El exprimer ministro británico Boris Johnson reconoció este miércoles que su gobierno "subestimó" el riesgo que planteaba el coronavirus, luego de expresar su pesar por "el dolor y sufrimiento" de las víctimas de la pandemia. El antiguo líder conservador continuará el jueves su declaración ante la investigación oficial de la crisis sanitaria, presidida por la exjueza Heather Hallett, que en la segunda de cuatro etapas examina las decisiones de las autoridades.
La pesquisa tiene por objetivo examinar la gestión de la pandemia del gobierno de Johnson y aprender lecciones que sirvan para futuras crisis de salud, pero no busca asignar responsabilidades. La vida del propio Johnson corrió peligro debido al covid en abril de 2020, en una pandemia que causó la muerte de más de 232 mil personas en el Reino Unido.
"Entiendo los sentimientos de las víctimas del covid y sus familias y siento profundamente el dolor, las pérdidas y el sufrimiento causados", afirmó Johnson durante su comparecencia en Londres. Cuando pronunciaba esas palabras fue interrumpido por cuatro manifestantes al grito de "¡No queremos tus excusas!", antes de ser expulsados de la sala.
Johnson se disculpó por "el dolor y la ofensa" causados a los que padecen covid prolongado por su afirmación de que los síntomas eran "tonterías" y comparables al "síndrome de la Guerra del Golfo". Quien fuera jefe del Ejecutivo entre 2019 y 2022 admitió que "incuestionablemente se cometieron errores" en la gestión de la pandemia, aunque sostuvo que en ese momento todo el mundo hizo lo que pudo.
Errores y responsabilidades
Consultado por el abogado Hugo Keith, Johnson aseguró que "asume la responsabilidad" por las decisiones tomadas, como la fecha del primer confinamiento, el 23 de marzo de 2020, y la falta de protección en las residencias de ancianos. También reconoció que al principio de la epidemia, entre enero y febrero de 2020, ni él ni su equipo "atribuyeron suficiente credibilidad" a las proyecciones científicas sobre muertes ni percibieron el riesgo real que suponía la covid-19.
Johnson aceptó que su "mentalidad" en ese momento, "al igual que la mentalidad de la abrumadora mayoría de los ministros y funcionarios en Whitehall (donde se ubican los principales edificios gubernamentales en Londres), no registró el grado de alarma que hubiera debido". El expremier británico adujo que "la gente no computó las implicaciones de las cifras", basadas en lo que estaba sucediendo ya en países como China e Italia, y no se le presentó a él "hasta mucho más tarde como un asunto de preocupación nacional".
"Deberíamos habernos dado cuenta. Deberíamos haberlo hecho, colectivamente, mucho antes. Debería haberme dado cuenta", sostuvo Johnson. Frente a los testimonios previos que decían que él dudó antes de imponer el encierro, Johnson rebatió que pretendía "poner a prueba" esa posible nueva política (en alusión al confinamiento) y sopesar "los argumentos a favor y en contra". Dijo "no estar seguro" de si sus decisiones llevaron a un exceso de muertes en el Reino Unido y señaló que "no ayudó" a limitar la cifra el hecho de que en el país haya "mucha gente mayor y esté densamente poblado".
Cultura interna masculina
El exprimer ministro, acusado de incompetente por antiguos colaboradores como su asesor Dominic Cummings, negó también haberse tomado un largo periodo de vacaciones en febrero de 2020 y aseguró que estuvo trabajando en privado. Sí admitió que se equivocó al aparecer en televisión dándole la mano a pacientes de covid pero explicó que su intención era mostrarse decidido ante el virus, por el que él mismo fue ingresado en abril de 2020.
En otro momento del interrogatorio, el exjefe del Ejecutivo británico admitió que su equipo cercano de gobierno durante la pandemia estaba "demasiado dominado por hombres", pero rechazó las acusaciones de algunos altos funcionarios de que el ambiente era "tóxico" y que perjudicó la gestión. "El equilibrio entre géneros podría haber sido mejor", concedió Johnson para matizar que hubiera sido preferible incluir a más mujeres en las reuniones.
Cuestionado sobre el lenguaje ofensivo y machista usado en mensajes de WhatsApp entre él y su círculo, especialmente por su hoy enemigo Cummings, Johnson sostuvo que era importante mantener "una atmósfera retadora", en lugar de "una cultura de condescendencia" sin opiniones críticas.
Guto Harri, que fue director de comunicación de Johnson, salió en defensa de su exjefe este miércoles en Times Radio. "La tragedia para mí es que tres de sus asistentes más importantes tenían juntos un pequeño y patético grupo de WhatsApp. Y simplemente se quejaban en él del primer ministro y su esposa, cuando deberían haber estado ejecutando las difíciles decisiones tomadas por él y los miembros electos del gabinete en ese momento", advirtió Harri.
Pero las reacciones críticas a la intervención de Johnson no tardaron. Aamer Anwar, abogado de una asociación escocesa de víctimas de covid, afirmó que "en lugar de resolver la crisis", Johnson "presidió una orgía de narcisismo totalmente repugnante". Las revelaciones sobre fiestas ilegales en Downing Street durante la pandemia desataron un escándalo y contribuyeron a la caída de Johnson, quien se vio obligado a renunciar en julio de 2022.
Los trabajos de la comisión independiente de investigación, presidida por la exjueza Heather Hallett, podrían durar hasta 2026. Después de Johnson se prevé que comparezca ante la antigua magistrada en los próximos días el actual primer ministro, Rishi Sunak, que durante la pandemia era titular de Economía. La investigación oficial no identificará culpables sino que emitirá recomendaciones de cara al futuro.