La CGT se encuentra en un momento de tensión interna. Sucede que durante las charlas previas que habían mantenido con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, nunca se había hablado de reformar la Ley de Contrato de Trabajo, pero en el proyecto que presentó el presidente Mauricio Macri esa reforma ocupa un lugar destacado. El dato desató un debate dentro de la central, que ayer tuvo su primera parte durante una reunión de la mesa chica. Por lo pronto, los jefes sindicales decidieron suspender el encuentro previsto para hoy con Triaca.

Durante la reunión, que se desarrolló en la sede de Fatsa (sanidad), las caras de los dirigentes no eran de las mejores. El dueño de casa, Héctor Daer, triunviro de la CGT, recibió a Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña, Francisco “Barba” Gutiérrez, Andrés Rodríguez, Jorge Sola y Carlos Frigerio. También participaron de la charla los asesores letrados Federico West Ocampo, Alberto Tomasone, Horacio Ferro y Marta Pujadas, entre otros.

Los abogados brindaron un informe sobre el extenso articulado del megaproyecto, pero no fue en la profundidad que reclamaron los sindicalistas. Eso no evitó que se expresaran divergencias sobre cuál debía ser la reacción de la CGT frente a la iniciativa del Gobierno.

Por ejemplo, Gutiérrez fue quien expresó con mayor intensidad el descontento con el proyecto. Recurrió a la figura del “caballo de Troya” para describir el texto normativo donde los temas conversados con el ministro Triaca escondían lo que el metalúrgico se niega de manera rotunda a que se modifique: la Ley de Contrato de Trabajo. 

Los colaboradores del dirigente de la UOM explicaron que las modificaciones que pretende introducir el Gobierno “implican la destrucción de la actual legislación laboral”, con todos los perjuicios que eso conllevaría para los trabajadores. Este fue el principal argumento que Gutiérrez esgrimió ante sus colegas de la mesa chica de la CGT para rechazar el título tres del proyecto, que lleva el nombre de “Relaciones Individuales del Trabajo” y que abarca 30 de los 140 artículos que tiene la iniciativa.

Sobre el resto del articulado hay cierto consenso, esto es: el blanqueo, el régimen de pasantías y la Agencia de Investigaciones Tecnológicas de Salud.  De todos modos, durante la charla de los cegetistas hubo palabras sobre la necesidad de realizar correcciones a varios de esos temas.

Otro grupo de dirigentes planteó la necesidad de continuar estudiando el proyecto y, en ese sentido, terminó imponiéndose la idea de postergar la reunión que tenían agendada para hoy con Triaca. La intención es llevar una posición unificada sobre el texto que por ahora permanece en calidad de borrador. La decisión fue comunicada y en el Ministerio de Trabajo respondieron que no tienen inconvenientes en escuchar las opiniones de la CGT más adelante. Por ahora no hay fecha definida de cuándo será ese encuentro.

En ese sentido, los participantes del encuentro acordaron volver a reunirse la próxima semana pero ya en formato de Consejo Directivo, es decir, con los 35 dirigentes gremiales que lo conforman. Habrá que ver qué posición toman aquellos sindicalistas más “amigables” con el Gobierno, como el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, quien ayer en la mesa chica habló poco y nada. Si bien en la reunión hubo representantes sindicales aliados al moyanismo, habrá que esperar para el encuentro del Consejo Directivo qué opina, por ejemplo, el camionero Pablo Moyano.

Si la reforma a la Ley de Contrato de Trabajo provocó mal humor, algo similar expresaron cuando se puso sobre la mesa la reforma previsional. No les convence la modificación de las escalas de la movilidad, que en la actual ley se realiza dos veces por año y que el Gobierno pretende hacer de manera trimestral, pero modificando la fórmula de calcular el incremento de las jubilaciones, atándola a la inflación. Sobre ese tema esperan que hoy el defensor del Pueblo de la Tercera Edad, Eugenio Semino, les brinde un informe pormenorizado. El funcionario estará con los jefes sindicales a partir de las 11, en la sede de la CGT.