El presidente brasileño Michel Temer, asediado por las protestas de grupos sociales y ecologistas, y también por artistas en Nueva York cuando visitó esta semana a Donald Trump, decidió ayer revocar un decreto que abría una enorme reserva natural de la Amazonía a la explotación minera. El gobierno publicó en el diario oficial un decreto que revocó la extinción de la llamada Reserva Nacional del Cobre y Asociados (Renca), que abarca un área de unos cuatro millones de hectáreas (47 mil kilómetros cuadrados) entre los estados de Pará y Amapá en el norte amazónico del país, una extensión un poco superior a Dinamarca, en la que habitan varias etnias de pueblos originarios. Temer, con una aprobación ciudadana menor al cinco por ciento, dio marcha atrás gracias a la amplia movilización de artistas, ambientalistas y de toda la sociedad, celebró la ex ministra de Medio Ambiente y líder política de izquierdas Marina Silva en su cuenta de Twitter. Hace un mes, cuando el gobierno anunció la extinción de esa zona protegida, la modelo Gisele Bundchen (oriunda de Rio Grande do Sul) atacó la medida a la que consideró vergonzosa. El lunes de la semana pasada, ambientalistas recorrieron las calles de Nueva York en un camión con la imagen de Temer junto a un cartel que lo acusó de depredar a la Amazonia.