"Escuchar cómo le quitaron la vida a mi hijo fue muy fuerte", dijo la madre de David Moreira, asesinado a golpes en barrio Azcuénaga, en marzo de 2014, al final de la primera audiencia del juicio oral contra dos acusados del linchamiento. "Me arrancaron un hijo de un día para el otro, así que es algo que jamás voy a olvidar", aseguró Lorena, quien declaró vía Zoom, a 9 años y 8 meses del hecho que terminó con la vida del joven de 18 años. En el banquillo están sentados Gerardo Gutiérrez y Cristian Antonini, quienes llegan a esta instancia en libertad, por el delito de homicidio en agresión, figura planteada por el fiscal Alejandro Ferlazzo, quien solicitó pena de 3 años de prisión efectiva. La querella, en tanto, pidió que los condene a 6 años, la pena máxima por esa figura. "Esperamos justicia", expresó el abogado querellante Norberto Olivares.

David tenía 18 años el 22 de marzo de 2014, cuando fue atacado por el intento de robo de la cartera de una mujer que caminaba con su hija, en barrio Azcuénaga. Esa tarde, David estaba con otro joven que logró escapar, pero que luego fue detenido, imputado y condenado por el hecho. Moreira quedó atrapado por vecinos que lo patearon y golpearon -señala la acusación- hasta dejarlo inconsciente, en la zona de Marcos Paz y Liniers. Fue arrastrado por el asfalto a lo largo de media cuadra; y llegaron a golpearle la cabeza con la puerta de un auto. El ataque duró unos 15 minutos. La paliza le provocó traumatismos que lo llevaron a la muerte tres días después. 

En su alegato ante el tribunal integrado por Nicolás Vico Gimena, Hebe Marcogliese y Román Lanzón, el fiscal señaló que ese día hubo dos hechos graves, pero que en el más grave, "un grupo de personas decidió sentenciar a pena de muerte" a David, cuando le dieron "una brutal paliza", entre varias personas, con "patadas, piñas y objetos. Apuntaban a la cabeza", planteó. Una de las personas es Nahuel Pérez, quien "reconoció el hecho y fue condenado" en un juicio abreviado a la pena de 3 años de prisión condicional, en 2019. En relación a la respuesta de los vecinos por un intento de robo, planteó que "no se puede permitir" lo que ocurrió.

Según la acusación que llegó a juicio, los dos acusados, de 37 y 41 años, fueron coautores del hecho. La imputación describe que luego del intento de robo, por parte de David y el otro joven, "un vehículo utilitario chocó la motocicleta en la que ambos circulaban. En ese momento, ellos se dieron a la fuga. Isaías D. huyó por calle Liniers al norte y Moreira dobló hacia calle Larrea. A mitad de cuadra, donde se emplaza un club, se encontraba un grupo de personas que comenzó a correr a la víctima de homicidio". En ese momento comenzaron a darle "golpes de puño y patadas en zona de la cabeza, incluso cuando la víctima se encontraba en el suelo". En determinado momento, David "intentó incorporarse y fue llevado por los cabellos hasta la esquina donde continuaron con los golpes, hasta la llegada de personal policial, cuando se dispersaron" los atacantes. 

Postergado. El inicio del juicio fue postergado en cinco oportunidades, desde noviembre de 2020. “Indudablemente, este caso no estaba dentro de la agenda de la Oficina de Gestión Judicial”, dijo en LT8 el querellante Norberto Olivares, quien presentó diferentes pedidos para que se realice el debate. “Se llega al juicio después de 9 años, 8 meses y algunos días. La perseverancia y el deseo de los familiares de que los que están imputados dentro del caso sean juzgados, obtuvieron su respuesta”.

Además, el abogado relató cómo fue el derrotero de la causa. “En principio compartimos la calificación legal, que era homicidio agravado, con posibilidad de condena a prisión perpetua. Pero después, Fiscalía cambió la carátula a homicidio en agresión, que contempla un asesinato en donde no se puede comprobar quién es el autor material del hecho. Eso tiene una condena de entre 2 y 6 años de prisión. Pedimos (como querella) la mayor pena”. 

"¿Qué hizo David para merecer un suplicio social televisado?", preguntó el abogado querellante en su alegato, en relación al video que circuló por aquellos días, sobre la golpiza. Y aseguró: "Fue una muerte absurda y condenable".