El proyecto de presupuesto 2018 encendió las alarmas en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Los fondos para el organismo este año fueron 4881,5 millones de pesos y el año próximo se reducen a 3102 millones, un 36,4 por ciento menos. En el proyecto de 2018 no están contemplados los fondos para el reactor de investigación RA-10 que este año recibió 1682 millones. Si se excluye de la comparación la partida del RA-10, dinero que el año próximo llegaría, pero por otra vía, el presupuesto 2017 hubiese sido de 3199,4 millones y el recorte en 2018 sería de 3 por ciento. No obstante, fuentes de CNEA advirtieron a PáginaI12 que este año se terminaron utilizando 400 millones destinados al RA-10 para otros proyectos y además el personal recibió un aumento de 20 por ciento que no estaba contemplado en el presupuesto. Por lo tanto, si a los 3199,4 millones del presupuesto 2017 sin el RA-10 se le suman los 400 millones del RA-10 redistribuidos entre otros proyectos y el 20 por ciento de aumento salarial, la cifra que dispuso CNEA en 2017 es de 3990,6 millones de pesos. En ese caso, los 3102 millones presupuestados para 2018 implican una poda nominal de 22,3 por ciento. En cualquiera de los tres escenarios hay una caída en términos nominales y si se toma en cuenta la inflación proyectada la quita real será mayor, aunque todavía resta debatir el proyecto en el Congreso. 

La partida destinada al pago de sueldos del personal este año fue de 1956,2 millones de pesos, sin contemplar el 20 por ciento de aumento salarial que llegó después. En el presupuesto 2018 ese mismo ítem se lleva 1920,9 millones, un 1,8 por ciento menos, pese a que las consultoras prevén para el año próximo una inflación de entre 15 y 20 por ciento. Si a los 1956,2 millones de 2017, se le suman los 391,2 millones equivalentes al 20 por ciento de aumento otorgado por fuera del presupuesto, el dinero que recibió el personal este año fue de 2347,4 millones y la reducción prevista para el año próximo se eleva al 18,2 por ciento. Aun si luego llega un aumento por fuera de presupuesto, como ocurrió este año, sería como máximo del 15 por ciento, techo salarial que dejó trascender el gobierno. Eso significa que la partida destinada al pago de salarios se elevaría a 2209 millones. El recorte sería menor, pero igual el monto destinado a salarios quedará por debajo de lo que recibieron en 2017 en términos nominales.  

En bienes de consumo, este año se dispuso de 161,4 millones y el presupuesto de 2018 prevé sólo 74,6 millones, lo que implica una poda de 53,8 por ciento. El presupuesto destinado a bienes de uso se derrumba de 1640,3 a 75,8 millones de pesos, un 95,4 por ciento en valores nominales. Eso se explica porque la inmensa mayoría del presupuesto destinado a la construcción del RA-10 se canalizaba a través de dicha partida. A su vez, las transferencias a universidades y sector privado caen 82 por ciento (de 206,3 a 37,1 millones) y los servicios (técnicos, limpieza, alquileres,etc.) suben, pero apenas 8,3 por ciento (917,1 a 993,5 millones). 

Al analizar el presupuesto por programas se observa mejor qué áreas sufrirán los mayores recortes: 

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