Los futboleros resultadistas dicen que con el correr de los años todos se acuerdan del que ganó y nadie de cómo fue el desarrollo del partido. Si así fuese, en el futuro sólo se dirá que la elección de ayer en la Ciudad de Buenos Aires la ganó Elisa Carrió, pero se omitirán los detalles que no son menores. Asociada a Mauricio Macri, la líder de la Coalición Cívica sacó el 50,93 por ciento de los votos, lo que le permitirá hacer valer todavía más su peso dentro del oficialismo. Horacio Rodríguez Larreta festejó tanto o más que ella porque el triunfo de su aliada eclipsó la figura de Martín Lousteau, que terminó en un lejano tercer puesto con el 12,33 por ciento, y le despejó el camino a su reelección como jefe de gobierno en 2019. Al frente de la boleta de Unidad Porteña, Daniel Filmus mejoró su desempeño de hace dos meses y con el 21,74 por ciento de los votos le dio al kirchnerismo la satisfacción de consolidarse como espacio opositor en el distrito.

Votar ayer fue más sencillo y más rápido que en las PASO. Esta vez los casi dos millones de porteños que pasaron por el cuarto oscuro –sufragó el 76,47 por ciento del padrón– se encontraron sólo con las boletas de los seis espacios que el 13 de agosto superaron el piso del 1.5 por ciento para competir por las doce bancas en juego en la Cámara de Diputados y las treinta sujetas a renovación en la Legislatura local. Además de Vamos Juntos, Unidad Porteña y Evolución, compitieron el Frente de Izquierda, el massista frente 1País y Autodeterminación y Libertad.

Solo los tres primeros espacios políticos consiguieron bancas en la Cámara baja. De la mano de Carrió, en diciembre llegarán a Diputados otros siete oficialistas: dos de ellos, Juan Manuel López y Paula Oliveto Lago, responden a la líder de la Coalición Cívica; Carmen Polledo, Fernando Iglesias, José García y Patricia Holzman fueron postulados por el PRO; y Facundo Suárez Lastra fue incluido en la boleta como radical macrista.

Los kirchneristas que obtuvieron bancas son, además de Filmus, Gabriela Cerruti y Juan Cabandié.

Losteau no será el único de Evolución en Diputados: tendrá como compañera a Carla Carrizo.

“Gracias”, escribió Carrió en Twitter poco después de las siete y media de la tarde y lo acompañó con una foto suya sonriente. Fue la primera celebración de un triunfo que se conocía de antemano y al que solo faltaba ponerle la cifra definitiva.

La líder de la Coalición Cívica competía contra sí misma. Con el envión inicial del 50,13 por ciento en las PASO, se daba por hecho que mejoraría su desempeño y en algún momento se especuló incluso con que batiera el record del 56,8 por ciento para una legislativa en la Ciudad de Buenos Aires en manos de Chacho Álvarez desde 1997. 

Las últimas dos semanas de campaña no fueron las mejores para Carrió. Primero dijo en el debate con los otros candidatos porteños aquello de que había un “20 por ciento de posibilidades” de que Santiago Maldonado estuviera en Chile; después hizo su poco feliz comparación del cuerpo del joven tatuador con el de Walt Disney, a propósito de su hallazgo en las frías aguas del Río Chubut. Eso le valió que el oficialismo la sacara de circulación y le cancelara su agenda en los medios.

Difícil medir el impacto de eso en el resultado de ayer. Lo cierto es que al final Carrió terminó sólo unas décimas por encima del 50,13 por ciento que había sacado el 22 de agosto. Fue apenas en un detalle en el marco de un triunfo categórico que el oficialismo festejó como tal.

Carrió fue recibida en el escenario del bunker de Cambiemos en Costa Salguero al ritmo La flor más bella. Allí la recibió Rodríguez Larreta, quien a las nueve y media de la noche había salido a escena con los principales candidatos porteños del oficialismo y su vice y jefe de campaña en el distrito, Diego Santilli. 

