Cerca de 200 productores y empresarios vinculados al agro de Brasil, que forman parte de un grupo bautizado como “Invasión Cero”, se autoconvocaron por WhatsApp para “recuperar por medios propios” las tierras que la comunidad Pataxó Ha Ha Hai reclama como propias, en el marco de un conflicto territorial de larga data.

Durante el episodio -que ocurrió el 21 de enero en el territorio conocido como Caramuru, municipio de Potiraguá- los hacendados cercaron el predio con decenas de camionetas y empezaron a los tiros, según información brindada por el Ministerio de Pueblos Indígenas.

Por el ataque murió Negá Pataxó -Maria de Fátima Muniz-, hermana del cacique Nailton Muniz, quien también fue alcanzado por un disparo en el riñón y debió ser intervenido de urgencia. Otras personas resultaron heridas y están fuera de peligro.

La policía informó que incautó dos pistolas, dos revólveres, cargadores y municiones a dos miembros del grupo de hacendados, que fueron detenidos y acusados de homicidio, intento de homicidio y porte ilegal de armas.

“La gente de Pataxó Hã-Hã-Hãe fue brutalmente atacada por un grupo de propietarios, agricultores y pistoleros fuertemente armados. El grupo atacó a las familias Pataxó, que ocupaban pacíficamente su área de granja”, repudiaron desde la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB). Desde la organización indígena pidieron que se investigue el caso, y también, lo más importante: “La delimitación de los territorios indígenas es el único camino para amenazar la escalada de violencia que afecta a los pueblos de la región del sur de Bahía". Y acá otra vez el conflicto.

¿Qué es el Marco temporal?

Se denomina Marco temporal a la tesis jurídica que afirma que los pueblos y comunidades indígenas solo tienen derecho a reclamar las tierras que ocupaban cuando se promulgó la Constitución Federal de 1988. Esta tesis no reconoce la cantidad de veces que los pueblos fueron desplazados de sus territorios de manera forzada, ya sea por el Estado o por privados, incluso antes de la sanción de la Constitución. Muchos fueron expulsados de sus tierras durante la última dictadura militar (1964-1985).

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alegó que la aplicación de esta norma contradice los estándares universales de derechos humanos y pone en riesgo la existencia de los pueblos indígenas. Para la CIDH, la aplicación del Marco temporal tiene un “efecto lesivo para todos los casos de demarcación de tierras ancestrales concluidos y futuros”.

Detrás del Marco temporal está el agronegocio y su necesidad de expandir la frontera agrícola.

Idas y vueltas

Primero, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil falló en contra del Marco temporal. Después, el Senado lo aprobó por ley. Más tarde Lula da Silva utilizó el poder del veto presidencial y lo vetó; y, finalmente, el Congreso revocó el veto de Lula. Todo esto pasó en los últimos meses del 2023.

Cronológicamente ocurrió así:

  • 21/09 - El máximo tribunal de Brasil falla a favor de las comunidades indígenas

El STF rechazó por 9 votos contra 2 la presentación de las entidades rurales que pretendían la vuelta del Marco temporal, es decir, que no se reconocieran las tierras indígenas reivindicadas después de la Constitución de 1988. La votación se extendió por dos años, período en el que hubo movilizaciones indígenas en todo el país. 

Los dos votos a favor del Marco temporal provinieron de los jueces designados por el expresidente Jair Bolsonaro: el jurista y pastor presbiteriano André Mendonça y Nunes Marques.

El relator del caso, Edson Fachin, sostuvo que el derecho de los pueblos indígenas a la tierra es anterior a la creación del Estado y que, por lo tanto, no debe restringirse sus derechos a ningún marco temporal.

  • 27/09 - El Senado de Brasil aprueba el Marco temporal

A días de conocerse el fallo del STF, el Senado brasileño aprobó esta ley para limitar el reconocimiento de las tierras indígenas por 43 votos a favor y 21 en contra. La Cámara de Diputados ya la había aprobado el año anterior, pero en el medio la máxima instancia judicial la declaró inconstitucional.

Al mismo tiempo, la Corte dispuso que los productores que hayan adquirido “de buena fe” tierras que tradicionalmente pertenecen a los indígenas tenían derecho a una indemnización por parte del Estado.

  • 20/10 - Lula da Silva veta la ley que aprueba el Marco temporal

El presidente de Brasil utilizó su poder de veto para dar de baja la ley incentivada por el agronegocio, que fue aprobada por el Congreso y que ya contaba con un fallo de inconstitucionalidad.

El veto de Lula fue un veto parcial, quedaron en pie artículos de la norma que permiten la explotación económica en tierras indígenas siempre que sea en coooperación y autorización de los pueblos originarios. Las comunidades indígenas pretendían que el veto del presidente sea total.

"He vetado algunos tramos de la ley. Debemos seguir dialogando y trabajando para que tengamos, como hoy, seguridad jurídica y también el respeto a los derechos de los pueblos originarios", afirmó el presidente en ese momento.

  • 14/12 - El Congreso de Brasil elimina el veto de Lula y el Marco temporal vuelve a estar vigente

El ida y vuelta por el Marco temporal siguió: el Congreso eliminó el veto del presidente brasileño que protegía la demarcación de tierras indígenas. Por lo que la tesis que reconoce a las comunidades indígenas como válidas las tierras que ocupaban al 5 de octubre de 1988, cuando se sanciona la Constitución, vuelve a estar vigente.

"Otro revés anulado. Garantizamos la seguridad jurídica al agro brasileño", celebró en las redes sociales el senador Ciro Nogueira, quien fue jefe de gabinete del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022).

Por qué importan las tierras indígenas y qué puede pasar ahora

Además de considerarse el derecho ancestral sobre las tierras de donde las comunidades indígenas fueron expulsadas, las reservas indígenas son consideradas claves en la lucha contra la preservación del ambiente porque representan una barrera contra la deforestación para la expansión del agronegocio y los proyectos extractivistas.

"Es absurdo que mientras el mundo ya reconoce a los pueblos indígenas y sus territorios como una de las últimas alternativas para contener la crisis climática, el Congreso actúe a contramano", opinó Sonia Guajajara, ministra de Pueblos Indígenas.

Según datos de la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (FUNAI), las reservas ocupan 13,75% del territorio del país. Desde que asumió su tercer mandato, en enero, Lula ordenó la demarcación de ocho nuevas reservas, en contraste con Bolsonaro, que cumplió su promesa de no homologar un "centímetro" de tierra durante su mandato.

Por el Marco temporal, hoy vigente, están en riesgo 287 territorios indígenas.

Según el último censo, en Brasil viven cerca de 1,7 millones de indígenas dentro y fuera de reservas, de los 203 millones de habitantes.

Luego del ataque armado, donde murió una dirigente indigena, el presidente brasileño dijo que pensaba interceder para proteger a las comunidades y encontrar una solución pacífica al conflicto de las tierras indígenas.

Hasta ahora, el gobierno de Lula solo reforzó la presencia de las fuerzas de seguridad en las áreas en conflicto, no solo con los hacendados por la posesión de las tierras sino también en aquellas comunidades acechadas por la minería ilegal, como los indígenas yanomamis.