El escándalo de corrupción Lava Jato generó la caída en desgracia de una de las figuras más encumbradas de la política brasileña. El senador Aécio Neves, separado de su cargo en mayo, y luego restituido por una apelación, volvió a quedar fuera de la Cámara alta. Así lo estableció la Corte Suprema, ante la acusación de corrupción y de obstrucción a la justicia.

Neves, nieto de Tancredo Neves (el primer presidente elegido después de la dictadura, que no llegó a asumir), y último candidato presidencial del PSDB (perdió en el ballotage de 2014 con Dilma Rousseff) es uno de los aliados del presidente Michel Temer, al punto de ser una pieza clave en el juicio político a Rousseff, y está comprometido en el caso Lava Jato, motivo por el cual la Fiscalía General había pedido su salida del Senado.

El nombre de Neves había surgido en la trama de corrupción que conmovió a la política brasileña. En el caso Lava Jato se investigó la red de favores políticos en torno a Petrobrás. En junio se dieron a conocer audios aportados a la Justicia por el empresario Joesley Batista. Allí, Neves le pedía Batista dinero para solventar su defensa en el caso Lava Jato. Batista reconoció haberle dado 645 mil dólares, y el senador adujo que era un préstamo personal.

Un juez aceptó la apelación de Neves y lo restituyó en el cargo. Sin embargo, la Ficalía General insistió y el recurso en la Corte Suprema le dio la razón al ministerio público por 3 a 2.

Ahora, Neves no podrá salir del país ni ausentarse de su casa por las noches y desde el momento en que se dio a conocer el fallo ya no ostenta el cargo de senador. "Se le elogia mucho haber salido de la presidencia del partido, pero sería más elogiado si también se hubiese despedido del mandato. Ya que no tuvo ese gesto de grandeza, vamos a auxiliarlo a pedir una licencia para salir del Senado", señaló el juez Luis Fux, uno de los magistrados que votó en contra de Neves, quien había renunciado primero a la presidencia del PSDB.