Vivenciamos tiempos sombríos de múltiples miserias, de discursos demagógicos, de mesianismos que solo pueden llevar al abismo, de caudillejos que vociferan y buscan aturdir.

En este contexto debemos reflexionar sobre muchas cuestiones y una de ellas es cómo ir armando las resistencias.

En primer término ir desmotando cada uno de los argumentos falaces que incitan al individualismo cerril y al enfrentamiento entre las y los de abajo.

Hay que romper el cerco de indolencia que los opresores siembran continuamente con sus maniobras alienantes.

Recordando a Paulo Freire, tomar en cuenta cómo hacer para ver y leer la cruel realidad. Leer la realidad social críticamente y jamás a través de los ojos de los opresores, asumir el protagonismo y el ejercicio de la propia palabra liberada de las imposturas dominantes.

El largo camino de resistencia al capitalismo, sus mecanismos de explotación y expoliación será cruento, escabroso, lleno de obstáculos y de violencia material y simbólica para neutralizar las luchas.

Esto no debe paralizarnos, debemos hacer uso de la astucia de la razón y de la potencia de la pasión emancipadora.

Hoy puede parecer una quimera pero no lo es, larga es la historia de la lucha de clases y tiene hitos que nunca debemos olvidar.

El futuro diverso solo lo podemos vislumbrar desde la lucha y nunca desde la resignación o el servilismo.

Carlos A. Solero