Las ventas de materiales para la construcción en el sector privado se derrumbaron 28 por ciento en lo que va del año, de acuerdo al Índice Construya. Esta medición anticipa al dato que dará a conocer este miércoles el Indec respecto del desempeño de la actividad en enero. Es un alarmante comienzo de año: al magro dinamismo de la actividad privada se suma la suspensión de la obra pública, en una rama de la actividad que desde septiembre de 2023 registraba despidos, que ahora solo irán en aumento. La caída acumulada en las ventas de insumos para la construcción el primer bimestre solo se equipara a lo peor de la pandemia de 2020.

“La incertidumbre sobre el futuro próximo todavía es muy elevada y las empresas estamos expectantes ante la evolución del plan económico que viene implementando el nuevo gobierno”, aseguraron desde el Grupo Construya. “En el segundo mes del año observamos una leve mejora en la venta de materiales para la construcción, pero todavía nos encontramos muy por debajo del año pasado”, completaron. Esto explica la variación intermensual positiva del 6,9 por ciento respecto a enero, pero las ventas medidas en volúmenes se mantuvieron 26,6 por ciento por debajo de los niveles de febrero de 2023, según muestra el índice.

En consecuencia, las ventas de materiales para la construcción destinadas al sector privado descendieron 28 por ciento en el acumulado en el primer bimestre respecto a igual período de 2023, un desplome que solamente se puede equiparar con las caídas sufridas durante el epicentro de la pandemia, entre abril y julio de 2020 (del 28 por ciento interanaul acumulado en promedio).

El sector de la construcción es fuertemente demandante de mano de obra, y en noviembre (último dato disponible) fue el principal causante de la caída intermensual de puestos de trabajo: 9000 empleos registrados se perdieron entre septiembre y noviembre en el sector, mientras que toda la economía en su conjunto perdía 8600 puestos registrados. Ante la amenaza del presidente Javier Milei, prontamente llevada a cabo, de suspender buena parte de la obra pública en ejecución, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) reconoció que unas 220.000 personas podrían ser despedidas.

La actividad de la construcción –tanto pública como privada- demanda unos 500.000 puestos de trabajo directos registrados por año, de acuerdo al Sipa. Otro tanto son indirectos –es decir en rubros de la actividad, como el transporte o la gastronomía que se ven impulsados por la construcción- y otro informales. Esos son los primeros en perder el empleo en las crisis económicas: los trabajos de corto plazo, las changas de obra y de pintura, las reparaciones, etc. suman otros miles de personas que pierden su empleo y no encuentran alternativas en el corto plazo, ni mucho menos una compensación por parte del Estado porque la asistencia social también será recortada.

Mirado en perspectiva, el sector de venta de materiales para la construcción en la actividad privada viene de mal en peor: entre 2011 y 2017 crece un año y al otro se contrae, en el trienio 2018-2020 anotó contracciones consecutivas (que promediaron un tasa del 7 por ciento) para crecer únicamente en la pospandemia del 2021 y un 4,8 por ciento en 2022. El año pasado fue recesivo y este encendió las luces de alarma en un inicio, en el sector están expectantes por lo que viene a futuro.

Construya es una asociación civil creada en 2002 que tiene como objetivo potenciar la actividad de la construcción y proveer información sobre el rubro, agrupa a las empresas nacionales más importantes dedicadas a la producción y comercialización de materiales para la construcción. Entre ellas Loma Negra, FV Grifería de Alta Tecnología, Cefas - El Milagro, Cerámica San Lorenzo, entre otras.