En otro paso más de la liberación de precios y quita de subsidios, el Gobierno de Javier Milei confirmó que dejará de subsidiar las tarifas de luz a comercios, industrias y pymes, limitando la asistencia estatal solamente a los sectores vulnerables. El dato se desprende de la exposición, en la última audiencia pública, de los funcionarios del Ministerio de Economía y de la Secretaría de Energía. Esta situación generará, en pocos días, un impacto mayor en la caída de la actividad, se trasladará a precios más caros que pagarán los consumidores y golpeará a las fuentes de trabajo. Es que el aumento es muy fuerte: por ejemplo, los pequeños industriales que hace unos días pasaron a pagar una factura de casi 300 mil pesos a 1 millón por el aumento tarifario, ahora superarán por mucho esta última cifra cuando se quiten los subsidios.

En la convocatoria del área comandada por Eduardo Rodríguez Chirillo realizada el pasado jueves 29 de febrero, el funcionario de Energía Salvador Gil explicó que "el nuevo esquema no contiene ningún tipo de subsidio a las actividades productivas” ya que “no sería compatible subsidiar a la energía y tener precios liberados". Con esta decisión, se estima que seán al menos 100 mil las empresas afectadas. 

Con respecto al funcionamiento de la Canasta Básica Energética (CBE), precisó que "sólo se van a subsidiar necesidades humanas básicas y cuando sea necesario". En ese sentido, el nuevo esquema subsidiará directamente a la demanda, a través de una transferencia directa al banco, o un descuento en la factura.

En la misma línea, Martín Vauthier, asesor en el ministerio de Economía que conduce Luis Caputo, afirmó que "en un contexto de recursos escasos, se eliminan subsidios a la demanda no residencial, por ejemplo, en procesos productivos, dado que en dicho caso no es posible asegurar que los beneficiarios reales sean los sectores de menores ingresos". En este escenario, el tema es de largo debate en las cámaras industriales, sobre todo en la Unión Industrial Argentina (UIA), donde ya analizan como muy negativa la suba de la quita de subsidios, que se suma a aumentos de la energía que las empresas ya están percibiendo. 

El impacto de los aumentos

Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET reflejó que las últimas subas de tarifas afectaron mayormente a los comercios y a las pymes. Por lo que la eliminación definitiva de los subsidios producirá otro fuerte impacto en el sector, que ya viene muy golpeado por la caída en las ventas. Hace unas horas, CAME confirmó que las ventas en febrero cayeron un 25,5 por ciento, con picos de derrumbe en rubros muy sensibles: Alimentos se desplomó casi 35 puntos y Medicamentos y Farmacias arriba del 42 por ciento. 

Es aún más relevante lo que ya está ocurriendo en la previa a la quita de subsidios con la producción de ese bienes esenciales: fuentes fabriles confirmaron a este diario que se vienen meses en los que se verá una caída en la producción de alimentos. El dato es extraño porque pocas veces en la historia ocurrió. En general, este rubro produce y crece en relación al crecimiento poblacional y, aún con números márginales, no suele quedar en terreno negativo. 

En este contexto, el órden en que quedarán las tarifas a pagar por los que producen generar terror: 

*Los comercios pequeños con una potencia de 10 KW y un consumo de 1.200 kwh/mes, recibieron facturas con un aumento del 276 por ciento en el precio mayorista de la energía, frente al precio de enero, del cual sólo abonaban un 18 por ciento. En el AMBA, pasaron de pagar $64.775 hasta el primer mes del año a $266.213 en febrero, con impuestos.

*En cuanto a los pequeños usuarios industriales, con una potencia contratada de 35 KW y un consumo mensual de 6.500 Kwh/mes, el alza en el precio de la energía alcanzó el 178 por ciento, frente al valor de enero, del cual sólo pagaban el 31%. En este caso, pasaron de abonar una factura de $274.875 a $1.060.187 en febrero.

El colmo del esquema de quita de subsidios y aumentos tarifarios es que, en la misma audiencia pública, el Gobierno eligió una manera bastante particular para tratar de atenuar el impacto de la brusca corrección. Según funcionarios de Energía, los que se buscará es "un mejor manejo del consumo". A tales fines, el Gobierno anticipó que lanzará un programa de eficiencia energética, con financiamiento del Banco Mundial, para dar créditos a comercios y pymes, con el objetivo de que puedan reconvertir sus equipamientos eléctricos, y así lograr mayor eficiencia y ahorro.