A pesar de las sorpresas con respecto a las PASO, al cierre de esta edición (sin todos los resultados finales), la elección de ayer ratifica el actual mapa político en la futura composición de la Cámara de Diputados a partir del 10 de diciembre, aunque habrá modificaciones importantes en la representatividad de las distintas bancadas. El interbloque de la alianza oficialista Cambiemos, con triunfos resonantes en muchos distritos del país, aumentó en más de una veintena el números de bancas, superaría el centenar (serían 107), lo que consolida como primera minoría en la Cámara baja y aunque se acercó bastante no alcanza los 127 necesarios para el quórum propio. El Frente para la Victoria-PJ (con el aporte de Unidad Ciudadana) también suma una docena de diputados y si logra conservar su actual estructura política (con 80 bancas) es ratificada como la principal fuerza opositora al macrismo. La oposición “dialoguista” del interbloque massista de Unión para una Nueva Argentina (UNA) y el peronismo disidente del Bloque Justicialista pierden escaños y aun con la posibilidad de una futura unificación de ambas bancadas, sería la tercera fuerza legislativa en Diputados. El interbloque Progresistas quedó diezmado y el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) peleaba para conservar sus cuatro bancas.

Con triunfos resonantes en distintas provincias, Cambiemos obtiene el principal aporte de estas elecciones parlamentarias en territorio bonaerense. Allí se alza con 15 diputados de las apenas tres bancas que arriesgaba: 12 escaños, que representan la mitad de las bancas que el oficialismo sumaría en todo el país.

La contundente victoria en la Ciudad de Buenos Aires le alcanza para conservar las ocho bancas que ponía en juego, aunque suma las dos que obtiene su aliados de Evolución, que encabeza Martín Lousteau. Sumó otros dos en Santa Fe, Entre Ríos y Tucumán. De a uno en Córdoba (donde renovaba cuatro bancas), Mendoza, Río Negro, Catamarca, Chaco, Formosa, Tierra del Fuego. Perdió una banca en La Pampa y otra en San Luis.

Mapa opositor

El Frente para la Victoria-PJ (incluyendo Unidad Ciudadana), incorporaría una decena de diputados propios. Si logra mantener la actual estructura política, treparía a 80 bancas, con lo que ratificaría su condición de principal fuerza de oposición al macrismo. 

El FpV-PJ incorporara tres diputados más por la provincia de Buenos Aires de los diez que terminan sus mandatos. Santa Fe le aportaría 3 bancas, dos más a las dos que arriesga, lo mismo que en la Ciudad de Buenos Aires. También suma de a uno en Catamarca, Chubut y Córdoba. Conserva las dos por el Chaco, y San Juan, y una por Formosa, Santa Cruz y Neuquén. Pierde uno en Entre Ríos, así como Río Negro y Tierra del Fuego a pesar de los triunfos en esas dos provincias.

La suerte del massismo (ahora como 1País), se jugaba en territorio bonaerense y no le fue bien: retenía apenas cuatro bancas de las 11 que renovaba de su mejor elección en 2013. Tampoco les fue bien en las primarias a sus aliados provinciales. El gobernador Mario Das Neves perdería una de sus dos bancas por Chubut a pesar de que lograba un triunfo ajustado en su provincia. En tanto, el delasotismo cordobés conservaría las tres que pone en juego pero desplazado a un segundo lugar en la provincia que gobierna. Los neuquinos del MPN perdían en la provincia y con la derrota una banca propia. Con lo que el interbloque massista Unidos por una Nueva Argentina (UNA) resigna más de una docena de bancas y conservaba 24.

El disidente Bloque Justicialista también dependía de la suerte de los gobernadores peronistas que provocaron el cisma del FpV-PJ, aunque sin demasiada fortuna. El salteño Juan Manuel Urtubey perdió en Salta y el oficialismo riojano que comanda el ex gobernador Luis Beder Herrera caía derrotado por un margen exiguo cuando faltaba (al cierre de esta edición) escrutar apenas dos mesas. El bloque perdería varias bancas y sumaría al único diputado bonaerense que obtenía la lista de Florencio Randazzo.  

Aunque se especulaba que ambas bancadas “dialoguistas” pudieran unificarse tras las elecciones, las derrotas de ambos sectores al menos retrasarían esa posibilidad.

El desarticulado interbloque Progresistas terminaría desintegrado. Ponía en juego siete de sus ocho bancas y solo retendría una el socialismo santafesino. Libres del Sur, aliado al massismo, solo mantiene la de Victoria Donda (con mandato hasta 2019) y el GEN de Margarita Stolbizer (la compañera de fórmula de Sergio Massa) se queda sin representación legislativa.

El FIT daba pelea anoche por retener las tres(de un total de cuatro) bancas que ponía en juego. En la provincia de Buenos Aires superaba al randazzismo, se ubicaba como cuarta fuerza provincial y obtenía dos diputados nacionales. En la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de la remontada se quedó a décimas de sumar una banca. Pese a que pierde sus escaños por Mendoza y Salta, sorprendía con una excelente elección en Jujuy, donde con el 71 por ciento de las mesas escrutadas superaba por 2 mil votos al PJ y podría quedarse con el segundo puesto y la tercera banca que reparte la provincia.

Otros bloques menores como el Peronismo para la Victoria-Movimiento Evita, resignaba una de sus cinco bancas. Mientras que los partidos provinciales como el Frente Cívico santiagueño (que ayer retuvo la gobernación) y el misionero Frente de la Concordia conservaban su representación legislativa.