La periodista y conductora de La García reflexionó acerca de los días posteriores a la victoria de Javier Mileiy afirmó que hay que "plantarse en lo que va más allá de la legitimidad que tiene en lo económico".

El editorial completo de Cynthia García

Estamos todos en una situación de repensarnos, de reencontrarnos. Cuando te pasa algo que te genera preocupación, algo pesadillezco, te dormís y decís que, al despertar, todo habrá cambiado. Te despertás y sigue siendo Milei el presidente electo.

Ayer alguien me escribió que se despertó y pensó que había sido todo un mal sueño. Y me parece que estamos todo el 44% que no lo votó así.

El 55% que lo votó estará feliz, expectante por lo que va a hacer, que son válidas esas expectativas, pero hay un 44% que sabemos que no hay mucho para esperar. Y esto no es fatalismo, pesimismo, sino la escucha atenta de la campaña de Milei.

El conocimiento de los actores que están rondando, cuando uno escucha que recobra valor la palabra de Cavallo. Los actores menemistas que están dando vueltas, las primeras medidas de gobierno de Milei sobre un ajuste de 13 puntos del PBI. ¿Cómo eso no puede generar una situación de enorme preocupación y malestar? Así estamos, recuperándose de nuestros pedazos rotos. Estamos rotos pero enteros, decía Benedetti.

Por ahora, las reflexiones conceptuales de esto que queremos construir como una usina de pensamiento nacional que es la idea que traigo siempre de leer en la revista La Tecl@ Eñe que dirige Conrado Yasenza, pensarnos en los pensamientos de otros es lo que va a ir acompañando en la comprensión de lo que está ocurriendo.

"El terrorismo de Estado no está en discusión"

Hoy la centralidad de la idea que les quiero transmitir es plantarnos en lo que va más allá de la legitimidad que tiene Milei en lo económico.

Va a haber un montón de cosas que va a poder hacer porque ganó. Porque así funciona la democracia.

Ahora, hay otra cantidad que exceden, que son consensos que van más allá del 44% numérico que no lo votó y que tiene que ver con todas las fuerzas vivas que se plantaron en un amplio espectro y arco de pensamiento para decir no al negacionismo, no a la apología de la dictadura.

Pienso en Sarlo, Fernández Meijide, las voces de los intelectuales de izquierda, que no formaban parte del capital cultural de UxP.

Esas voces que se plantaron en las políticas de Memoria, verdad y Justicia, para defenderlas, para advertir preocupaciones que hay después de las declaraciones de Victoria Villarruel el propio día de las elecciones. Esta memoria no se toca. Esta memoria está intacta.

Las víctimas de la dictadura militar son las víctimas del genocidio, son las víctimas de la apropiación sistemática. Al terrorismo de Estado yo lo pongo fuera de discusión.

El terrorismo de Estado no está en discusión. Podrá estar en disputa, pero no está en discusión.

La política de derechos humanos no está en discusión. Los consensos sobre las Malvinas no están en discusión.

Pisemos fuerte sobre las huellas de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia para empezar a andar juntes este tiempo que se viene.