“Es interesante entender cómo a veces para nosotras, en nuestra condición de mujeres de clase media, hay armados y estrategias que nos resultan impensados. Por ejemplo, hay casos de mujeres que para sobrevivir encuentran la estrategia de mudarse de todo el tiempo, de casa, de ciudad de provincia. Nos puede resultar impensado, pero el estado de desesperación hace que esa sea definitivamente una mejor opción que quedarte en un lugar donde te hostiga, te persiguen”, advierte la titular de Dovic, Derdoy. La psicóloga Susana Larcamón recuerda, por caso, la situación de “una mujer que para escapar estaba viviendo con su cuñada, la mamá de su cuñada y sus tres hijos en un departamento de un ambiente”. “Hay situaciones donde se tienen que tomar decisiones pero en la precariedad más absoluta, no todas pueden mudarse, irse”, advierte Ochoa.

–Pero las estrategias de protección que arman no siempre son las que socialmente están aceptadas. Por ejemplo, a veces deben dejar a los hijos con el imputado para poder salir de esa casa, fortalecerse, buscar un trabajo, posicionarse y recién después de eso empezar a gestionar una solución –señala la psicóloga Natalia López.

–¿A qué se refiere con que no eso no sería socialmente aceptado?

–Porque una madre que se va del domicilio y deja a su hijo es una madre abandónica. Entonces imaginate que cuando va a hacer una denuncia y va a declarar sobre la citación y le preguntan sobre el hijo, dice “no, lo tuve que dejar”. Enseguida viene “¿lo dejaste sabiendo que era un golpeador?”, y tiene que explicar “yo no me podía ir con él porque iba a pasar hambre, yo dormí en la calle, yo tuve que salir a vender café,  yo tuve que estar boyando de casa en casa”. Estas estrategias de protección a veces no son las socialmente aceptadas, y esto también es un costo muy grande.

–Son desaprobadas no solamente por el entorno más próximo.

–Son desaprobadas en general, no solamente por la red de vínculos de esa mujer. Las escuelas, los hospitales, las defensorías, las instituciones no siempre responden con perspectiva de género en estos casos  –añade la trabajadora social Laura Di Bella.

–A mí me parece que ninguna estrategia de protección va a ser aceptada, porque justamente lo que hace es mover esa estructura donde la sociedad te dice a vos “cómo te vas a ir, te tenés que quedar, si es tu familia, es tu pareja, es el padre de tu hijo”. Entonces, cualquier estrategia que desarrolle para salir de ese marco no es reconocida –reflexiona la trabajadora social Cristina Ochoa.