El comando de campaña de Unidad Ciudadana se levantó en los edificios que tiene el club Arsenal de Sarandí. Allí, durante la tarde y parte de la noche los candidatos que acompañaron a Cristina Fernández de Kirchner esperaron el resultado de las elecciones legislativas. A pesar de que las noticias que llegaron desde el escrutinio oficial no eran las mejores, el entusiasmo y la alegría de la militancia allí presente no disminuyó en ningún momento. Sin duda, la expresó la juventud que colmó las instalaciones del estadio de básquet.

  • Fiscales y periodistas. Como ocurrió en las PASO, la cancha de básquet de Arsenal fue dividida en dos. Una parte la ocuparon unos largos mesones como los que se utilizan en una gran locreada pero esta vez fueron el destino de computadoras, cables y anotadores de los periodistas que se acreditaron. Televisores y un par de pantallas grandes servían para que se pudiera seguir lo que transmitían los canales de televisión y debajo de donde su ubica uno de los aros estuvo la mesa más importante, la del catering. Del otro lado, dividido por una valla, estaba el escenario donde habló CFK. La parte baja la ocuparon los jóvenes militantes que participaron de los comicios como fiscales de Unidad Ciudadana.
  • La animadora. La espera de los resultados en cualquier comicio es tal vez lo más tedioso de la jornada. La organización lo previó y una animadora alentó a los estudiantes de las universidades del conurbano que se ubicaron debajo del escenario como si se tratara de un baile de antaño donde la locutora no sólo les preguntaba de dónde eran sino hasta les cantó el cumpleaños feliz a algunos de ellos. A decir verdad, le faltaba un poco de letra política.
  • Los números. A falta de resultados oficiales en cualquier comando de campaña tranquilizadoras resultan las boca de urnas. En lo de Unidad Ciudadana no fue la excepción. Así comenzaron a distribuirse las encuestas que trascendían y que mostraban un pelea muy pareja. “Es una luz de esperanza”, confió uno de los hombres que trabajó en la campaña de CFK. Otro, mucho más cercano a Cristina, miraba su celular con fruición y luego de unos segundos lanzó una frase corta y seca: “Buenos números”, dijo pero no abundó en detalles. A esa hora, cuando recién habían transcurrido 60 minutos del cierre de la votación, era demasiado temprano como para entusiasmarse y/o deprimirse.
  • Maldonado. A poco de haberse encontrado el cuerpo de quien luego se confirmaría que se trataba de Santiago Maldonado, los comandos de campaña suspendieron los actos de campaña. En rigor fue una decisión que no se cumplió a rajatablas. Salvo Cristina Kirchner, que dio de baja todo tipo de acto y encuentros. Incluso suspendió el desayuno que tenía previsto realizar el domingo por la mañana y donde se iba a encontrar con artistas que respaldan a Unidad Ciudadana.
  • La llegada. Cristina llegó al estadio de Arsenal poco después de las 19. Como ocurrió en las PASO, se dirigió a la zona donde concentra el equipo de fútbol. A ella y sus colaboradores más cercanos le dedicaron el segundo piso. En el primero hay ocho televisores que transmitían C5N y TN. La decoración era minimalistas, solo mesas bajas rodeadas de sillones donde el que logró sentarse no se levanta. Es la zona de los candidatos y de invitados especiales.
  • Buena nueva. Pocos de los que ingresaron pudieron subir al piso de Cristina. Uno de ellos fue el candidato a diputado nacional de Unidad Ciudadana en la provincia de Buenos Aires Nicolás Rodríguez Saa. El motivo del ascenso fue la buena noticia que llegaba desde San Luis ya que sus tíos recuperaron el terreno perdido en las primarias logrando imponerse tanto en la elección de diputados pero sobre todo de senadores.
  • Vocero. Si bien en la zona de los periodistas se organizó un sitio para las conferencias de prensa, esta fue utilizada solo por Leopoldo Moreau, quien poco después de las 19 realizó una sola aparición donde afirmó que “no nos apura el tiempo sino la transparencia de esos datos (...) Nos vamos a ir cuando está contado el último voto y garantizado la voluntad de los ciudadanos”. En el amplio pasillo que separa la cancha de básquet de la de fútbol, lugar de tránsito de periodistas, camarógrafos, sonidistas y personal de seguridad, solo se vio a Hugo Yasky quien con el rostro adusto se limitaba a decir: “el final es abierto”.