrich en aras de proteger a Gendarmería. Encubren y presionan para tener a la fuerza de su lado con miras a lo que viene, un paquete de medidas que incluye la precarización laboral y el debilitamiento de derechos de los trabajadores –grupos como la banca JP Morgan pidieron acentuar las reformas antes que se les termine la primavera–. Modos macristas de profundizar sociedades, construir enemigos y combatir “mafias”, transitando un sendero autoritario por demás peligroso. Para ser democrático no basta con votar.

* Abogado.