Lleva más de un año y medio estacionado en Ezeiza y en los últimos días fue el centro de un nuevo episodio que incluyó a diplomáticos de Venezuela y Estados Unidos. Ahora, el avión Boeing 747-300 de la venezolana Emtrasur -retenido en el Aeropuerto Internacional desde junio de 2022- podría ser trasladado rumbo a los EE.UU., mientras Venezuela reclama que le sea devuelto. Una muestra más del alineamiento internacional del gobierno de Javier Milei con los Estados Unidos.

La nave pertenece a la aerolínea venezolana. Se trata de un avión de carga fabricado en EE.UU. que Venezuela le compró a la iraní Mahan Air y que llegó a la Argentina transportando autopartes de Volkswagen. Estados Unidos sostiene que la venta de Mahan Air a la venezolana Conviasa (Emtrasur es la empresa carguera de Conviasa) violó el embargo dispuesto contra esa aerolínea e Irán (Washington los acusa de actividades terroristas) y, por eso, solicitó su decomiso. 

La Justicia argentina inicialmente retuvo a la tripulación de la nave, integrada por quince venezolanos y cuatro iraníes. Tras investigar sus actividades, concluyó que no cometieron delito alguno, por lo que todos fueron liberados con falta de mérito. Pero, sobre el avión, el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, finalmente concedió el decomiso. Los rumores indican que sería trasladado en las próximas horas a territorio norteamericano.

La nave fue protagonista de un llamativo incidente el pasado lunes 5 de febrero. Ese día, mientras un funcionario del juzgado revisaba el estado del Boeing en el aeropuerto junto diplomáticos de EE.UU. y agentes del FBI, un diplomático venezolano, José Jesús Jatar Díaz, llegó acompañado por personal de la Administración Nacional de Aviación Civil de Argentina (ANAC) y le tomó fotos al avión y a las personas que lo revisaban. Agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) se acercaron al lugar y mantuvieron demorado a Jatar Díaz. Según fuentes venezolanas, el diplomático fue sometido a "permanente amedrantamiento" y se le "impidió comunicarse por más de tres horas con la embajada para reportar la situación, una conducta hostil que viola la Convención de Viena". De acuerdo con las mismas fuentes, "pretendían abrirle un expediente judicial, aún cuando el diplomático no violó ninguna norma ya que su acceso hasta esa área no hubiese sido posible sin compañía de los funcionarios de la Anac y los controles de la PSA". Tras el incidente, el jueves pasado Jatar Díaz dejó el país.