El valor de los combustibles es determinante para la economía en general, no solo por el impacto directo en los precios en las estaciones de servicio, sino también por el efecto indirecto en la gran mayoría de los bienes y servicios que lo utilizan como insumo. Por eso, el aumento del 27% promedio en las naftas de esta semana tendrá su correlato en la inflación general, con una incidencia especial en los precios de los alimentos y bebidas, el transporte público, el turismo y otros sectores.

El incremento del pasado miércoles 3 de enero se dio después de dos fuertes subas en diciembre, por lo que los combustibles acumulan más de un 100% en menos de 3 meses. Lo saben quienes tienen auto, en menos de 90 días, llenar el tanque de nafta del auto pasó a costar más del doble.

Los ajustes que tuvieron los combustibles en diciembre se verán en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del último mes del año, mientras que el de esta semana recién  se reflejará en el de enero 2024 –a publicarse en febrero–.

Los especialistas estiman que estos aumentos se traducirán en alrededor de un 3% “extra” en el IPC de diciembre y un 1% más en enero. Aunque esto es solamente el efecto directo en el índice, en el segmento de combustibles. “Por efecto indirecto podría ser aún más”, señaló a Página|12 Fabián Amico, economista e investigador de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).

Esto aumenta todos los pronósticos de inflación. Se está hablando de 20-25% en enero, una cifra lógica considerando una cuestión analítica básica. Los combustibles se usan directa o indirectamente para producir todo, entonces es inevitable que tenga un efecto inflacionario muy grande”, aseguró Amico.

Se trata de un fenómeno en donde el traslado de los costos es acumulativo entre los sectores y va produciendo inercialmente inflación en los meses que vienen, como un "efecto en cadena", explicó el especialista. Esto funciona de la siguiente manera: cuando alguien utiliza combustible como insumo en la producción de un bien y el precio de este insumo aumenta, esto se traslada al costo y en última instancia al precio final.

El impacto en los precios de los alimentos y bebidas

El segmento de la producción de alimentos y bebidas es uno de los que mayor incidencia aporta al IPC general cada mes. Y, al mismo tiempo, representa uno de los ejemplos más claros del traslado de las subas del combustible a los precios de productos, ya que este sector utiliza combustibles ya sea para el procesamiento industrial o para transportar su producción.

“En la semana, a partir del aumento de combustible, no hay ninguna duda de que va a haber aumentos de lo que se te ocurra”, marcó el dirigente agropecuario Eduardo Buzzi a este medio. “El combustible define el costo de logística y eso impacta en el valor de todo. Es inevitable que se traslade”, planteó el extitular de la Federación Agraria Argentina (FAA), quien puntualizó que esto se verá especialmente en el sector de alimentos procesados, pero también en frutas, verduras, carnes y lácteos.

Imagen: Pexels.

La logística en Argentina depende mucho del transporte en camiones. Por ejemplo, hay kilómetros y kilómetros para que la leche llegue a los centros de consumo. También con la fruta, para que llegue desde la Patagonia o del NOA hasta el mercado central, o de Corrientes los tomates y los pimientos”, precisó.

Llenar el tanque para el Verano 2024: los efectos en el turismo

Otro sector que muestra cada vez mayor preocupación es el del turismo, sobre todo el de la Costa Atlántica. Lo cierto es que, en un contexto generalizado de caída de la actividad, el tercer aumento en menos de un mes en los combustibles hace que para muchos argentinos se encarezcan las vacaciones en los balnearios bonaerenses.

Va a impactar en el mini turismo, es decir, aquellos que vienen varias veces en una misma temporada; y en aquellos que viajan desde más de 800 kilómetros”, indicó Guillermo Favale, secretario de Turismo, Marketing y Desarrollo Sostenible del Partido de la Costa, a este medio. En este distrito, la ocupación hotelera promedio para la temporada está apenas en un 55%, 10 puntos porcentuales por debajo de los números del año pasado.

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Llenar el tanque que se necesita para llegar, por ejemplo, a Mar del Plata, hasta el pasado martes costaba alrededor de $25.000 ($50.000 ida y vuelta). A partir del último aumento, son como mínimo $32.000 ($64.000 i/v).

También Gustavo Barrera, intendente de Villa Gesell, afirmó a Página|12 que esperan que estos aumentos compliquen al turismo. “Obviamente el incremento del combustible repercute en esta temporada. No solamente por el desplazamiento del turista, que lo hace generalmente en auto o en micro, sino también por la logística de la mercadería, que impacta directamente en la conformación de los precios de los restaurantes, hoteles y balnearios”. Y señaló que en ese distrito, donde en años anteriores la ocupación se acercó al 100%, hoy está en el 60%.

Transporte público: qué pasa con el boleto de colectivos en el AMBA

El incremento del 27% promedio del combustible disparó también las alertas en las empresas de transporte, ya que se trata de un insumo básico para la actividad. “El aumento que se anunció este martes todavía no fue trasladado a nuestras petroleras, pero seguramente en estas horas nos va a llegar también”, contó Luciano Fusaro, titular de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA).

Imagen: NA.

Según detalló, el combustible representa el 20% de los costos de una empresa de transporte. “O sea que, cada 100% de aumento en el combustible, el transporte se encarece un 20%”, calculó el titular de AAETA, quien luego concluyo: “Nosotros todavía teníamos el costo a $800 por usuario en diciembre, y si este aumento lo trasladan, obviamente va a ser mayor”.

El ajuste en las naftas se da precisamente en medio de especulaciones respecto a cuánto se irá el boleto de colectivo en el AMBA en las próximas semanas. 

Aún resta definir el nivel de los subsidios estatales a las empresas, de acuerdo a la publicación de la estructura de costos diagramada por la Resolución 615/2023 del Ministerio de Transporte. De esta estructura de costos “surge cuánto cuesta mover los 18.000 colectivos de AMBA, a eso se le resta la recaudación, y lo que no entra por ahí tiene que entrar por subsidios”, explicó Fusaro.

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