Facultades de todo el país denuncian que los fondos son insuficientes para sostener el funcionamiento operativo, luego de los fuertes aumentos en las tarifas de los servicios públicos. Por ejemplo, en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata acaba de llegar una boleta de luz de 14 millones de pesos. Solo este monto representa el 15 por ciento del presupuesto anual que tiene la alta casa de estudios, una de las más prestigiosas del país.

Por supuesto, esta situación, que se repite en decenas de facultades nacionales de todo el país, pone en un riesgo inminente la continuidad de las clases. Sobre todo porque la educación pública está funcionando con el mismo presupuesto que en el 2023, es decir, un presupuesto atrasado en un 270 por ciento producto de la inflación. 

Al ser consultado sobre este tipo de situaciones, el vocero Manuel Adorni le bajó el precio a los reclamos y negó que la situación fuera grave.

Consultado sobre esta situación, el decano de la unidad académica de la UNLP advirtió con ironía: “Somos nosotros la casta”. Al mismo tiempo, se lamentó que, con una tarifa de luz casi 400 por ciento más alta que el mes pasado, van a “estar en un problema para garantizar el acceso a la educación”.

“Recibimos el mes pasado una factura de 14 millones de pesos cuando veníamos pagando casi 4 millones. Esto en un contexto de congelamiento del presupuesto para gastos de funcionamiento. De manera que ha sido una muy terrible noticia que nos pone al borde de poder garantizar las funciones básicas de nuestra unidad académica”, alertó.

La situación es, sencillamente, de alarma. Aunque el Ejecutivo oficializó una suba del 70% para gastos de funcionamiento, el monto solo alcanza a cubrir los aumentos del primer trimestre del año. “Son números públicos. Nuestra facultad recibe 92 millones de pesos al año y recibimos en un mes 14 millones de pesos”, remató Erben.