Desde Córdoba

La conformación territorial de La Libertad Avanza en Córdoba tuvo un espaldarazo esperado la semana pasada. Tal como se preveía, la Justicia Federal reconoció a la fuerza libertaria como partido. La jugada, que tuvo la venia de la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, enaltece la figura de Gabriel Bornoroni como máximo referente libertario cordobés. Además, también sirve para ganar enteros en el imaginario político de cara a 2025. No obstante, la realpolitik modelo siglo XXI, marca que la cosecha de votos de LLA está muy apalancada en la figura del presidente Javier Milei. Por debajo, poco. Muy poco. Y la más clara muestra de este “facto” es el Congreso nacional.

En Córdoba, la historia es la misma. Más allá del “ok” a Bornoroni por “el Jefe”, el escaso desarrollo territorial se muestra no sólo en la poca representación parlamentaria nacional y provincial, sino en la ausencia de candidatos o postulantes de peso.

Uno entre mil

A diferencia del año pasado, cuando más de 300 localidades acudieron a las urnas con un calendario más que frenético, este año Córdoba tendrá apenas un turno electoral. Pero de peso, ya que el 23 de junio se elegirá intendente en Río Cuarto, la capital alternativa de la provincia y la segunda ciudad más importante de La Docta.

Ganador en la segunda vuelta con un abrumador 73,21%, unos 112.000 votos, Milei mantuvo la media cordobesa en el Imperio del sur. Sin embargo, como suele ocurrir en gran parte del electorado, ese apoyo no se traduce en la emergencia de figuras intermedias capaces de recoger el guante. Bien por el contrario.

Sin un candidato bendecido de manera oficial, las ideas libertarias se recuestan en la figura de Mario Lamberghini. Empresario del rubro hotelero, lanzó su postulación a fines de febrero bajo el sugerente sello Río Cuarto Avanza. No se trata de la primera aventura hacia el Palacio de Mojica. Ya en 2020, Lamberghini buscó llegar a la intendencia. En esa oportunidad lo hizo bajo el sello del Partido Libertario, que en 2024 sumará el apoyo de la Unión de Centro Democrático. Esta fusión le permitió a Agustín Spaccesi llegar a la Legislatura Unicameral. ¿La perla? Entre 1999 y 2003, el candidato libertario ocupó puestos en la Dirección General de Rentas de la provincia de Córdoba. En aquella época, José Manuel de la Sota llegaba por primera vez a la gobernación con una promesa que hoy es música para los oídos libertarios: la reducción del 30% de los impuestos.

Incluso, antes de su lanzamiento “por la libre”, el nombre de Germán Di Bella, hasta el viernes subsecretario de Agricultura de la Nación, también aparecía como potable para transformarse en la pata libertaria en el sur cordobés. Di Bella había llegado a la cartera nacional con el plafond de BIO4, empresa que fundó y es pionera en la elaboración de etanol. Su presencia en el gabinete ilusionaba, pero cuatro meses después armó las valijas en medio de fuertes internas.

Lamberghini aparece en los sondeos de opinión. De acuerdo al estudio de la consultora Punto Doxa, con proyección de indecisos (que alcanzan el 25%), apenas orillea el 9% de intención de voto. Muy lejos de los puestos espectables que ocupan Guillermo De Rivas (Hacemos Unidos por Córdoba), con el 31%, el radical Gonzalo Parodi (Juntos por el Cambio) con el 25%, y la ex diputada nacional Adriana Nazario 24%, ex pareja de De la Sota.

Las fichas (algunas) del libertarismo están puestas en una posible alianza con el radical Gabriel Abrile, quien amaga a ir por fuera del armado de Juntos por el Cambio. Tras perder la interna con Parodi, también se deja querer por Nazario. Sobre sus espaldas carga con el 35% de votos cosechados en 2020, cinco menos que el actual intendente, el peronista Juan Manuel Llamosas.

Diez años después…

Al igual que Juntos por el Cambio (o Cambiemos), que supo ver la luz en Marcos Juárez en 2014, el libertarismo busca que su hito fundacional aliancista tenga sello cordobés. Sin embargo, el destino parece guardarle el rol de eventual árbitro ante la presunta paridad existente entre los principales candidatos. De cualquier manera, de las fuerzas referenciadas en el Presidente de hacerse fuertes en la elección no aparece muy clara sin una alianza de peso. De acuerdo al calendario, el 24 de abril vence el plazo para la inscripción de las alianzas electorales.

El tiempo corre. Y las aspiraciones también. Aunque no a la misma velocidad.