Sebastián Wagner, de 30 años, fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de la joven Micaela García, de 21, mientras que Néstor Pavón, de 35, sobre quien pesaba una acusación como presunto coautor del hecho, recibió sólo una pena a cinco años de cárcel por encubrimiento. En la misma causa, el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay, Entre Ríos, absolvió al joven Gabriel Otero, de 21 años, hijo de la esposa de Wagner, quien había sido imputado por el delito de encubrimiento (ver aparte). “No estamos conformes y no nos vamos bien”, declaró a la salida de la sala de audiencia Andrea Lescano, la madre de Micaela, mientras que el padre, Néstor García, sostuvo que a la familia le quedan “algunas dudas” sobre el fallo. El cuestionamiento está centrado en la condena menor aplicada a Néstor Pavón, ex patrón de Wagner, para quien la fiscalía y la querella habían solicitado la pena de prisión perpetua.

La lectura de los fundamentos de la sentencia demandó más de dos horas a los miembros del Tribunal, María Angélica Pivas, Roberto Cadenas y Darío Crespo. El hecho fue caratulado por los jueces como “abuso sexual con acceso carnal y homicidio agravado por ser con alevosía, criminis causa y violencia de género”, delitos que le fueron aplicados a Wagner como único responsable del femicidio. La cadena perpetua se resolvió para unificar la pena con dos casos de violación por los que Wagner había sido condenado antes a nueve años de prisión por un tribunal de Concepción del Uruguay. 

El 1º de abril pasado, cuando secuestró, violó y asesinó a Micaela,  Wagner estaba en libertad condicional por decisión del juez de Ejecución Penal Carlos Rossi, contra quien se presentaron ahora ocho pedidos de juicio político por esa decisión; hasta ahora, ninguno fue tratado. 

En el juicio por el femicidio de Micaela García, los jueces afirmaron que “Wagner fue quien secuestró, violó y mató a Micaela en un contexto de violencia de género”. La sentencia fue leída sin que Wagner se encontrara presente en la sala de audiencias. Estuvieron los padres, familiares y amigos de la víctima, y los periodistas de medios locales, que pudieron presenciar la audiencia por primera y única vez. 

Los jueces descalificaron, con dureza, la imputación presentada contra Néstor Pavón por el fiscal Ignacio Telenta y por el abogado querellante Jorge Impini, representante de la familia de Micaela. “No existen elementos probatorios que permitan acreditar que Pavón participó de los eventos”, dijeron los jueces en relación con el abuso sexual y el homicidio. “Ni siquiera se ha demostrado que haya intervenido otra persona”, señalaron los integrantes del tribunal a cargo del juicio oral. 

Al fundamentar la condena a Pavón sólo por encubrimiento, cuestionaron que la Fiscalía “le haya creído a Wagner de punta a punta” toda su versión sobre cómo ocurrieron los hechos. Puntualizaron que la postura del fiscal es “algo incomprensible para el tribunal”. Los jueces consideraron que son “insostenibles, fantasiosas, absurdas y disparatadas” las declaraciones de Wagner que “buscan inculpar a Pavón”. 

Por tales razones, sólo lo condenaron por “encubrimiento agravado” a cinco años de prisión efectiva, a pesar de que había llegado al debate acusado por los mismos delitos que Wagner en carácter de coautor. El abogado Horacio Barretto, defensor de Pavón, dijo que “quedó claro que no existió participación en el hecho” por parte de su cliente. Adelantó que incluso apelará la condena por encubrimiento.

En el fallo se recordó que Micaela fue vista con vida en la madrugada del 1º de abril, cuando regresaba a su casa en Gualeguay luego de haber concurrido al boliche King, de esa ciudad. Basándose en lo dicho por los testigos, los jueces confirmaron que Wagner “venía persiguiendo a la víctima con su Renault 12 Break desde hacía varias cuadras” hasta que la secuestró y la llevó hasta una planta de reciclado, para luego salir con el auto por la ruta 12 “hacia el norte, hacia el establecimiento Seis Robles, donde alrededor de las 8.30 fue visto el rodado”. Consideraron probado que Wagner “abusó sexualmente y le quito la vida comprimiéndole el cuello hasta asfixiarla en un contexto de violencia de género”. 

Con posterioridad, “Wagner ocultó el cuerpo de Micaela a unos 21 metros del camino de tierra que lleva a la localidad de Calderón”. Luego de la desaparición de Micaela, se organizó un operativo de búsqueda hasta que el 7 de abril se produjo la detención de Wagner en Moreno, provincia de Buenos Aires. Un día después fue encontrado el cuerpo de la joven, cerca de la ruta nacional 12, en Gualeguay.  

Para el esclarecimiento del caso fue clave el testimonio de Nora González, pareja de Wagner. Los jueces concluyeron que Wagner es un “abusador sexual serial y asesino que tuvo en vilo al país”.