El alud en Filipinas del martes pasado dejó al menos 68 muertos en el pueblo minero de Masara. Entre ayer y hoy encontraron 14 víctimas fatales más. Por el momento, siguen desaparecidas otras 51 personas y hay un centenar de rescatistas que continúan con sus tareas de búsqueda, aunque las autoridades del país asiático creen que no hay más sobrevivientes.

En la mañana de este lunes, se confirmó el hallazgo de más de una decena de cuerpos que fueron extraídos de entre el barro, por lo que la cifra de fallecidos ascendió 68 personas, informó Télam. Las autoridades locales comunicaron que aún siguen desaparecidas 51 personas, entre ellas mineros y vecinos.

La tragedia ocurrió el martes pasado por la noche, cuando se produjo un deslizamiento de tierras, rocas, lodo y árboles de más de 700 metros por una empinada ladera cerca de la empresa Apex Mining Co., y dejó bajo tierra una sección de 8,9 hectáreas del pueblo de Masara, ubicado en la isla meridional de Mindanao, Filipinas.

Cómo continúa el operativo de rescate de las víctimas del alud

Desde hace casi una semana, cientos de rescatistas participan de las arduas tareas de búsqueda. Aún quedan 51 desaparecidos y, según detallaron a la prensa las autoridades, todavía resta rastrear una zona de unos 50 metros de profundidad.

El viernes pasado una nena de 3 años fue rescatada viva de abajo de los escombros tras casi 60 horas atrapada, en lo que los socorristas describieron como un "milagro".

Sin embargo, el vocero de la oficina provincial de gestión de desastre de Davao de Oro, Edward Macapili, reconoció hoy: "Ha pasado casi una semana desde que ocurrió el incidente y (...) pensamos que ya no hay ninguna persona viva". El funcionario aseguró que en el lugar “hay un olor nauseabundo en la zona y tenemos que acelerar la extracción", según consignó un despacho de la agencia AFP.

En este archipiélago del sudeste asiático los desprendimientos de tierra son frecuentes por su terreno montañoso, las precipitaciones y la deforestación provocada por la minería, la agricultura o la tala ilegal. Estas últimas semanas, las lluvias que azotaron partes de la región provocaron diversos deslizamientos de tierra e inundaciones que obligaron a decenas de miles de personas a trasladarse a refugios de emergencia en una zona golpeada también por terremotos en los últimos meses.

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