En enero se desplomaron los despachos de cemento, un 20 por ciento en comparación con el volumen alcanzado en igual mes de 2023. Los datos surgen de un informe difundido por la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP) que pone de relieve las dificultades que atraviesa el sector, y la preocupación por la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo asociados a la obra pública. El Gobierno de Javier Milei no resulta tan prometedor para la actividad privada como se enarbolaba.

Dado que el cemento es uno de los principales insumos de la construcción, la variación de los despachos es considerada como anticipo de los datos de la actividad general del sector en enero, los cuales serán difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) el próximo 6 de marzo. Según la información de AFCP, las 772.874 toneladas de cemento despachadas en enero de este año dieron cuenta de una caída del 20 por ciento respecto a los niveles en igual mes de 2023. Caídas de esa magnitud solo se registraron en la historia reciente durante las crisis económicas de enero de 2019, con el macrismo en el poder, y enero de 2020.

Los datos de la AFCP mostraron que se agravó el panorama en el sector de la construcción, el cual venía experimentando un deteriorio desde el segundo trimestre de 2023 pero a tasas más bajas. El Indec informó esta semana los indicadores de coyuntura de la construcción en diciembre y durante todo 2023, que arrojaron un descenso de la actividad del 3 por ciento interanual promedio en el año. En cuanto a las expectativas del sector, entre quienes realizan principalmente obra privada, el 40,8 por ciento anticipó que la actividad disminuirá durante el primer trimestre de este año contra solo un 6,1 por ciento que anticipó una mejora, según Indec. Entre los que realizan obra púbica, el 77,4 por ciento estimó que la actividad disminuirá.

La situación actual del sector fue calificada “de emergencia” por el titular de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, en reiteradas ocasiones recientemente. La Cámara aglutina a unas 1.400 del total de 30.000 empresas que se estima operan en el rubro de la construcción. Se estima que 220.000 trabajadores del sector podrían ser despedidos por la suspensión de la obra pública anunciada por el presidente y su equipo económico en pos del ajuste fiscal. En suma el sector emplea unos 500.000 trabajadores. La amenaza es seria y se sentirá a lo largo de todo el país con obras paralizadas y falta de recursos en circulación que tendrá efectos negativos sobre las economías locales.