Leonardo Sosa era conocido como uno de los referentes del ultraderechista grupo Revolución Federal y su fama se acrecentó tras las sospechas de haber sido uno de los instigadores del intento de magnicidio a la exvicepresidenta, Cristina Kircher. Procesado por incitación a la violencia en varios hechos, fue invitado el miércoles por Lilia Lemoine a la sesión en la Cámara de Diputados que trata la Ley Ómnibus. En el recinto se lo vio sonriente y, desde allí, aprovechó para hacer posteos en la red social "X" hasta que lo invitaron a retirarse.

Todo era felicidad para Sosa, hasta que lo identificaron. Fue la diputada de Unión por la Patria, Cecilia Moreau, quien pidió la palabra en la sesión y advirtió que se encontraba en el Congreso uno de los instigadores del intento de magnicidio a Cristina Kirchner. Además, la legisladora solicitó que se abra una investigación para saber quién había sido el responsable de dejarlo entrar. Rápidamente, la Asociación del Personal Legislativo (APL) difundió un comunicado adelantando que Sosa fue invitado por la diputada de La Libertad Avanza (LLA), Lilia Lemoine.

El joven, que actualmente milita para los libertarios, estuvo en las inmediaciones del domicilio de la expresidenta el día del ataque y se vio involucrado en una pelea con militantes del kirchnerismo, en varias oportunidades. 

Detenido en el marco de la investigación, Sosa fue procesado por "incitación a la violencia colectiva". Aunque actualmente está en libertad, su presencia en el Congreso generó controversias.

Sosa y los ataques a Cristina Kirchner

La figura de Sosa se teje con controversias. Desde su vinculación con el intento de asesinato a Cristina Kirchner, hasta su reciente aparición en el Congreso, el joven busca, a través de la provocación, acercarse al poder.

Sosa fue denunciado por amenazas e insultos a exfuncionarios peronistas y kirchneristas, tanto en las calles como en plataformas virtuales. Investigado y procesado junto a Jonathan Morel, Sosa fue parte del grupo ultraviolento denominado Revolución Federal, considerado por el juez Marcelo Martínez de Giorgi y el fiscal Gerardo Pollicita como el caldo de cultivo del intento de magnicidio. En medio de acciones violentas en las calles, que incluyeron antorchas, una guillotina y bolsas mortuorias, Sosa y Morel estuvieron presentes el primer día de la movilización en la puerta de la casa de la exvicepresidenta.

Su participación en Revolución Federal, donde se promocionaba un alias de Mercado Pago para recibir donaciones, fue investigada, tras encontrarse en su casa 50.000 dólares, que no pudo justificar.

La querella de Cristina Kirchner, el año pasado, presentó denuncias que revelaban amenazas desde el acto de cierre de campaña de Javier Milei. Publicaciones como "La estocada final, Cristina VAS A CORRER!" generaron preocupación, llegando incluso a afirmar: “DEJAREMOS NUESTRA SANGRE EN LAS CALLES CON TAL DE LLEVAR A MILEI A CASA ROSADA” durante el balotaje.

En este contexto, los abogados Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira solicitaron medidas cautelares, incluyendo el secuestro del celular de Sosa, su geolocalización desde 2023, y el análisis exhaustivo de sus redes. El juez Martínez de Giorgi ordenó vigilar sus posteos durante un mes y alertó al Ministerio de Seguridad para tomar precauciones en la custodia si se consideraba necesario.

Nexos empresariales: Caputo Hermanos y más de 15 millones de pesos

Una conexión interesante en la trama judicial es la relación de la empresa Caputo Hermanos, vinculada a la familia Caputo, que pagó a Morel, compañero de Sosa, más de 15 millones de pesos desde el inicio de las movilizaciones hasta el intento de magnicidio. Hasta ahora, ningún integrante de la familia Caputo fue indagada, a pesar de tener representantes en el gobierno.

La violencia como método

Leonardo Franco, como se presenta en las redes, tiene un enorme historial por amenazas, hechos de violencia y hostigamiento. Por este motivo, está procesado.  

Recientemente, identificado con La Libertad Avanza, utiliza su cuenta en Twitter (X) para difundir un contenido cargado de odio y acoso. Desde cosificar a la diputada Marcela Pagano hasta grabar al diputado Máximo Kirchner, u hostigar a artistas, sus acciones provocan repudio, por la violencia con la que se manifiesta.




Seguí leyendo: