Pablo Rodrigué era el encargado de distribuir la mercadería del Ministerio de Capital Humano en los comedores comunitarios, los que organizan y sostienen los movimientos sociales. El funcionario, que no había logrado que se oficializara su designación, se fue porque no había logrado sacar un camión con alimentos de los galpones del ministerio que, según sostienen los empleados, están vacíos ante la suspensión de las compras de insumos por parte de la ministra Sandra Pettovello. Rodrigué dependía de la Secretaría de Niñez y Familia que conduce Pablo de la Torre. La salida del funcionario profundiza la complicada relación que la ministra mantiene con las organizaciones sociales.

Al partir Rodrigué, que había sido funcionario del gobierno de María Eugenia Vidal, también se fue Agustín Sánchez Sorondo, quien hacía las veces de director administrativo porque como en el caso de Rodrigué, no estaba designado formalmente. Esta situación y la imposibilidad de cumplir con la tarea de enviar los alimentos a los comedores, suena como la razón principal de esta mini crisis que vive el ministerio de Capital Humano. Una de las carteras con más inconvenientes ya que ha recibido la recomendación primero y después una crítica de la Iglesia Católica por no atender a esos comedores que son atendidos por las organizaciones sociales.

Por caso, a principios de esta semana el obispo de Quilmes y director de Cáritas, Carlos Tissera le reclamó al gobierno de Milei que “recapacite” ante la negativa de proveer de alimentos a las organizaciones sociales. “Primero está la comida de la gente y uno anhela que sea traída por el trabajo, lo lógico sería que los argentinos pudieran comer lo que se ganan. Pero con este porcentaje de pobreza que hay, solucionar el tema alimentario es el principal problema de todos”, expresó el obispo.

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