En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, cuestionó el aumento indiscriminado de las prepagas que ahora el Gobierno busca retrotraer y se preguntó quién le devuelve a las personas los remedios que no pudieron comprar y las vidas que se perdieron. En medio de esta insólita y burda contradicción del Gobierno de Javier Milei, aseguró que la decisión se tomó únicamente porque afecta a la clase media, ya que los más vulnerables no son parte de la agenda de gestión.

El editorial de Víctor Hugo Morales

¿Dónde están los héroes, Milei? ¿Dónde están los benefactores de la sociedad? Es mentira que el mercado pueda acomodarse solo. Ni acá ni en la China. Por eso ayer Milei no pudo más ante la protesta de la clase social que más le preocupa. La clase media hundiéndose, como si caminara por un lago helado que se resquebraja, se hace sentir.

Los pobres le refregan a Milei, pero los del medio, esos sí le preocupan. Arcor y Molinos le hundieron el puñal a los pobres, pero los pobres no tienen poder, piensa Milei. Así que dale nomás, dale que va… Al pobre, pegale.

Igual, todo parece una broma pesada. Pobres Belocopitt y los que sean. Se tienen que conformar con el 91 por ciento. En cuatro meses. ¡Cerquita del cien! Igual es una barbaridad. Es el doble, de diciembre a marzo. El doble.

Todo es un dislate. Abrirles las jaulas a las prepagas, a los leones de las prepagas, y ahora ver cómo encierran a los leones de nuevo. Todo es absurdo.

Para lo único que sirve esta andanada de disparates es para que quede claro que el tema no es tanto "el capitalismo", sino quién lo maneja, qué mano hay detrás del dios de los mercados. ¿La que lo para, o la que le da rienda suelta?

Y ¿quién como devuelve la plata que le robaron a la gente? ¿Quién devuelve los remedios que no se tomaron, las vidas que ya se perdieron? ¿Quién las devuelve? ¿Quién devuelve la gracia a los cuerpos asediados por este neoliberalismo brutal?

¿Dará Milei marcha atrás con las universidades que ha sitiado, los científicos a los que les arroja su desprecio, los trabajadores que echó sin ton ni son, a ciegas, al grito de "ustedes se me van de acá"?

Por miedo, dio marcha atrás. Por miedo no fue a Dinamarca, dicen los periodistas cercanos. Algo olía a podrido por allí, y no era solo los aviones.

¿No nos podría regalar, Milei, un poco de miedo para los más necesitados, para los que no comen, no se medican, mueren o solo miran pasar la vida? En su régimen que da risa y provoca lágrimas.