Ya no hay luces al final del túnel ni brotes verdes ni segundo semestre. Javier Milei llevó al límite la promesa de arribar al paraíso luego del ajuste que había patentado Mauricio Macri y pidió nada menos que 15 años para que el país empiece a disfrutar las mieles de la libertad. O sea, digamos: hasta 2039. Un lapso de tiempo en el que caben casi cuatro períodos presidenciales completos

A menos de un mes de haber asumido, y en medio de un panorama sombrío para la economía luego de la brutal devaluación que licuó salarios y planchó la actividad, el Presidente aseguró ayer que los resultados recién “se van a ver en 15 años”, cuando se asiente su programa de gobierno. Más específicamente, dijo que serían "dos tercios" de las "mejoras", no todas. Fue durante una entrevista radial en la que también respondió que, para ese entonces, “tus hijos y tus nietos van a vivir maravillosamente bien”. A sentarse a esperar.

Milei ya venía pateando la pelota para adelante —antes de asumir ya había advertido que le tomaría “entre 18 y 24 meses” bajar la inflación— pero esta vez fue más allá. El planteo de tenerle paciencia hasta el año 2039 surgió encadenado, además, por su propio discurso. Lo consultaron sobre su mensaje de fin de año, en el que había prometido que la Argentina, en 45 años, tendría el PBI per cápita de Irlanda, un país en el que le gusta espejarse.

—Sabes que cuando dijiste que dentro de 45 años vamos a ser como Irlanda, muchos, entre los que me encuentro, que tengo 56, pensamos que entonces no vamos a ver una argentina floreciente —le dijeron al aire del programa Wake Up, minutos antes de que ingresara a la Rosada para la reunión de gabinete.

—Pero te tengo una buena noticia —respondió el Presidente—. En los procesos de convergencia, dos tercios de las mejora las ves en 15 años. La vas a ver vos, y tus hijos y tus nietos van a vivir maravillosamente bien.

Rápido de reflejos, Axel Kicillof aprovechó el desliz para plantear un contrapunto programático. “¿15 años? Como decía el gran Keynes, en el largo plazo todos estaremos muertos”, ironizó.

Gloria (o pesadilla) libertaria

No es la primera vez que Milei promete que el país será un bálsamo a largo plazo toda vez que la mayoría población atraviese el período amargo del ajuste. La fantasía incluye décadas de hegemonía de La Libertad Avanza, cuya concreción llevaría a la Argentina a parecerse a las potencias extranjeras. Durante el debate presidencial antes de las PASO dijo que si le daban nada menos que 20 años, “podemos ser como Alemania”. “Y si me dan 35, —agregó aquella vez— como Estados Unidos".

Consultado sobre las declaraciones de su jefe, el vocero presidencial, Manuel Adorni, redobló más tarde la apuesta y sentenció: “Tenemos una visión de la argentina que va mucho más allá de los 45 años, va hasta los 100 años, y es una argentina maravillosa”.

“Se trata de un discurso arquetípico que hasta forma parte de los argumentos de las películas, en las que el héroe tiene que atravesar el infierno para llegar al paraíso. Cuando los liberales someten a la población a las políticas de ajuste, generalmente prometen que hay una luz al final que justifica pasarla muy mal antes, como sucede ahora, con licuación de los ingresos, inflación descontrolada, devaluación sin rumbo", le dijo a Página/12 el economista Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz. "Pero en el caso del programa de Milei, el paraíso es la dolarización. Y no es un paraíso muy prometedor”, sentenció. 

Mas allá del largo plazo, Asiain vislumbra problemas serios en lo inmediato. "A diferencia de lo que sucedió, por ejemplo, durante los 90s, es muy difícil que Milei logre un arribo de inversiones, ni que tenga acceso al endeudamiento que pueda financiar su plan. En el primer caso, porque la alta inflación autogenerada produce mucha incertidumbre. La alianza con Estados Unidos tampoco garantiza mucho éxito en ese plano, dado que las mayores inversiones en la región hoy las hace China. Y en el segundo, porque la Argentina ya fue muy endeudada con Macri y Alberto Fernández la pateó para adelante. No es muy halagador el panorama", dijo. 

¿Cómo sería un país después de 15 años de gobiernos libertarios? Asiain ve "un país bastante desigual, con apertura indiscriminada de la economía, desempleo muy elevado y desmembramiento territorial". "En los 90s se llegó a decir que había provincias inviables y hasta se quiso intercambiar territorio por deuda. Es desintegración nacional, un país fallido", remató. 

Alberdi en el espejo

A Milei le gusta decir que el país lleva "100 años de fracaso", tal como expuso durante su discurso inaugural. Esa idea refundacional tiene, a juzgar por el nombre con que bautizó a la Ley Ómnibus, una guía en el pensamiento de Juan Bautista Alberdi. Al proyecto lo nombró "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos", parafraseando al libro "Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina", del mentor de la Constitución de 1853, que para el Presidente tiene el "espíritu liberal" que quiere imprimirle a su gobierno. Las referencias no son solo hacia adelante, también las hay en el siglo pasado. 

Para el historiador Felipe Pigna, Milei debería releer las "Bases...". "Es muy claro cuando dice que la libertad solo se puede ejercer en la medida que esté repartida entre la gente", dijo en diálogo con este medio. "Alberdi era un liberal consecuente, y muy atento a la equidad social, lo dice en las Bases y en montones de escritos", aclaró.  

"Suele haber un recorte muy rápido y poco profundo del pensamiento alberdiano, que tiene distintas etapas y matices. Algo similar a lo que sucede con Roca. Se suele dejar de lado que era un firme impulsor de la educación pública, de la industria y el desarrollo, que era muy crítico de la dependencia, de la deuda", sostuvo. 

El Presidente también dijo que argentina fue la primera potencia mundial a fines del siglo XIX. "Los números no coinciden", apuntó Pigna. "Los años 20 fueron mejores", aportó, durante los gobiernos de Marcelo T de Alvear e Hipólito Yrigoyen, al que Milei llamó "populista". 

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