Noveno cielo

La apertura de Furia es una de las grandes noticias gastronómicas del año en la ciudad feliz. No es para menos: con Patricio Negro y Fernanda Sarasa a la cabeza (los mismos que están detrás de Sarasanegro, ícono de la mejor cocina de Mar del Plata), este restaurante abrió en el piso 9 de un edificio en la zona comercial de Güemes. El espacio ahí arriba se divide en dos: de un lado el salón más tradicional, de aires modernos; del otro, la terraza (con techo corredizo) barra de coctelería y los grandes ventanales para ver el horizonte.

Furia es un lugar de fuegos: en la cocina abierta se ve la parrilla con sus brasas incandescentes y un maestro a cargo del día a día: nada menos que Leonardo Perales, de la misma familia Perales que hizo del lechón un emblema de las vacaciones atlánticas. En Furia, estos fuegos y la mano de Leonardo se unen a los caprichos y paladar de Patricio, dando vida a un menú propio. Hay menos experimentación que en Sarasanegro, pero se compensa con intensidad de sabor y platos donde el producto es protagonista. 

Se puede arrancar con pescado curado con crema ácida y pickles de manzana ($13000), también con una versión perfecta de un vitello tonnato ($12.000), un jamón horneado que hacen ellos mismos ($11.500) y un calamar grillado con papa anna repletas de deliciosa manteca ($10.000). Para seguir muchos van por algunos cortes de carne (penca de vacío, entraña, ojo de bife, todos rondando los $25.000), pero estando en Mardel, lo que manda es la tradición: de un lado, la pesca del día a la parrilla (¡mejor si es chernia!) a $17.500; y las costillitas de lechón para comer con la mano, casi como chupetines divinos ($16.000). De beber habrá muy buenos vinos y también cócteles de la casa servidos por el bartender Javier Luna (como el Negroni Furia, con el vermut marplatense Rodo, Campari y Tanqueray, $4.500). De postre, una bien crème brûlée a $4.200, para seguir con la línea temática de los fuegos. 

Un lugar con altura en las alturas de MDQ.

Furia Puro Fuego queda en Rawson 1457, piso 9, Mar del Plata. Horario de atención: de lunes a sábados de 19 al cierre. Instagram: @furiapurofuego.

Territorio marítimo

Lo de Albúfera es una maravilla, uno de esos lugares que uno no se cansa de recomendar. Abierto hace apenas un par de semanas justo antes de la entrada a Santa Clara del Mar (a unos pocos kilómetros de Mar del Plata hacia el norte), este restaurante ocupa un precio salón con jardín propio donde arman los fuegos a la vista. El término albúfera corresponde a una laguna que se une al mar, mezclando aguas saladas y más dulces, generando un ecosistema y una biodiversidad únicos. Son pocas en el mundo; la de Mar Chiquita es una de las más conocidas. 

Carlos Barrera es el ideólogo de este restaurante, un cocinero que ganó experiencia en España, donde trabaja en los inviernos argentinos. Acá armó lo que llama una gastronomía de territorio: sus proveedores son en la enorme mayoría vecinos de la zona, incluyendo pescadores artesanales que pescan con anzuelo, e incluso el propio Carlos sale a recorrer los bosques cercanos buscando por ejemplo hongos silvestres y comestibles para aprovechar en su menú. 

Los pescaditos fritos de mar y laguna ($6.000) son adictivos con una copa de vino blanco o cerveza; el tiradito de pesca del día con salicornias de la albúfera y tomates de árbol es una maravilla que merece aplausos ($6.000). Hay también croquetas de lenguado ($5.000), pasta seca con frutos de mar ($8.000), raviolón de acelga costera y gruyere con pomodoro y pesto de albahaca ($6.000). El jamón con huevo de campo y papas es muy rico, pero lo mejor es ver si, con suerte, Carlos aprovechó un día descampado para hacer un arroz seco a la mejor tradición española en una paella puesta directa sobre el fuego, de esas que casi nadie sabe hacer en Argentina, con socarrat incluido, a tan sólo $10.000 la porción.

En estos últimos años la moda hizo que haya cada vez más aperturas para el sur de Mar del Plata, por Chapadmalal y alrededores. Albúfera es así un faro que ilumina el otro costado de esta enorme costa, un lugar que por calidad, precio amigable y belleza, merece muchas visitas.

Albúfera queda en Av. Atlántida 250, Atlántida. Horario de atención: todos los días, de 20 al cierre. Instagram: @albufera.restaurante.

Sabores de la nostalgia

Los memoriosos y fieles habitués de la Feliz recordarán a Tarantino, una cantina que supo marcar el ritmo de las pastas caseras en la Costa Atlántica, convirtiéndose en un clásico que parecía eterno. Pero como pasa tantas veces en gastronomía, esa eternidad no fue tal: crisis económica mediante, hace ya varios años que Tarantino cerró sus puertas, dejando más de una lágrima en su haber. 

Por suerte, la vida y el rubro dan revancha: el 12 de septiembre, en una locación más tranquila y con un local alejado de los hits turísticos de la ciudad, Tarantino reabrió con una carta que recupera muchos de sus sabores de siempre. “Es una carta más breve, pero manteniendo lo que siempre supimos hacer. Pastas de calidad, salsas ricas y precios acordes”, cuenta Hernán Neuman, anfitrión al que muchos saludan emocionados al reencontrarlo.

Tarantino es una cantina marplatense, de pastas populares y generosas. Muchas las hacen ellos, otras las compran en Don Francisco, una de las mejores casas de pasta para llevar de la costa atlántica. La comida arranca con tapeos como albóndigas con salsa a $2.400, tortilla de papa a $2.800 o unas muzzarelitas rebozadas de tamaño mucho más grande que lo que indica el nombre ($2.600 con salsa pomodoro). El fuerte llega con la especialidad de la casa, las pastas: fettucini con salsa de langostinos, crema azafranada de pescado y langostinos grillados ($4.500), agnelottis de jamón y queso con crema de hongos ($4.000) y uno de los best sellers de la casa, los conchiglioni gratinados con crema de espinaca y parmesano ($3.800). Se suma una buena lasagna de carne y verdura con salsa mixta ($4.500) y unos raviolones de masa de espinaca y relleno de pollo que salen con salsa putanesca ($4.000), entre otros. Hay además menú infantil y una mousse de chocolate bien golosa ($2000).

Sin poses ni ambiciones desmedidas, Tarantino muestra ese costado ítalo-marplatense que tanto gusta a turistas y locales. Para tener en la agenda.

Tarantino Cantina Urbana queda en Formosa 2899, Mar del Plata. Horario de atención: martes a sábados de 19 a 24; sábados y domingos de 12 a 15. Instagram: @tarantinomardelplata