En una entrevista con resabio a tutorial en la que explicaba cómo produjo “Los fajos”, hit del artista urbano bonaerense Midel, el productor del tema, Zecca, recomendaba a manera de cierre: “Sean organizados. Tengan su sonido acomodado. A mí me mejoró la fluidez de mi trabajo. Eso es lo que determina que las cosas se te hagan o no más complicadas”. Dos años más tarde, ese método, al igual que su tino estético, le permitió convertirse en el “enfant terrible” de la edición del Latin Grammy que se celebró el jueves último en Sevilla. Con apenas 22 años de edad, el productor musical e ingeniero de sonido, en su primera incursión en ese evento, formó parte de cuatro nominaciones.

Cuando llegó a la ciudad española, Zecca competía en las categorías “Canción del año”, “Mejor grabación del año” y “Mejor canción pop” (por el hit “Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol. 53”) y en “Mejor Canción Urbana” (con “Quevedo: Bzrp Music Sessions Vol. 52”). En esos tracks participó en el rol de ingeniero de mezcla y mastering, al igual que en la producción. Al final, regresó a Buenos Aires con los gramófonos a “Mejor canción urbana”, “Mejor canción pop” y “Canción del año”, lo que lo convirtió en el candidato más joven en la historia del Latin Grammy en llevarse este último premio. Es por eso que Francisco Zecca, el nombre detrás del álter ego, recordará el 2023 como su año bisagra.

En una época en la que la labor técnica en la grabación musical alcanzó un papel fundamental, a tal punto que ahora tiene un espacio protagónico propio, de lo que pueden dar fe otros productores e ingenieros de sonido argentinos: la incursión de Zecca en las sesiones de Shakira y Quevedo fue clave en la repercusión de ambos éxitos. Y es que se encargó de su mezcla y masterización. De formación autodidacta, ya en 2020 al funense le colgaba la chapa de “productor revelación”, siguiendo los pasos de Skrillex: posiblemente su principal héroe. Justo esa influencia la labró hasta transformarla en una marca registrada suya, lo que ayudó a renovar la impronta de la música urbana local.

Aparte de su don para la producción e ingeniería de sonido, Zecca también destaca en calidad de compositor. En el caso de la “Bzrp Music Sessions Vol. 52”, estuvo entre los nombres que compusieron el tema que se llevó el triunfo en el Latin Grammy, al lado de Santiago Alvarado, Bizarrap y el propio Quevedo. El nacido en 2001 puso igualmente su talento y versatilidad al servicio de otras figuras de la música urbana y del pop. Sobresalen su trabajo para Mesita, en el tema “La vagancia ta’ que quema; lo mismo que para Asan, en la canción “Respira”. En tanto que con Duki hizo “Pastillas”, donde el trapero le dedicó un pasaje consagratorio en su letra: “Y lo tengo a Zecca en el beat, si es que todo lo que toca se me convierte en un hit”.

A propósito de Duki, la novel figura de la música argentina lanzó en abril pasado su remix del single “Harakiri”. Y en septiembre apareció “Asqueroso”, tema de Tiago PZK del que fue productor musical. Mientras que en mayo salió “No se ve”, primera canción como artista en la que comparte créditos con Emilia y Ludmilla. El single llegó al primer lugar en las listas musicales de España. En Spotify, amén de rankear entre los 20 primeros puestos, acumuló 150 millones de streams. “No se ve” es una de las cinco participaciones que tuvo Zecca dentro del Top 10 de esa plataforma. Las otras fueron “Me enteré”, al lado de Tiago PZK y Tini; “Rockstar 2.0”, con Duki y Jhayco; y la Bzrp Music Sessions, Vol. 55, que estelarizó Peso Pluma.