"Una vez en una jornada vi una nena que tenía las uñas pintadas con papelitos, pegadas y pintadas. Eso me quedó para siempre en la cabeza. Esa nena merece la oportunidad de soñar un rato. Por eso cuando vamos hacemos uñas, maquillamos. No es solo un corte, no es solo estética. Un corte de pelo a una persona le da dignidad y a un niño le da el respeto que merece", afirma Juan Martorelli, presidente y creador de la Asociación de Barberos Solidarios, una fundación sin fines de lucro que hace casi diez años organiza jornadas en barrios para ofrecer cortes de pelo y otros servicios de estética, gratuitos, a quienes más lo necesitan.

Cambiar la fama por el barrio

Aunque recién hace dos semanas que fueron reconocidos por la Municipalidad de La Plata por su labor, surgieron modestamente en La Plata en 2014. Comenzaron a ir a cortar de manera desinteresada de manera aislada: en comedores, merenderos, asilos de ancianos. Primero eran diez; hoy, solamente en La Plata, son más de 300.

Todo fue por la iniciativa de Juan, que trae pegada una historia apasionante. Peluquero de las estrellas, trabajó en cine, teatro y televisión, y fue el estilista de Ricardo Fort por siete años, hasta su muerte. Ahí fue cuando comenzó a volcarse a los cortes solidarios, aunque de manera aislada. "Es inexplicable lo que me pasó. Así como empecé me di cuenta que no era suficiente hacer un día solo, un comedor. Tenemos que unirnos todos los barberos para poder hacer algo grande por los chicos", recuerda.

No sabe muy bien cómo pero cada vez aparecían más y más voluntarios. Hoy en día, cuando la fundación quiere ir a algún lado, tiene a disposición más de 500 barberos listos para cortar. Además de La Plata, cuentan con proyección nacional. Para el Día del Niño hicieron jornadas simultaneas en San Juan, Gualeguaychú, Tucumán, Mendoza, entre otros. "Es un ejército de barberos. A mí siempre me produce mucha emoción las ganas de ayudar que tienen todos. Por ejemplo, en pandemia, cuando nadie salía a la calle, nosotros cortamos igual", afirma.

Para cortar en pandemia afirma que se basaron "en el sistema español de la gripe amarilla, de cortar al aire libre". La asociación sostiene que recorrió todos los barrios de La Plata donde fueron requeridos. Pasaron por cada comedor, asilo, merendero. "Tratamos de ir a todos los lugares que nos convocan. Siempre tenemos un programa de acción. Y siempre nos vamos aplaudidos", afirma.

Por semana en La Plata a veces tienen tres o cuatro jornadas. No bajan de 200 a 300 cortes por día. Termina siendo no solamente ese comedor, merendero o espacio. La voz se corre y aparece todo el barrio precisando un corte. Con el corte de pelo rondando los $4000, se vuelve difícil mantenerlo en el tiempo.

Por eso, cada vez que los Barberos Solidarios se retiran, se van aplaudidos."Yo no lo cambio por nada. Es una sensación distinta. La verdad que encuentro mucha más satisfacción en esto que en lo que hacía", afirma Juan.

Enseñar, transmitir

Además de visitar los barrios ofreciendo cortes, hace varios años comenzaron a ofrecer capacitaciones en villas y barrios populares. No solamente de corte sino también de tintura, queratina, alisado. "Ahí sí estamos buscando apoyo gubernamental porque no tenemos la estructura para poder realizarlo como se debe. Pero ofrecemos el aprendizaje de un oficio, que para muchos es una gran salida laboral", afirma Juan.

Federico Cuevas es uno de los barberos que está a cargo de las capacitaciones. Se dedica al oficio hace veinte años y está en la asociación desde el principio. "A mi me cambió la vida. Yo cortar el pelo siempre corté, pero lo de enseñar vino con esto. Me encanta poder transmitirles lo que sé, y verlos lograrlo. Y cada vez vienen más, hay muchas ganas de aprender", afirma.

"Vos en una clase te das cuenta a quien le pone onda y quién va para justificar en la casa que va a algún lado, pero lo importante para mí acá es ayudar a los chicos para que tengan alguna salida y que no estén en la deriva", afirma. Algunos de quienes fueron sus alumnos ya abrieron su propia barbería.

Pero no solamente a los chicos les cambian la vida las jornadas. Marisol Gómez es la maquilladora oficial de la fundación. En un momento, llegó a hacer 120 maquillajes por jornada. Aprendió el oficio de peluquera a los 15 años pero dice que nunca sintió tanta satisfacción como ahora. "Particularmente lo que me llamó fue ir y ver que con un cortecito de pelo, que son cinco minutos de tu tiempo, le cambiás el día, la semana o el autoestima a una persona, entonces ya eso es un montón", afirma.

"Parece una pavada pero en realidad nosotros todos los días en las jornadas lo vemos. Tiene mucho impacto poder verse bien en el espejo", afirma.

Logros y metas

En noviembre de 2022, formaron parte de Expo Joven. Con los fondos del evento y donaciones de madrinas y padrinos se logró conseguir el dinero necesario para inaugurar el Centro cultural y educacional infantil “Índigo”, ubicado en 9 y 58. Allí, además de dar talleres de peluquería, es un espacio donde los chicos pueden encontrarse con arte, tejido, entre otras cosas. "Ahora estamos buscando abuelas que quieran ser voluntarias para venir a pasar tiempo con los chicos, o enseñarles de jardinería, de tejido, lo que sepan", avisa Mari.

Hoy en día, su sueño es poder contar con su propio transporte para movilizarse. "Ese es nuestro único punto débil. Nosotros nos movilizamos en el micro. La inseguridad está a la orden del día. Nosotros somos muy respetados en los barrios diferenciados y no nos tocan. Pero bueno, puede pasar. El día que podamos solucionar eso, yo creo que ahí sí nos vamos a tener completos", afirma Juan.

Para el año que viene, esperan que todos los chicos de barrios populares puedan empezar las clases con el pelo corto. "Ese es nuestro plan para el 2024", afirma su presidente. Para colaborar con los Barberos o averiguar sobre el voluntariado, consultar sus redes sociales como Asociación de Barberos Solidarios