“Esta es la victoria de un pueblo, desde La Quiaca hasta Ushuaia”, dijo ella, de entrada. A la ciudad solo la mencionó para “agradecerle” el buen trato que siempre le dio pese a ser chaqueña. Puso, en cambio, el eje en lo nacional. Habló de una “Argentina con derechos, sin violencia y con paz” y de que trabajará para que “Mauricio Macri sea el gran presidente de la historia argentina”. 

De la ciudad se ocupó Rodríguez Larreta. El no fue candidato, pero se jugaba mucho ayer. Estuvo a punto de perder hace dos años con Lousteau y si el economista hacía esta vez una buena elección podía poner en riesgo su sueño de reelección, paso previo a su aspiración final de llegar a la Presidencia.

Rodríguez Larreta apostó todo a Carrió para minar la base electoral de Lousteau. Fue entre los macristas el principal impulsor de su candidatura y después militó su campaña. Anoche mismo empezó a sacar su rédito.

Como buen macrista, Rodríguez Larreta hizo alusión “al equipo” y analizó que el triunfo es “un enorme apoyo para el cambio que está llevando Mauricio Macri”, pero remarcó también “con mucho orgullo” que es “el reconocimiento a la transformación que estamos llevando adelante en la ciudad”.

Ese fue el punto de partida de un discurso con tono de campaña, con el que dio comienzo a la carrera en busca de su reelección. “Vamos a seguir adelante escuchando a los vecinos de la ciudad”, prometió y anunció que ya esta semana estará en Almagro en el marco de sus habituales recorridas por los distintos barrios porteños. 

Rodríguez Larreta enumeró después algunos de sus planes. “Estamos convencidos de que hay que cambiar y transformar la educación y lo vamos a hacer”. No por nada empezó por ahí. La Secundaria del Futuro, la reforma educativa que impulsa para el nivel medio, encontró una dura resistencia entre los estudiantes que derivó en una masiva toma de escuelas. El jefe de gobierno dejó claro anoche que hará valer la contundencia del triunfo oficialista para avanzar con su plan.

“Vamos a seguir trabajando en las obras que transforman la ciudad”, expresó también Rodríguez Larreta. En su enumeración de promesas incluyó, además, la integración de las villas y la mejora de la seguridad.

A favor de los planes de Rodríguez Larreta jugará el hecho de que por primera vez el macrismo, que volvió a ganar en las quince comunas porteñas, tendrá mayoría propia en la Legislatura local. De sus 28 bancas, el oficialismo puso en juego 13 y ayer consiguió 16. A partir de diciembre pasará a tener un bloque de 31 legisladores.

Unidad Porteña obtuvo seis lugares en la Legislatura y Evolución cuatro. Dos bancas fueron para el FIT y las dos restantes se las repartieron entre 1País y Autodeterminación y Libertad.

En las primarias Unidad Porteña había obtenido el 20,96 por ciento de los votos. En dos meses creció casi un punto y se consolidó como la principal fuerza de oposición. Lo destacó anoche mismo Filmus, cuando salió a hacer su análisis de la elección. “Más de 400 mil porteños dijeron que somos la fuerza que tiene la responsabilidad de parar el ajuste”, enfatizó y recordó que ese espacio político asumió durante la campaña el compromiso de que no votará la flexibilización laboral, la baja de la edad jubilatoria, la ampliación del Impuesto a las Ganancias y va a honrarlo. “No vamos a acompañar el ajuste en educación, salud y vivienda. Vamos a defender los intereses de la mayoría”, prometió Filmus, quien cerró su discurso con un llamado a construir una “oposición más amplia y plural” para ser alternativa al oficialismo en las elecciones de 2019.

Filmus fue el último de los principales candidatos que habló. El primero había sido Lousteau, que perdió casi un punto con respecto a las primarias. “Guga, Guga, Guga, huevo, huevo, huevo”, intentaron darle aliento sus seguidores. El ex embajador en Estados Unidos cumplió con la formalidad de agradecer a los votantes y no habló demasiado. “Todos estamos convencidos de que Argentina tiene un futuro enorme, pero para poder alcanzarlo tenemos que cambiar la mirada y la forma de discutir. Desde mañana vamos a estar ahí para recorrer juntos este camino”, aseguró.