Ya lo dijo hace casi diez años el propio Pep Guardiola: “Brasil tiene que ser entrenado por un entrenador brasileño y Argentina tiene que ser entrenada por un entrenador argentino”. Sus palabras van más allá de una opinión autorizada; son casi un mandamiento sagrado de las dos potencias sudamericanas, que muy rara vez han entregado las riendas de su Selección Mayor masculina a manos extranjeras. Como dice Pep, eso aun más allá de lo bien calificadas que estén: “La gente piensa que porque he ganado en Barcelona y soy muy bueno iré a Brasil, pero debe ir alguien que conozca su fútbol”. El catalán estaría en lo cierto: 394 días después de la salida de TitE y luego de dos interinatos en el medio (Menezes y Diniz), la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) parece haber encontrado al indicado en términos de conocimiento de esa idiosincrasia futbolera que es propia y singular del país verdeamarelo. El señalado es el DT paulista Dorival Júnior, quien fue anunciado como nuevo entrenador de Brasil.

La llegada de Dorival Júnior se da en un momento complicado de la CBF -la AFA brasileña-. Tan solo tres días antes de la confirmación del nuevo DT, la Corte Suprema de Brasil le devolvió la presidencia de la institución a Ednaldo Rodrigues, luego de suspender la decisión del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro que lo había destituido del cargo el 7 de diciembre del año pasado. Es tan irregular la situación -el periódico O Globo habla directamente de una “crisis”- que la noticia del nuevo entrenador explotó al mismo tiempo que en Brasil le abrían sus puertas a una delegación de la FIFA para investigar irregularidades en la CBF (que finalmente no encontraron al decretar este lunes que fue restaurada “la normalidad” en la Confederación).

Es tan complejo el contexto en el que arriba Dorival Júnior que su contratación ni siquiera fue anunciada por la CBF: hasta este lunes la única información oficial de su llegada al banquillo del Scratch la había provisto San Pablo, equipo que dirigía desde abril de 2023 y que publicó en sus redes su partida del club para ponerse el buzo de la Verdeamarela… En el país hermano, parecen haber naturalizado un poco estas turbulencias futbolísticas: con el tuit de San Pablo pero sin comunicado aún de la CBF, los medios más importantes del país cinco veces campeón mundial ya confirman en el cargo a Dorival Júnior.

¿Habrá sido algo de ese contexto lo que hizo tachar de la lista tanto al italiano Carlo Ancelotti como al portugués José Mourinho en la carrera por dirigir al Scratch? Tal vez sí, tal vez no. Lo cierto es que la historia que se escribe con mayúsculas le da la derecha a Guardiola. En los 110 años de vida que lleva la CBF, el seleccionado masculino brasileño tuvo apenas tres intervenciones extranjeras en la dirección técnica, y vale llamarlas así porque fueron casos puntuales y breves.

El primer caso fue el de un entrenador uruguayo y, casualmente, los otros dos fueron casos singulares, excepcionales, para dirigir un total de tres partidos contra Uruguay. Ramón Platero fue el charrúa que tomó las riendas de Brasil en el Sudamericano de 1925, torneo que se disputó en Argentina y en el que cosechó dos victorias (ante Paraguay), una derrota y un empate (ambos ante Argentina). “Por primera vez en la historia -escribe la CBF en su web-, la Selección brasileña sería dirigida por un técnico extranjero, que tenía plenos poderes para convocar a los jugadores y seleccionar el equipo, sin interferencias”.

En 1944, el portugués Jorge Gomes de Lima, más conocido como "Joreca", se convirtió en el segundo extranjero en conducir a Brasil: por su buen andar en el San Pablo, fue contratado para hacer dupla técnica en dos partidos (4-0 y 6-1 sobre Uruguay) con el brasileño Flávio Costa, quien luego continuaría en soledad dirigiendo a la Verdeamarela hasta el famoso Maracanazo del ’50.

El tercer y último nombre corresponde ni más ni menos, ¡que a un argentino! El 7 de septiembre de 1965, en la primera presentación de Brasil en el flamante Mineirao de Belo Horizonte, Nelson Filpo Núñez dirigió a la Selección brasileña que venció 3-0 a Uruguay en un partido amistoso tan solo dos días después de la inauguración del estadio. Lo de Núñez es toda una rareza: su Palmeiras jugaba tan bien (Filpo fue el creador dialéctico del famoso “pim-pum-pam-gol”, una metáfora del fútbol ofensivo y simple) que la Federación brasileña de ese entonces premió al equipo dándole la oportunidad de representar a Brasil ante Uruguay en aquel juego. La victoria por 3-0 confirmó su época gloriosa y su efectividad del 100% (fue el único partido que dirigió) como entrenador de la Verdeamarela.

Lo cierto es que, salvo estas tres excepciones, hace 59 años que la tradición en Brasil es que a su Selección la dirija un brasileño. Hay un hombre que hoy celebra esa costumbre más que nadie: Dorival Júnior, para quien llegar a la Canarinha es, en sus propias palabras, “la realización de un sueño”.

El nuevo entrenador, de 61 años, vaya si conoce la idiosincrasia del fútbol de su país: dirigió 21 equipos y destaca entre sus logros la obtención de la Recopa Sudamericana 2011 (con Internacional de Porto Alegre) y la Libertadores 2022 (con Flamengo), además de llegar a su nuevo desafío como DT bicampeón de la Copa local con Flamengo y después con San Pablo. Y aunque seguramente haya celebrado con ganas cada uno de esos títulos, hoy podría pensarse que lo que más celebra este hombre es haber nacido en Brasil.