@humoristarudy

¿Cómo le va, lector? ¿Cómo anda?  ¿Ya sabe por quién votó en las últimas elecciones? ¿Sí, verdad?  Le pregunto, porque en las PASO las cosas parecían estar tan mal organizadas, que hubo personas que creían que habían votado por un partido, pero después consultaban los resultados y resultaba que no, que habían votado por otro, ya que en esa mesa su partido no tenía ni un solo voto  registrado.

¡ Hay que tener memoria electoral, lector!

Bueno, pero esta vez anduvo todo bien, los resultados se supieron cuando se tenían que saber, ganó quien tenía que ganar, y perdió quienes tenían que perder. Bueno, claro, eso según cómo se lea,  porque algunos parece que perdieron, pero estaban tan pero tan contentos con haber perdido, que, con el perdón de Aldo Rico, nos cabe la duda, aunque no nos vamos a jactar de ser intelectuales.

Quiero decir, por ejemplo, Urtubey rompió el record  nacional en la categoría  "reconocimiento de derrotas", que hasta el momento ostentaba orgullosamente  Massa, quien, quizás no lo recuerden, en agosto pasado reconoció que había perdido antes de tener tiempo de pelearse con Margarita. Mas aún, reconoció que había perdido con quien en realidad no había perdido, pero eso se supo después, cosa de darles tiempo de festejar a los que parece que tampoco habían ganado, o sí, pero menos.

Pero no volvamos al pasado, volvamos al futuro, como dice Mariu, o algo así. En estas elecciones "el primer felicitador" no llegó de Tigre sino de Salta. 

Por el contrario, se señala como grandes perdedores a quienes quizás no perdieron tanto, y quienes los señalan, son, casualmente, quienes perdieron mucho más. Extraña estrategia que, honestamente, me cuesta entender. Ni siquiera mi analista pudo explicármela. 

Hablando de terapia, el otro día me vio entrar a sesión, y me preguntó: "¿Qué te pasa, Rudy, que estás tan angustiado? ¿Tenés ganas de independizarte de España? ¿Alguno de tus familiares te hizo creer que tenías derecho a un plasma, o a un celular caro? ¿Te prometieron una "Asignación Universal por Progre" y ahora te la están negando? ¿Perdiste algunos de tus derechos y ahora no los encontrás? ¿Otra vez, en medio de una relación sexual, tu novia te dijo "cambiemos" y ahí  se fue todo al demonio?"

"No, licenciado, es que no entiendo nada. Mire, hace unos días, en una reunión de amigos, hicimos, como cada vez que hay elecciones, un simulacro. Yo me encargué de  hacerle una ranura a una caja de cartón, para que hiciera de urna. Preparé papeles blancos, para que hicieran de boletas. Veinte biromes que funcionaban, tuve a mano. Les hice un bello monólogo, no exento de chascarrillos, incitándolos al sufragio. Todos ellos participaron del acto con alegría y responsabilidad ciudadana. No entiendo"

"¿Qué es lo que no entiende?".pregunó él. Y Yo: "¿Sabe cuantos votó sacó el oficialismo entre mis amigos, licenciado? ¡Ninguno, ni uno solo! ¡Todos votos claramente opositores! ¡Mayoría de Unidad Ciudadana, y algunos de Izquierda!" "¿Y entonces?" "Entonces, licenciado, entonces, no tenía uno solo que me explicara por qué era tan bueno el tarifazo, por qué votaban a una candidata que podía naturalizar una desaparición, que se la pasaba anunciando el Apocalipsis cuando había mas trabajo y menos cierres, y ahora que hay menos trabajo y más cierres, parece que está todo bien? ¿Por qué votan a una que se pasó doce años denunciando la corrupción, y ahora acepta casi con alegría las "Panacuentas", y el Fraternal blanqueo? ¡Nadie, licenciado!"

"Bueno, Rudy, capaz que usted debiera cambiar su círculo de amistades, tener algunos un tanto más meritocráticos, o que tengan el olfato, la audacia o el tupé de incluirse, aunque sea haciendo de alfombra o de perro de cerámica, en la foto de los ganadores"

Querido lector, ni mi analista, que tanto ha podido en su infructuosa lucha contra mi neurosis, resolvió mi conflicto.

Entonces, me refugié en la literatura. Porque los libros, me dije, a diferencia de otros medios, dicen siempre lo mismo. En serio, haga la prueba, lector, tome un libro cualquiera de su biblioteca, léalo hoy, y dentro de 10 años, y va a ver que sigue diciendo lo mismo ( al menos si se trata del mismo ejemplar)

Un querido amigo me obsequió un libro de su autoría, en el que habla de Lenin y los tiempos de la Revolución Soviética. Quizás, lector, me recrimine usted  por mi costumbre de intentar conocer la historia pasada, contradiciendo a Mariu  y al resto de los políticos fashion, que últimamente sueñen ganar votos, incluso elecciones, contándonos "cómo fue el futuro" ( no es un error de tiempos verbales, es así) Y nos pudieron, ucronicamente tal vez, relatar "la muerte del kirchnerismo" mientras planchaban su smoking para asistir al funeral. Y ahora están reclamándole al gobierno los recursos para pagar el alquiler de la galera y la camisa.

Insisto, si hablamos de historia, prefiero leer sobre la pasada, no sobre la futura. Todavía mi analista no pudo resolver por qué. Será de puro vintage que soy.

De lo que me enteré, es que varios siglos atrás, existían tanto en Europa Occidental como en Rusia, monarquías bastante poderosas, o la menos aspiracionalmente fuertes.

Criticar al rey nunca estuvo bien visto, (salvo que se tratase del rey enemigo, y sólo a veces), pero en Europa Occidental, era un derecho que los pueblos tenían     (tan respetado por el gobierno, como el derecho a la salud y la educación en la Argentina meritocrática).

En la Rusia zarista (el zar era el rey), nadie tenía ese derecho, porque el Zar  era como Dios, y nadie va a venir a decir que Dios se equivocó, claro. Entonces  ¿Cómo hacían los rusos para poder hablar mal del Zar, si este se mandaba cosas terribles, como reprimir, aumentar los impuestos, echar a la gente o gobernar para los ricos (esas cosas pasaban en tiempos zaristas, aunque usted no lo crea)? ¡Pues decían que "¡Ese no era el verdadero Zar, nos lo cambiaron por otro"! 

Y así, se pasaba la crisis , de alguna u otra manera 

Leyendo todo esto, no pude sino preguntarme. ¿No será que acá la gente los vota, y después dicen "No, estos no son los que votamos, los que votamos son buenos, quieren pobreza cero, derechos para todos y alegría a raudales. ¡Estos en cambio, deben ser los del gobierno anterior que hacen como que se fueron pero no fueron"?

No lo sé. En el libro de mi amigo no hablan  de nuestro país.

De todo esto, con un clima de noche de brujas, trata este suplemento

Hasta el sábado, lector.